viernes, septiembre 30, 2005

"No se llevó el celular. Lo dejó en su mini-laboratorio, encima de un libro de poesía japonesa. Espero llame. Si no, nos quedaremos en silencio aguardando el reencuentro..."

No todos somos héroes.

No es secreto para nadie: no tengo auto.

Iba entonces "arriba de la micro" viajando en dirección a la productora. Me senté al final, en los asientos que las madres y profesores prohíben a las niñas porque se supone atrás va SIEMPRE un maleante.
Bueno, era yo, dos obreros, un anciano que roncaba y un viejo malas pulgas que se paraba cada tanto para decir "dame una moneda, dame una moneda, dame una..."
El espectáculo consistió hoy en: 1.música folclórica tocada por dos sospechosamente alegres intérpretes de la guitarra, 2.un artesano que vendía carteritas con cinturón elástico, "para llevar en el brazo y guardar su billete de mayor valor, un producto que espero pueda competir contra los chinos, coreanos y taiwaneses que acaparan el mercado", 3.un vendedor del kino, delgado, pequeño, estilo Buscemi, que nos quedó mirando, sin decir nada, con los boletos en la mano. A los dos segundos se bajó.
Cuando el viejo esgrimió el imperativo de "dame una moneda" conmigo, moví negativamente la cabeza. Tenía monedas. Siempre tiene uno una moneda. ¿Darle una? No lo creo, me alcanzaba justo para comprar una bebida. Y ya había donado varias monedas al Hogar de Cristo en la farmacia.
Un chico con aspecto de rapero dime-algo-y-te-apuñalo, que era vigilado por una gorda teñida rubia la que tenía asumido que el chico la asaltaría, metió su mano en esos bolsillos amplios característicos de los pantalones que usan, esos que parecen saco de tela azul, se levantó y sin pensarlo se inclinó sobre el viejo para darle una moneda. Sin decirle nada, tocó el timbre y cuando las puertas se abrieron se lanzó fuera, antes que la micro se detuviera.
El viejo nos miró a todos y en sus ojos se leía claramente: cagados, cagados, que no me dan una moneda.

Sí, me sentí mal.

Taximetrosofías II: cuando M. partió a la mañana siguiente.

Uno calcula a veces para mejor, pero todo resulta al revés. Me bajé de la micro convencido de que tomando un taxi llegaría antes a la casa, donde me esperaba mi mujer hace dos horas. Ella se fue hoy temprano a Quinteros a trabajar en lo que se destaca: arqueología.
Bueno, me bajé de la micro. Y no ocurrió nada. Pasaban micros. Y más micros. Ningún taxi.
Ayer, en una reunión prolongada y agobiante -espero tener algún día la pluma para escribir sobre la fauna de los comerciales, los clientes, las productoras y agencias- la cabeza se me fue inflando, los ojos saliendo de su órbita -como a Arnold en Total Recall sobre la superficie marciana. No podía, no se puede, pero se debería poder, levantarme y decir: señores, estimados, damas presentes, me retiro, mi mujer se va por varios días y ha prometido hacer una deliciosa cena para la despedida y acá están ustedes, hablando de caracoles, de salsas con ajo, de la humedad en Miami y el olor agobiante de México, pues bien, YO ME MARCHO.

Volvamos al taxi. La Gran Energía Del Cosmos se apiadó de mí y envío un negri-amarillo auto a recogerme. Me subo y le agradezco al taxista la fortuna de encontrarlo. Va escuchando un programa sobre el Quijote. Le pregunto si ha leído el Quijote. No, me responde. Y añade: acaban de decir estos tipos que el Quijote habla sobre la democracia, ¿sabe usted qué tiene que ver el Quijote, que estaba loco y luchaba contra "remolinos", con la democracia?

Llegué y la cena estaba lista. Y fue deliciosa.

jueves, septiembre 29, 2005

Diálogo entre serios.

-Siguen estrenando películas chilenas.
-Sí, siguen.
-Pero eso es bueno.
-Es bueno mientras no suene cada vez que será la última película chilena por estrenarse.
-No seas trágico.
-No lo soy. Es cosa de ver el entusiasmo alicaído de los productores, parecieran decir "vamos a estrenar pronto... sabemos que nos puede ir mal... pero vamos a estrenar pronto..."
-Eres demasiado pesimista.
-¿Yo pesimista? Como si no fuera cierto que les da casi vergüenza sacar a cines la película, sabiendo que los cuervos vuelan alto, esperando caer en picada para graznar "es una mierda de película".
-Exageras. La gente no es así.
-¿Y quién te habla de la gente?
-¿De quién hablas entonces?
-De nosotros, del "medio". Le damos el K.O. antes de que se suban al ring.
-¿Es nuestra culpa?
-Es nuestra culpa, por andar opinando y esparciendo mala publicidad antes del estreno, durante y después. En definitiva, somos unos chantas.
-Sí, somos unos chantas. ¿Supiste que PLAY va por parte de Chile como propuesta a los Oscar a la Mejor Película Extranjera?
-¿PLAY? ¿PERO DE DÓNDE HAS SACADO ESO? ¡NOS VAN A ENTERRAR!
-¿Qué me decías de los chantas?

Diálogo sincero.

-¡HOLA, TANTO TIEMPO! ¿Cómo estás?

(El saludado duda un instante, mira al conocido con recelo.)
-Bien... Dime de inmediato qué favor quieres.

miércoles, septiembre 28, 2005

Otro día tratando de ser mejor.

Estuve un par de días volando bajo. No despistado, más bien con poca seguridad de saber como alzar el vuelo. ¿Deprimido? Deprimido se le llama, pero la palabra no abarca los procesos internos personales, no traduce ni explica el laberinto en penumbras por el que pasa uno a veces buscando respuestas acerca de lo que uno es, busca ser o trabaja por lograr.

Pero, luego de una conversación con un amigo intermitente -que nos encontramos en estaciones de trenes o por conocidos que nos nombran- respecto de un guión que escribí, el cual con sincero análisis lo desconstruyó para que me diera cuenta de las posibles construcciones que lo mejoraran, he mirado para arriba.

El cielo siempre será inalcanzable.
Lo que importa es la imaginación que te catapulta y te ayuda a intuir lo "divino" en la creación.

La creación que es la ilusión de encontrar algo nuevo bajo el sol.

lunes, septiembre 26, 2005

Hoy fue, lo que se dice y llama, un día de locos. Un día que lo perdí, evanescente, incorpóreo, lleno de "actividad" que me es más cercano a la sensación que deja un sueño.
No lo recuerdo.
O no lo quiero recordar.
O estoy demasiado cansado. ¿De qué?
Qué importa.

¿Nadie se aburre de las mismas calles?
No podría opinar.
La ciudad hace rato que sólo me parece habitable durante la última luz de la tarde.

domingo, septiembre 25, 2005

Sobre el pasarse una película/ Sobre el hacer cine.

La pregunta de rigor finalizando el colegio es: ¿qué quiere estudiar?
La respuesta automática es: NO LO SÉ.

Pero terminas escogiendo algo, por descarte o leve cercanía a tus gustos y habilidades.

El que sabía qué era un logaritmo se inclina por ingeniería.
El que era presidente de curso, del consejo de alumnos y editor del "diario escolar", decide estudiar leyes o periodismo.
El que entendía qué efecto tenía la enzima X sobre las labores biológicas del cuerpo humano, apuntaba a medicina.

Los que fliparon con las cámaras Handycam de vídeo 8mm cuando salieron, pensaron en cine.
¿Cine?
Cine.
¿Y eso se come? ¿Sabes dónde se estudia? ¿Sabes cómo se hace una película?
NO a todas las preguntas.
¿Y entonces qué pretende hacer?
Creerme pionero, arriesgar mi futuro y aprender.

Y pasas del corto en 8mm a conocer el "ambiente" y las productoras y el método de trabajo, los requerimientos de producción, las limitaciones presupuestarias, a entender que no es apretar REC para capturar emociones, que un set de filmación se compone de luces por todos lados y en el techo mientras 40 o 50 o 60 personas dan vueltas por todos lados...

Y te enteras que partes de abajo, barriendo pisos, a menos que seas un afortunado o un genio, pero aunque lo seas, de todas formas partes de abajo, porque el oficio se DEBE APRENDER, no se nace conociendo qué es un plan de rodaje, los factores humanos a controlar o las variadas y, a veces, sumamente agotadoras etapas necesarias para sacar tu corto o largo o documental adelante.

Una cosa es pasarse películas. Otra, muy distinta, hacer cine. El cine que finalmente ves en cartelera y disfrutas en una sala en penumbras.

sábado, septiembre 24, 2005

Las anfetas de Kerouac.

Me tiemblan las manos
y la línea de la vida va
y viene

y viene y se retrae como la marea
que borra de la arena las palabras

pero yo escribo entre escalofríos

una y otra vez en la arena blanca
tratando de olvidar que no existe memoria para los pensamientos

letras desiguales
mi palma y su vida y la línea que se marca profunda

y desaparece.

La tinta se hunde en la hoja
la hoja se torna amarilla
y se rompe en pedazos.

La arena sin memoria.


El genio. Posted by Picasa


El genio y sus genialidades... Posted by Picasa

viernes, septiembre 23, 2005

Sangre de su Sangre: soy parte de su historia y sus raíces. Lo llevo dentro.

Gaspar Betancourt Cisneros, "El Lugareño"
Por Esther Borges Moya

Gaspar Betancourt Cisneros, "El Lugareño", fue un hombre profundamente convencido de que lo esencial era salir de las garras de la metrópoli española, que estrangulaba toda posibilidad de progreso social.
Cuando se rastrea su pensamiento político, se ve, como en muchos protagonistas de los movimientos revolucionarios de la Cuba de mediados del siglo XIX, que no era la anexión el móvil esencial de "El Lugareño", sino la libertad, fundamentalmente la individual.
Por eso el punto de convergencia de los propósitos de aquel grupo de próceres fue echar a España de Cuba y dejar al pueblo libre de escoger su destino.
Por otra parte, en el diario de Cirilo Villaverde consta una conversación sostenida el lunes 17 de marzo de 1851 entre el propio Villaverde y "El Lugareño", la cual demuestra su seguridad en una Cuba independiente de modo definitivo.
He aquí el fragmento del diario de Villaverde:
"Por el camino fuimos hablando sobre la futura República, y el papel que cada uno de nosotros estaría llamado a representar en ella. Betancourt me manifestó que estaba viejo; que el tiempo se le pasaba conspirando, y que temía no poder ir a Europa al fin. Y le dije que sin duda Cuba le daría bien pronto alguna comisión a Londres y que esa sería una buena ocasión de ver Europa".
Es decir, que ambos contemplaban a Cuba soberana, haciéndose representar como tal. Pero es digna de conocerse otra parte de aquella conversación, que pinta muy bien su carácter, que era el genuino de los revolucionarios camagüeyanos de esa época.
"Betancourt me replicó -consigna el novelista en su diario-, que no quería ni aceptaría comisión de ninguna especie, que amaba tanto su propia independencia como la de su patria, y que si deseaba ir a Europa era libre e independiente para estarse el tiempo que se le antojara y volverse cuando le diera la gana"
Discípulo de "El Lugareño" en el más elevado sentido de la palabra puede considerar a Joaquín de Agüero. No es extraño que dijera a sus aprehensores la bella frase que le atribuyó el periódico La Verdad comentando la posición de los patriotas camagüeyanos; "Desde que tuve uso de razón he suspirado por la libertad de mi tierra".
Carácter independiente, Agüero fue llamado en 1843 por el representante del Capitán General a explicar cómo es que había dado la libertad a sus esclavos; entonces acuñó esta frase espartana; "Cumpliendo un deber de humanidad y conciencia".
En 1849 se fundó la Sociedad Libertadora de Puerto Príncipe, respondiendo a la inspiración de "El Lugareño", quien desde Nueva York venía alentando a sus paisanos por medio de La Verdad y de correspondencia privada.
El momento histórico en que vivió Betancourt Cisneros y en que alcanzó la plenitud vital corresponde a una de las épocas más confusas de la Historia de Cuba. El despotismo y la esclavitud justamente habían llegado por entonces en la colonia al ápice de su curso. En el orden espiritual, sólo se aceptaba la sumisión absoluta a los dictados de España.
No obstante, Gaspar Betancourt Cisneros, "El Lugareño", constituyó un líder y un verdadero pilar que puso en juego por sus ideales no sólo sus bienes materiales y su prestigio personal, sino también su vida misma.

Al ritmo de ciertas notas.

Te enchufas los audífonos. El gran descubrimiento del año: los mini-reproductores-eme-pe-3. Vas por una calle del centro, las micros pasan, la gente pasa, y tú enchufado. Escuchando. La música que te gusta y repites mil veces hasta que te cambies de grupo o surja algo nuevo. Y te das cuenta que ciertas canciones con cierta lírica te remontan al pasado, a sentimientos de infancia, a recuerdos que viviste en la calle por donde andas. Es la nostalgia que vibra en tus oídos.

Y la gente ya no es gris. Es parte del vídeoclip de tu vida que dura lo que duren las pilas.

El Universo de la Memoria.

Taximetrosofías I.

En el taxi me propuse dormir, aunque fueran sólo 20 minutos. Iba con Hombresh y la Vero. No pude. No quise. El taxista iba hablando y sin recordar bien de qué, sólo sé que era algo interesante. Dijo cosas como: y los chilenos somos unos copiones, si ya hace más de 100 años Eusebio Lillo lo supo al poner en el Himno que somos "la copia feliz del Edén"... Uf, las cosas que uno escucha, es como si uno no existiera, la otra vez iban dos tipos atrás y uno le decía al otro "pero jura que no le vas a contar a nadie", ¡Yo me podría haber girado y haberle dicho que yo también sabía lo que se supone era secreto!... Si sale Piñera al menos tendremos botecitos navegando por el Mapocho, hasta seguro se le ocurre a ese ingenioso cómo subir los puentes para que pasen por debajo... La señora de Gabriel Valdés sabe perfectamente lo que su hijo va a ser, ella cree que va a ser Presidente, ¡con suerte las madres se esfuerzan para que el cabro chico llegue a la Universidad, pero ella ya lo tiene en la Moneda!...

Y así.

Hay un mundo fuera de este mundo lleno de verdaderos pensadores y cronistas urbanos.
Sólo debes aprender a escuchar.

jueves, septiembre 22, 2005

Sol de Oriente.

En locación. En productora, mejor dicho. Se ha filmado lo que se debe filmar. En aquella plaza que guarda mis pensamientos socialistas sobre bolsas para excrementos, perros y dueños sin conciencia social.
Soy el único que tiene un bronceado insolente insolado. ¿Y qué hiciste? ¿Filmar en Jamaica? Si hoy estuvo nublado, de dónde sacaste sol para tener la cara hinchada y la nariz como rudolph.

Y qué sé yo. Será que me puse justo debajo del spot más pronunciado de falta de capa de Ozono.

Voy a demandar a quién sea. A los gringos, que tienen la mayor cuota de contaminación.

Quemarse por quemarse y ser el único me capacita para decir que fui un desafortunado.

Ley de Alguien Nº 12

"Siempre habrá alguien más inteligente que tú. Lo que no significa, que tenga ideas de mayor calidad o, en su defecto, mejor sentido del humor."

miércoles, septiembre 21, 2005


FALSO, pero no por eso una mala idea. Posted by Picasa

Socialismo Puro.

Ahí estábamos. En la plaza Loreto Cousiño, observando los dispensadores de bolsas para recoger los excrementos de perro cuando los dueños sacan a pasear a sus mascotas. No sé por qué lo dije, pero me pareció en su momento una reflexión con conciencia:

"si viviéramos en un sistema socialista IDEAL este dispensador no nos parecería un chiste y tal vez, TAL VEZ, si estuviéramos caminando podríamos incluso decir, Voy a sacar una bolsita y recoger los excrementos para que los hijos de mis vecinos jueguen en suelo limpio. PERO, como vivimos en otro sistema, uno neo-capitalista-socio-cultural, lo que piensas al ver este dispensador es que es absurdo, que el que deja mierda en el pasto es un inconsciente que no aprovecha los dispensadores, aunque nos sigue pareciendo una estupidez esto de recoger la mierda de nuestros perros, pero que el dueño es el ÚNICO responsable de levantarla y, por tanto, que se jodan los niños si el dueño no hizo lo que debía hacer."

Me miraron. Obviamente les pareció una broma "excéntrica". En fin, uno puede pensar mucho, pero influir poco a que se vea más allá del mero hecho del dispensador de bolsitas para recoger mierda.

martes, septiembre 20, 2005

Nuestro castillo formidable,
de viajes por la luz...

Sobre el vivir y el Sobrevivir.

¿Y te gusta lo que haces? Hay días que sí, otros que no, suelen ser más los días que no, en fin, ¿Y qué es lo que te molesta de tu trabajo?, Esa maldita lucha de egos, el cliente quiere una cosa, la agencia otra y uno es la superficie de la suela, el que pone la cara en el lodo, ¡Eso mismo pensaba yo!, pero me dijeron: adáptate al mercado dinámico o muere, ¿Adaptarse al mercado dinámico?

¿De qué me hablan? ¡Si son nuestras manos las que impulsan el mercado, por qué piensan que hay un Místico-Dragón-Devora-Hombres llamado MERCADO-DINÁMICO!

Es la solidaridad lo que nos tiene hoy donde estamos. Es el intercambio de necesidades y la solución en conjunto para encontrar los satisfactores lo que ha construido parte de la civilización. Es el mercado dinámico lo que llevó a la Guerra: los cañones dejaron sorda a la Conciencia y abrió las puertas a la Intolerancia.

En un planeta diminuto como el nuestro, es cosa de pensar un momento en lo que significa tener que adaptarse al mercado dinámico y dan ganas de reír: si me adapto mucho, los hijos de mis hijos nacerán marcados ya para una función, "porque será más fácil adaptar al hombre al mercado que el mercado al hombre (Pensamiento de Theodore Baltus)."

Y me dan escalofríos.

De regreso a la gran ciudad luego de dos amables tardes en La Serena.
Ya lo dijo Shevek y lo interpreto:
¿Dónde van todos tan apurados, con los rostros grises, preocupados y sombríos?
La multitud de individuos no se diferencia en nada, cada uno lleva el semblante rígido, da la impresión que la vida se acaba al final del camino...
¿se acaba la vida al final del camino?
¿o es el final del camino el retorno necesario para dar el real sentido al viaje?
¿es que vamos de regreso al abismo o a contagiar a los otros de la serenidad alcanzada durante nuestro retiro?
Algo falla en nosotros, o en mí, pero yo soy todos y todos son yo...

sábado, septiembre 17, 2005

Encuentro Imaginario.

Se giró.
Me giré.

La vio y le pareció atractiva, pero no especial.
Lo vi y me pareció común, pero con algo particular.

Ella estaba con otro, su mejor amigo.
Su mejor amigo era mi pareja.

Pasaron los días y se enamoró como un adolescente, pensó que nunca le pasaría de nuevo.
Pasaron los días y me fui desenamorando de su amigo y él se fue ganando mi corazón hasta que le dije "te amo".

Y ahora estamos juntos.

viernes, septiembre 16, 2005


"No, mami, si es el stress del modelaje, por eso he bajado tanto de peso... ¿la foto en el diario? Esa no soy yo, ¿ACASO NO SABES RECONOCER A TU HIJA DE UNA CUALQUIERA?" (K. Moss tratando de zafar ante su santa madre sobre los alegatos de que inhala coca... nadie sabe cuanto sufren las modelos.) Posted by Picasa

jueves, septiembre 15, 2005


6 de Octubre. Posted by Picasa

Escuchando al tío Parra.

Caramba,
que viene la zapalluta

la zapalluta viene a por mí

y vienen no de verde
vienen de negro

Caramba,
si son los carabineros

los pacos silenciosos

y viene ella con la luma en las manos
Caramba

pero si es la Lucía
la Lucía a la que tanto le bailé

Caramba,
y viene de negro
y agitando la luma de verde...

A buen entendedor.

-Señor, se le han subido los humos a la cabeza.
-¿Me dice que tengo los zapatos en llamas?

Tertulia en torno a PLAY.

-¿Viste PLAY?
-La vi. Y la odié.
-Cómo que la odiaste.
-La encontré insípida, fome, cinearte cojo, una lata.
-¿Pero entendiste todo?
-Entender qué, ¿que la protagonista es rara, que se enamora, que sigue a un tipo por todas partes, que alucina, que está medio loca, que es un Ameliè pero a la chilena?
-¿Me dejas explicar?
-Explica, pero no hay nada que la salve...
-Es la historia de una niña que crece.
-Eso, porque las mujeres viven desesperadas por crecer.
-Ok, es una chica del sur, mapuche, que ama la ciudad y detesta el campo, es una chica ingenua, pero no tonta, y tiene una imaginación hiperactiva...
-Como Ameliè, pero en el mercado persa.
-Ok, será como Ameliè, trataron de darle los colores de Ameliè, pero aquí la obsesión es distinta, a pesar de estar relacionada con el amor y el misterio de encontrar al otro.
-Me sigue sonando a mala copia, a fotocopia deslavada, si no tienes por donde rescatar a PLAY.
-Ok, pero ¿te diste cuenta que todos los personajes, por mayores que fueran, son niños? ¿Que todo lo van descubriendo a medida que lo experimentan? ¿Y que el objeto del deseo (Aline Kuppenheim) para el personaje Tristán es la redención -errada- y para Cristina, el personaje central -y notable- es el centro de la corrupción de su inocencia de niña?
-A ver, a ver... Me dices entonces que Cristina, que te acepto está notable, con todo su mundo interior y sus fantasías y alucinaciones se ve deshecha por tratar de ser algo que en verdad no le conviene alcanzar... ¿Una "ciudadana"? ¿Una mujer de ciudad?
-Claro, ese es el núcleo del cuento de hadas que viste y se llama PLAY.
-Pero...
-Pero qué.
-Me sigue pareciendo que es el imaginario de Ameliè atorado en el smog.
-¿Y qué? ¿Sólo Ameliè puede soñar con algo mientras lo idealiza? Pero en PLAY el final no es de príncipes azules.
-¿Qué? ¿Es un Ameliè, pero "aterrizado"?
-Puede ser, puede ser...
-¿Y que hay de las historias paralelas?
-Ah, eso amigo mío, es otro tema, creo que concordamos que le quitan a PLAY más que le suman.
-¿Verdad que sí?
-Pues sí.
-¿Y que hay de que se dice que es una película más para "niñas"?
-Eso es una estratagema de las "niñas" para acusarnos de insensibles si no te gustó la película.
-¡LO SABÍA, LO SABÍA, QUE NO ME EMOCIONARA NO TENÍA POR QUÉ SIGNIFICAR QUE SOY UN INSENSIBLE, ALGO RARO TIENE LA PELÍCULA, ALGO LE FALTA!
-Algo le falta, sí. Algo le falta. Y ahora baja la voz, que ya empiezan a dar la película...

miércoles, septiembre 14, 2005

Pequeñín: dos y medio días en el mundo.

Ahí estaba, en brazos de M. Tómalo, me decían, cárgalo un rato. ¡Por favor, no, cómo se les ocurre, algo tan pequeño, Y SI SE ME CAE! ¡¿AH?! No pienso cargar con la culpa toda mi vida...

Amiga S. estaba feliz. Con 4 kilos 300 gramos menos, pues el sobrepeso que venía paseando por el planeta en forma semi-circular-elípiticoide delante de su panza es ahora un SEBASTIÁN. El padre no estaba para felicitarlo. Para decirle: compadre, sos un valiente, tenés que ser un grande para tu hijo.

Y alguien dijo: no sé qué pasa, son todos iguales los hombres, NUNCA QUIEREN CARGAR LA GUAGUA.

Apenas carga uno con uno mismo, ¡JÚA! y va a temer por la estabilidad necesaria que requiere un pequeñín para que crezca SIN MAGULLONES si lo vas a tener en brazos... en fin, la naturaleza es sabia, la madre carga al hijo, el "tío" sólo lo admira. "Pero si son casi de goma, si se te cae no le va a pasar nada". Mejor ahorrarse el "no le va a pasar nada".

Me gustó ver a S. feliz con su hijo.


LA COFRADIA DEL OJO.
Si miras bien, no hay puerta de escape... Posted by Picasa

Estas cosas pasan, estábamos pensando cómo decirte...

Un único evento y las cenizas silentes.

Vivimos en la misma ciudad, esta gran ciudad, la capital de concreto y modernismo "manito de gato", esta ciudad que la acusan de centralismo y pedantería tercermundista: Santiago, la capital de Chile.

Y en esta Ciudad-Dédalo viven 6 millones de Hombres-Ratón, que poco a poco van tratando de aprender cómo moverse en ella sin sufrir descargas o violentos accidentes. O simplemente, tratan de no encontrarse con alguien a quien no quieren ver, a alguien con quien trataron de sobrevivir juntos el laberinto. Esos solitarios, entristecidos, descorazonados ciudadanos que creen que se puede existir entre las 6 millones de sombras de desconocidos para tratar de olvidar.

Pero no se puede olvidar a menos que te extirpes el lóbulo frontal del cerebro, cirugía que no se ofrece en las clínicas de "cuerpo y alma" porque es inhumano y costoso. Mantener un vegetal humano va más allá de echarle agua de tanto en tanto.

Nuestro héroe urbano, sin nombre por el momento, decidió que quería estar solo. Aislado. El resto no le dejaba pensar, un enjambre de ociosas abejas le parecían los otros, revoloteando, zumbando, y ninguno se callaba, siempre hablando del éxito, de las mujeres, del dinero, del esto y del otro.

Nuestro personaje principal estuvo gravemente deprimido. "...Al borde de la cornisa/casi a punto de caer..." Un mal de amores. Tratable con pastillas y agotadoras horas de sueño. Pero incurable.

Un alma enferma. "Casi ni se nota la línea de la vida", le dijo una bruja. Qué se va a notar, se dijo nuestro protagonista, si ellos dos, mi mejor amigo y la mujer que amo, un día cualquiera de verano me dijeron a coro, "estas cosas pasan, estábamos pensando cómo decirte..."

martes, septiembre 13, 2005

Sobre el deseo y la trinidad Aristotélica del triángulo amoroso.

Cabe decir que:

1. El deseo proviene del interés individual por poseer algo que no se tiene y que otro posee.

2. El deseo es la fantasía alrededor del objeto deseado y las estrategias para desposeer al otro de aquello que es dueño y atrae nuestro interés.

3. El deseo es motor impulsor de actos impulsivos, puesto que la no-posesión del objeto deseado conlleva a la errada noción de que no está en juego ningún aspecto moral del YO INDIVIDUAL, ya que el verdadero dueño es quien debe proteger el valor del objeto en deseo.

4. El objeto del deseo, entrampado en un triángulo amoroso (léase "hombre" o "mujer"), es el que más perjudicado resulta, al sentirse en posesión de uno y en deseo de otro: o sea, un objeto "nulo", en tierra de nadie.

5. El deseo y el triángulo amoroso, relatado como historia, perjudica siempre a dos de tres: a) al objeto deseado, b) al que desea y/o c) al que poseyó al objeto y lo perdió ante el individuo que deseaba lo que en algún momento fue suyo.

Sea como sea, el objeto deseado perderá siempre ante los caprichos del "deseoso" y el "posesivo", guardando la culpa (aunque crea que no la tiene) entre los recuerdos que genere el triángulo amoroso.

Nacieron: una antes, uno después.

Amigo C. me dice: mi hija me preguntó el sábado, durante el almuerzo, si ella me había cagado la juventud. ¿Ah?, le respondió él. Que si te jodí la juventud, ya que me tuvieron tan jóvenes. Y mi amigo, entre nervioso y aliviado por tocar el tema, le respondió a su adorable hija cuasi-adolescente: pasamos susto, pero eres todo lo que vale la pena.

Amiga S. tuvo a su pequeño ayer 12, a las 22:30, y lo nombraron Sebastián. Tampoco fue "planeado", pero es todo lo que vale la pena.

La vida, al fin de cuentas, no se planea. Aunque quieras.

Yo, reitero, quiero un hijo. ¿Cuándo? La vida dirá.

Mientras, a reparar y preparar y calcular todo, para que no nos pille "tan" desprevenidos.

lunes, septiembre 12, 2005

LA VERDADERA REAL HISTORIA DE LA GRAN MENTIRA (por "un periodista titulado").

Kenito Ríos amaba a la China Larraín. La amaba profundamente, eso creía él. No importaba que le hubiese dicho la China que era "correcto y de buen gusto exagerar la nota acerca de los sentimientos para los matinales, estelares y programas de trasnoche, somos un ejemplo para la juventud y las dueñas de casa, TIENES que decir que me amas, ¿te queda claro?" Kenito asentía aletargado, cabizbajo, "te amo, te amo, te amo... tengo hambre."

Kenito modelaba raquetas de tenis en los clubes fashion de deporte TOP del país. La China, jugaba a la moda, y era la Nº 1 en diseñar-confeccionar-y-coser-un-traje-de-noche en los eventos TOP alrededor del globo... de cumpleaños de algún famosillo.

Se casaron. El uno amenazaba al otro con dejarlo si no contraían matrimonio. "Sí, se enviaban por celular mensajes de texto que decían: o nos vamos al altar o cada uno para su casa -comenta Auricio Misrael, íntimo amigo de ambos y conductor del programa que los separó finalmente-. Triste, muy triste, que se tuvieran que amenazar mutuamente... ahora que lo pienso, suena estúpido... ni siquiera sé si se amaban, aunque me lo decían a cada rato, `lo amo´, `la amo´, pero mi deber como amigo y conductor de televisión era repetirles que no se amaban, que se aprovecharan el uno del otro, ¡si son jóvenes aún, cómo perder el tiempo en tonteras!"

Ocurrió lo que ocurre siempre: salieron Kenito y China en la portada de un prestigioso diario de cuarta con un encabezado que gritaba en letras rojas "¡KENITO AROLLA A LA CHINA Y NO CON SABOR PRIMAVERA!"

Ayer se separaron legalmente. A Kenito le dolió lo que creyó era el corazón -pero el doctor le dijo luego que no era más que una gastritis por los malos ratos. La China sale hoy en la tele para hablar de por qué se separaron, tanto es el dolor que siente que necesita compartirlo con el espectador promedio -sin repartir claro un céntimo del abultado cheque que le ofrecieron por salir al aire hablando cosas que escapan al voto que hizo al casarse.

domingo, septiembre 11, 2005

Allá/Acullá.

Al espejo me he mirado.
¿Y quién es ese?

Ojeras profundas se mecen bajo los ojos:
ese no es otro que el que debe ser.

Y ya saben, lo profundo del reflejo,
es un espejismo de metal bruñido:

el otro, el irreal, es casi tú mismo.

Casi.
Porque el espejismo y sus ojeras,
desaparecen cuando la luz se apaga
o el ángulo óptico excede el punto ciego.

Y tú quedas.
De este lado.
Donde el dolor
(o el placer)
no es un efímero reflejo.

sábado, septiembre 10, 2005

Sobre el Schreiben*.

No es fácil armar un relato. Escribir, digamos, es de pocos. Y la apreciación no va a altura egótica y de falsa modestia: escribir, como se entiende, es un delirio a veces que enferma e invalida.
Ni siquiera sabemos por qué viene el impulso de trazar palabras y armar cuentos: para qué, para quién, con qué fin.
Leí en escritores.cl que aquél que quiso ser escritor, es ahora de seguro un escritor nocturno o de fines de semana, pero no de tiempo entero, porque no hay que ser profeta para entender que para vivir de las letras son ellas las que deben querer vivir de tí. Y ahí estamos varios, buscando dónde imprimir una idea, desde un blog hasta la servilleta de un café en alguna ciudad entre Santiago y el norte del mundo.
Por mi parte, escribir es entrar en guerra: arremeten las ideas como estampida de búfalos, todas parecidas y todas distintas, y es una sola idea-búfalo la que se aparta de la manada, y se disuelve y sometida la convierto en párrafos. Y pueden pasar cinco minutos o tres años. Comienzo con el final esculpido en la mente: casi siempre son relatos breves. ¿Agota escribir? Cansa, te chupa el alma, no saben cuánto puede pedir un relato, ¡pero te ruega vida y textura!, y te sientas y terminas y, por supuesto, no te gusta. Tratas de borrarlo, pero sólo lo alejas: ya dijera Da Vinci que una obra de arte nunca se termina, sólo se olvida.
En fin, el don del que tanto hablan, el don de la palabra, el don de escribir es una maldición incurable, que portas cada día y que va atento a las hojas en blanco del diario vivir. Porque uno lo quiere escribir todo, a cada rato, y cuando se te ocurre una idea que sientes te va a devolver el alma al cuerpo, o vas por la calle, o estás en una reunión, o al llegar a casa ya se te han quitado las ganas.
¿Para qué escribir? ¿Para quién? ¿Por qué si nadie tendrá acceso?

Y aquí me tienen. Escribiendo.

*schreiben: del alemán, escribir. (N. del T.)

viernes, septiembre 09, 2005


Welcome. A STGO CITY Story. Posted by Picasa


El mundo fuera. STGO CITY. Posted by Picasa


Wake up, Donnie. Posted by Picasa

Y qué.

Iba en [la] micro. La lluvia acribillaba el pavimento y las gotas, del cielo a la tierra a velocidad kamikaze, luchaban por atravesar los paraguas, abrigos, parkas. Y qué.

Miro por la ventanilla. Vi a Longueira con Lavín y ellos tienen ALAS. Y qué.

En otra esquina, me encuentro con Piñera rodeado de personas que asumo es su familia. Y qué.

La tercera era la vencida: estoy contigo me dice Bachelet. Y qué si creo es la mejor de las tres campañas.

Coldplay en los oídos. Y qué.

Y qué.

Entonces, como un fantasma amigable, un Casper del pasado, en un camión de gas me topo con la sonrisa de un actor con el cual trabajé en una película. Los recuerdos inspiran hondo y comienzan una carrera para salir a la superficie desde el fondo de mi memoria. A ese chico, el que me sonríe, el que promociona el gas, a ese chico fui yo el que le hizo el casting. Y quedó en el papel principal. Y me viene un orgullo ridículo. Innecesario. Intangible.

Y qué. Me da gusto verle la cara nuevamente, aunque sea en una esquina, bajo la lluvia, en una foto gigante pegada al costado de un camión gigante.

Pues nada, sólo charlando.

-Bonifacia, ven a ver esto.
-¿Qué ocurre, Artemio?
-Pues mira... ¿qué crees que sea?
-Ay, pero qué cosa más extraña.
-Por cierto extraña, Bonifacia. ¿Será...?
-No lo creo, Arti, es demasiado redondo para ser eso.
-Entonces me han pillado, Boni, porque lo veo, lo entiendo, pero no sé cómo llamarlo.
-Digamos que es...
-No, no, nada de eso Bonifacia, decir eso sería afirmar que sabemos cómo definirlo.
-¿Arti?
-Dime, Boni.
-Te confieso algo.
-Dime.
-Ando sin los lentes, no sé la verdad de qué hablamos o qué estamos mirando.
-Contigo es siempre lo mismo, Bonifacia. Siempre.
-Disculpa...
-Ya me arruinaste el misterio. Siempre lo mismo.

Poemas escogidos del libro "De Amor y Otras Semillas" de Eduardo Estlin.

XV.

A callar.
¿ No ven que está soñando ?


XVI.

La luna desnuda
seguía su piel
entre las telas
de una noche:

Ella temía ser
hermosa
y yo procuraba convencerla.

La luna desnuda.


XVII.

Sigue con ambas pupilas esta línea:
Detrás tuyo
se alza
el fantasma de mi cuerpo
y en tus oídos
recito con mi pálida voz
estas palabras:
¿ Sabes tú
cuándo comenzó
este camino ?


XXI. (a D.)

La luz se divide
¿quién osaría tocarte?
y mis manos
insensibles
atadas.
Y eres sombra
cuando la luz se divide.


XXIV.

Mis manos son como ríos:
se guían por el mundo.

Mis manos se secan
pero no olvidan la senda:
el mar es la inquieta
conciencia
del río.

Procuro enseñar algo
a las raíces:
la razón de todo río
es festejar la primavera.

Mis manos escriben al mundo.


XXV.

A la intranquila ceguera
de los astros
atribuyo el rocío
de tus pisadas
sigilosa
(exhausta)
mujer
y noche
traviesa.


XXVII.

Mantén quieta esa postura.

Todo alrededor se balancea
en este instante
en tus ojos.

Equilibrio; entre tú y yo,
mujer,
se desenvuelve ese cielo
oculto por el horizonte.

No eres y eres,
y eres todo;
un río, un aroma, un aliento,
una búsqueda: armonía.

En este momento
amo tu figura
y la inseparable lejanía.

Quieta en esa postura eres el cosmos.


XXVIII.


Todo dicen tiene un límite.
Estas líneas entonces deberían terminarse.
Pero no pueden porque mis manos siguen tu forma.
Todo suponen es relativo: estas palabras serían entonces verdad o mentira.
Qué importa.
Yo escribo sin mirarte y sé que existes.


Urbano y decente. Pero me queda la duda de quién es el excremento. ¿Mal redactado? ¿Y si el perro se ha tragado un choripan en mal estado? Pobre amo... Posted by Picasa

jueves, septiembre 08, 2005

Cuando hablo
mis palabras inician un viaje.
De mí
se desprenden las verdades
suavemente
sin apuro
y mis palabras
cuando hablo
inician un viaje.

Jamás sabré
por dónde se iluminan
pero me imagino
que cruzan campos verdes
intocados
y posan ahí sus flores.

Mis palabras
de mí se desprenden
y viajan
para cultivar las lejanías.

Pablo y Chico: una ficción de nuestra vida real. Un documental falso con toques de cierto. En fin, lean. (escrito el 2003)

"plagiario es aquel que no ha digerido bien la sustancia de los demás: devuelve los trozos reconocibles" (Valéry)



No era difícil identificar el problema con las chicas. Éramos tres desadaptados, cada uno con su rareza en particular: Chico y su actitud misógena; Pablo y sus ensueños románticos de poeta extinto; yo y mi silencio.
La fiesta estaba en el momento álgido. Susana, compañera nuestra en el colegio, celebraba sus quince años. Algunos andaban borrachos, jactándose de que tomaban tequila o whisky. Pablo tenía en su mano un vaso de Coca-Cola. Yo tomaba una cerveza. Chico se negaba a ingerir alcohol. Es algo estúpido perder la conciencia y el control de la mente por un agente ajeno a tu organismo, decía malhumorado Chico por encima del estridente hip-hop de House of Pain, es mejor meditar y saturar las neuronas a través de la hiperventilación. Con Pablo nos reíamos a carcajadas. El mundo nos miraba como lo que éramos: tres extraños con mundo propio.
-Ahí viene Natalia –dije a Pablo.
-Pues anda y háblale –me motivó con una sonrisa irónica.
-No seas patético –intervino Chico -, nunca te va a pescar, acéptalo, no tienes estilo.
Cuando Chico se ponía extremadamente opaco en sus comentarios daban ganas de estrangularlo. Lograba hacerte sentir culpable, sobre todo si ya tenías decidido hacer alguna movida.
-No seas un amargado, Chico, que no te gusten las mujeres no significa que a nadie le pueden gustar –dije bromeando con sequedad.
-Tómate una Coca –dijo Pablo. Pero sabíamos que Chico no tomaba Coca-Cola: el brebaje aquél contenía cafeína y eso aceleraba a nuestro amigo tanto como si hubiese jalado. Reímos nuevamente. Los ojos de “los bacanes”, apodo que le habíamos puesto a nuestros compañeros cuicos y arribistas, se posaron nuevamente en nosotros, el trío de nerds. Pablo levantó su vaso y saludó a Iván, el bacán de los bacanes, que en ese momento repartía patadas en el aire al ritmo de Stereo MC´s. Iván le mostró los dientes y se tiró encima de Paula, la matea me-visto-a-la-moda, que soltó un agudo grito de sorpresa –cínico, por cierto- y se puso a bailar con el chimpancé que aprovechaba para correrle mano y tocarle las pequeñas tetas.
-El hombre es malo –comenté a Chico.
Chico frunció el ceño juntando por poco sus espesas cejas.
-No es malo –respondió sin mirarme-, sólo es ignorante.
Me gustaba proponer temas filosóficos existenciales de la nada, porque mis dos amigos seguían el juego y divagaban, aunque nunca llegábamos a la respuesta. Era un juego de niños que leían demasiado.
-No puede ignorar que es malo –contestó Pablo. Como siempre, una discusión entre Pablo y Chico se venía, claro que el primero lo hacía sólo para fastidiar al segundo. Entonces yo me mantenía al margen y observaba desde fuera el diálogo vacuo e intelectual que tanto detestaban los otros, ¿se creen mejores los huevones por hablar tanta huevada?
-No dije que ignorara la maldad, dije que es ignorante, lo que significa que no entiende, como tú –Chico arremetía contra Pablo.
-No sé –dijo Pablo-. Sólo sé que nada sé.
-Estúpido.
Pablo le dio unas palmadas en el hombro a Chico quien las rechazó sacudiendo con la mano el invisible polvo del sarcasmo.
-¿Y si le entrego la poesía? –dije mirando fijamente a Natalia.
-Si le entregas la poesía quedarás como fleto –agregó Chico-. Te digo que la poesía es de maricones sensibleros y a las minas le gustan los hombres, no un Lord Byron del siglo veinte.
-Y eso que la opinión viene de un hombre-hombre, Matías, hazle caso a Chico.
Sin aviso Chico lanzó un puñetazo al brazo de Pablo, pasando por encima mío, casi botando mi cerveza. Luego Chico volvió a su postura de gárgola que acecha maliciosa a los visitantes. Pablo tuvo que dejar el vaso sobre el parlante del equipo para carcajearse tranquilo. Natalia fumaba. Me dieron ganas de fumar también.
-¿Se pueden calmar el par de putas?
Pablo y Chico me miraron.
-Resulta que ahora te damos vergüenza, eh –dijo Pablo-. ¿Quieres ser bacán? ¿Quieres ser uno de ellos?
-Lo sabía. Un traidor en nuestras filas –dijo solemne Chico.
Ambos se apartaron de mi lado, ofendidos.
-¿Pero qué les pasa? –pregunté molesto por su actitud pendeja.
-Nada, qué nos va a pasar, ya sabía yo que la bacán de Natalia te iba a afectar el seso –dijo Pablo y tomó el vaso.
Agité la lata de cerveza. Nada. Vacía.
-Voy por otra.
-Y a mi qué. ¿Soy tu mamá acaso? –dijo un Chico resentido.
Me levanté. Para llegar a la cocina era necesario pasar cerca de Natalia. -Aprovecha y háblale –me aconsejó Pablo. O podía leer mis pensamientos o se me notaba en los ojos lo mucho que me gustaba Natalia.

INCONCLUSO/ creado el miércoles 23 de Octubre de 2002. 08:16.

lunes

Cuando leí El Gran Meaulnes caí en la cuenta que la vida puede ser una breve fantasía de intensos amores, aventuras prohibidas, castillos ocultos. Fuera de este mundo existe otro mundo, el mío, el que jamás tendrá pasaporte terrestre, mi planeta elíptico detrás de las cortinas del universo.
Comienzo la semana sintiendo que cargo sobre mis espaldas el infortunio de los hombres que nacieron y murieron antes que yo, aquellas tristes almas que intuían que el mundo se construía sobre mierda y paredes de hielo. ¿Qué soy? ¿Un rebelde oculto? ¿Un idiota que imita la voz de los otros y oculta con pericia la lágrima arrebatada de mis ojos por la daga del arte, el arte del cine, el arte del amor, las mujeres, el aire y una vieja vagabunda?

Lo que pasa es que soy un castillo asediado cuyo ejército escapó por la puerta trasera, no por cobardía, si no por sobrevivencia. Mara, la mujer que amo, era la única guerrera construida en piedra capaz de esperar eternamente la apertura de mi reino. Y no pude. Y no quise. Siendo rey de mis tierras, hombre de ciencias, poeta, escritor, no fui capaz de enseñar las habitaciones que guardaban mis maravillas, los tesoros del corazón.

Pero el corazón es un músculo inmune al dolor y los sentidos.

Llego a la oficina. El jefe aguarda, los dientes afilados, el terror del cancerbero. 9:01 am. Yo, héroe, antihéroe, urbano superhéroe sin poderes, constructor de pirámides, remero esclavo de barcos romanos... llego tarde a la pega y me invita el jefe a su despacho. La cárcel del carcelero.
-Tarde, como siempre.
-¿Verdad?
-No se haga el idiota, Alonso.
-¿Estoy despedido?
-Por supuesto.
-Entonces le pido mi adelanto.
-¿Qué adelanto?
-Por las horas extras. No sea negrero.

Los guardias de seguridad amablemente me sacaron. Luis, el más flacucho de los dos me convidó un cigarro. Estaba preocupado por su polola. La había dejado embarazada, no tenían cómo pagar los gastos de una guagua. Los padres de ella si se enteraban armarían la casa de putas. Yo miro a Luis y tiro lejos el cigarro, que cae entre los zapatos de un cartero.
-Mira, Luis –el tono de mi voz era profético-, lo que debes hacer, ahora, ya, sin pensarlo, es agarrar tus pilchas y partir a Bolivia.
Nunca más supe de Luis.

11:08 am. En el bar de Don René conseguí me fiaran unos cuántos shops. Estoy ebrio en cerveza. Patético. Que no se me olvide comprar migranol camino a casa. El dolor de cabeza más fatal es aquél que no es previsto.

Martes
Abrí un ojo. El mismo techo de todas las mañanas. Abrí los ojos y bostecé con entusiasmo o aburrimiento, no sé, era el mismo techo y detrás del techo el mismo aire, las calles llenas de gente, por qué, para qué levantarse tan temprano, el ruido del tráfico entra en mis oídos, es como el grito de una enfermedad, no quiero despertar, me quedaré bajo las sábanas y las sábanas serán mi escudo y seré inmortal, dormido por siempre en una habitación barata del rincón más decadente de la espesa y amarga ciudad.
Pero tengo hambre. Visualizo el desayuno, tal vez unos huevos revueltos, un café cargado, pan, después de todo sigo siendo un animal que ante los signos de la sobrevivencia, ante los crujidos del lastimado estómago, baja la bandera de los ideales y le hinca el diente a algo. A lo que sea. Y ahora que lo pienso el poder es el hambre insaciable de la humanidad. ¡Pero qué estoy haciendo! Pensando, pensando, medio dormido, débil por la hambruna. ¡Levántate y desayuna!
El efecto de la madrugada es devastador en mi cuerpo. La gravedad enloquece y me hago más pesado, la sangre se transforma en acero. Oxidado llego a la cocina. Por las persianas de la pequeña ventana entra la luz. Otro día.

Donde trabajo mis compañeros no hacen ningún esfuerzo sincero por respetarme. Eso, claro, es lo de menos, porque entre los fracasados de mis colegas se encuentra Mara. Con Mara todo cambia. Me siento sano, puro, protegido por la imagen de algo indefenso. Ella es un diamante entre el vómito por el cual navega aún el arca de Noé. El diluvio nunca se detuvo. Lo que pasó es que el hombre aprendió a construir por sobre el agua ignorando el castigo de Dios. Tal vez Mara sea un ángel.


Abre los ojos, dijiste. Posted by Picasa


"And everybody is out there, trying to get money..." Posted by Picasa

miércoles, septiembre 07, 2005

Instructivo para comenzar una Revolución.

1) Odie, con todas ganas, un objeto o una persona, o a un objeto y una persona. Ejemplo: "Odio las corporaciones", "Odio al dueño de las corporaciones", "Odio las corporaciones y al dueño de ellas".

2) Traspase el odio al resto. Ejemplo (asado familiar): "¿Acaso no se dan cuenta que las corporaciones y el dueño son unos...?"

3) Fórmese como líder. Lea lo que tenga que leer para entender la mente de los grandes revolucionistas. Si no encuentra satisfactorio el material, continúe bajo instinto.

4) Planee quién debe caer primero para instaurar el sistema que usted cree es el correcto. Ejemplo: "Si derroco al dueño de las corporaciones, lograré que éstas colapsen, y los miles de desempleados me seguirán y tendré ejército propio para continuar con mi tarea revolucionaria".

5) Hágase amigo de algún medio de comunicación.

6) Hable mal de los medios de comunicación que lo crean loco.


Y básicamente agregue más y más odio, hasta que no recuerde a qué iba todo eso de la Revolución. Lo importante, recuerde, es ser revolucionario y anarquista.

No dude en pedir consejo si los 6 puntos expuestos lo llevan a nada. O a la cárcel. PERO RECUERDE SIEMPRE QUE VA POR SU PROPIO RIESGO.


Huracanes Sociales: climatología del desasosiego.
Atatat Alalalaalat.
SBF Independent Anarquist Books.

Lo felino de Sofía.

Un gato pequeño, del tamaño de una baldosa, muy pequeño, sucio, hambriento. Un gatito que maullaba asustado bajo el auto de Sofía. Ese día habían anunciado lluvias. Ella no quería que el gato enano estuviera la tormentosa noche en la calle. Lo recogí con una mano. Tenía la cola tiesa y los ojos cubiertos por húmedas lagañas. Y Sofía se subió al auto, contenta por haber hecho una buena acción, siendo que el bicho se quedaría en mi casa, y partió sin despedirse. Tal vez tuve la ilusión que detuviera el auto. Tal vez quise que bajara del auto y me abrazara mientras yo sostenía al gato. Cosas que vienen a la mente cuando se está triste. Volví a la casa con el animal y lo alimenté con leche diluida en agua, consejo de mi abuela, además de permitirle dormir en el baño acurrucado como bebé que era, en la polera amarilla de Sofía.
Espero que no piensen que la ruptura con Sofía fue algo tan grave que cuidé del gato como recuerdo vivo de nuestra relación. Quizás si hubiera pasado así el párvulo animal habría corrido mejor suerte. Al día siguiente mi vecino lo encontró en su balcón. Un gato pequeño había aparecido en el balcón de un departamento en un noveno piso. De todas formas se quedaron con él, de hecho, ahora es un gato perezoso y rechoncho.
Concentrémonos en lo que quiero escribir. Aunque para mí esta historia será siempre papel: plana, blanca, de dos caras, vacía. Pero aún así, a pesar de mi auto-exigido olvido, en contra de mi voluntad de silencio, la memoria me pica y me rasco y me salen estas palabras. El amor, el que llaman verdadero, es trágico, sí. Más aún si tratas de olvidarlo.
Sofía cantaba en un tranquilo bar, el “Baratija´s”, cómodo lugar para tomar una cerveza en compañía sólo del vaso. Pocos conocidos frecuentaban el bar. No les interesaba un ambiente melancólico e inspirado en el blues. Sofía tenía una grandiosa voz, carajo, si alguna vez pensé que los ángeles alrededor de Dios cantaban lo mismo que la extraordinaria Sofía. Me atrajo el don de las melodías en sus labios. Fue un sentimiento egoísta, ella al cantar tendría que pensar en mí. Claro que estuve casi dos semanas planteando las estrategias para el abordaje. No era llegar y hablarle, no, eso habría sido brusco y evidente. Comencé entonces un romance de miradas. Ella cantaba y mis ojos penetraban en sus ojos, quería llegar al alma, coordinar su atención, y sin darme cuenta, me vi enamorado de una mujer que no conocía.
El tipo que atendía la barra comenzó a informarme sobre Sofía cuando (sin esfuerzo intelectual) notó cómo la observaba. Al principio lo negué todo. Después me ofreció una cerveza a cambio de la verdad. Caí en la trampa –en realidad no tenía importancia que supiera- y se estuvo jactando de su buen olfato para detectar lo que él denominaba “el acto seductor”. Ridículas patrañas de barman encerrado por cristal y alcohol. Como sea que vea el mundo, siempre lo verá deformado.
Sofía venía del sur. Hija menor de una familia de ocho hermanos. Dejó la casa a los dieciséis y nueve años después era cantante regular del “Barattija´s”. Le gustaban las ostras, el canto de las ballenas, el frío de la nieve, la lluvia, la arena. No bebía porque en su borrachera de estreno se tropezó y cayó dolorosamente por una escalera de piedra. Tampoco fumaba. La garganta se le irritaba con el humo, además que era un derroche gastar dinero en una caja de cartón. Le gustaba caminar por las mañanas, perderse en las calles, respirar el aliento del nuevo día. Y a veces realmente se perdía, situación en la que solicitaba a un taxista el regreso a su hogar, consiguiendo antes que no le cobrara. Algunos la llevaban, otros la tomaban por loca, y los restantes simplemente la ignoraban.
-¿Algo más?- pregunté. El barman no paraba de hablar. Y yo que iba a ese antro a esconderme.
-Sí- una maliciosa sonrisa le desfiguró la boca- Tienes una cita.- Una cita. No le bastaba al bestia aquél con saborear su ridículo acierto en la detección del “acto seductor”. No. Quería llevar al extremo su capacidad “psíquica”, casi como un estudio antropológico de las relaciones humanas en un ambiente controlado como es un miserable bar. Aún ante esta inesperada vuelta de tuerca continué con mi frívola actitud.
-Perdón, ¿una cita con quién?
-No hagas eso, amigo. No reprimas tus emociones.
Resulta que el barman también era psicoanalista. Virtud que todo individuo “posmoderno” se jacta de poseer. Carajo. Sólo había una salida.
-Cómo es que tengo una cita si ni siquiera ha terminado de cantar.
El barman amplió la estúpida sonrisa y divisé un diente de oro.
-Já. Porque ella me dijo cuando llegó. Fue directa. “Dile al desaliñado que se sienta siempre en la barra a mirarme como un psicópata que después del show me espere con un jugo de naranja”. La breve biografía fue un ingrediente que añadí yo. ¿A ti la incertidumbre no te provoca náusea?
Cerré el puño. Visualizaba cómo mi furia contenida en mis crispados dedos rompía en mil pedazos esa informe nariz del barman. Pero me limité a pedir otra cerveza. No estaba de humor para quebrarme un dedo trenzándome a trompadas con un proxeneta de ocasión.
Dejando de lado la desagradable conversación con el barman-recadero, caí en la cuenta que luego de dos semanas, era ella quien ahora quería conocerme. Estaba nervioso. Una lista de preguntas y acotaciones ingeniosas se agolpaban como neuróticas abejas en mi cabeza. Dios, la mujer de la que me había enamorado sin siquiera consultarlo con la razón, había concertado una cita conmigo a través del clarividente barman. (suspiro). Esto se salía de los estándares usuales en mi clásica táctica para dar el disparo inicial en una relación que me atraía concretar.
El saxofonista terminó su solo con un estruendoso chirrido que los amantes del jazz reconocían como habilidad de pocos. Sofía bajó de la plataforma sonriendo a los asistentes que aplaudían fervorosamente su performance. Claro, la mitad de los hombres estaban atentos a sus piernas y la otra mitad en sus pechos. Yo aplaudía con ellos, pero mi inquietud me elevaba por sobre esas vulgares percepciones: en menos de veinte segundos tendría que dirigirle la palabra a Sofía. Vi que saludaba a una pareja de homosexuales, a tres amigas y, después, sin otras escalas caminó directo hacia mí. El ojo izquierdo me tiritaba un poco. El sistema nervioso es en ciertos momentos más temperamental que los propios sentimientos.

La única vez que recuerdo haber sentido estas palpitaciones industriales en el pecho fue una tarde que María, la hija de Don Bonifacio, dueño del local “víveres y artículos de librería”, me tomó de la mano y me condujo al lugar más íntimo de su casa. El entretecho. Sin presentaciones previas me desabotonó la camisa, el pantalón, luego me quitó ambas prendas, las tiró en una esquina y estuvo unos instantes mirando mi semidesnudo cuerpo. Luego ella se quitó el vestido rosado, las infantiles ropas interiores y me besó con los labios húmedos. Al principio me pareció repugnante, pero luego al sentir ese aroma a niñita bien lavada, aromática a inocencia y shampoo barato, lo inevitable ocurrió. Ella aprovechó el auge de mi instinto masculino y bajó con algo de apuro mis calzoncillos. Me preguntó si yo sabía cómo hacerlo. Hacer qué, le respondí. Eso, replicó ella mientras exploraba mi cuerpo con su fría mano. Ah, contesté, aunque sólo Dios sabía a qué se estaba refiriendo. Finalmente nos pudimos comunicar. A los doce años me convertí en el despojador de la virginidad de una niña de catorce que temía morir sin nunca antes haber probado lo que sus padres tanto disfrutaban. Don Bonifacio murió de un ataque cerebral el año pasado. A María no la he vuelto a ver. Es más, ni siquiera recuerdo su rostro. Sólo la figura de su cuerpo desnudo tirado en el polvoriento piso de una íntima azotea.

-Hola.
-Hola.
-¿Te gusta como canto?
-Me parece que esa no es la pregunta adecuada.
-¿No? ¿Cuál es?
-¿Te gusta que yo te escuche?
Se quedó en silencio. Me miraba a los ojos y lo di todo por perdido con una introducción tan osada y machista. Sofía miró mi vaso.
-¿Dónde está mi jugo de naranja?
Oh, cierto. Segundo error. El futuro de esta amistad cabalgaba hacia mí como un corcel negro.
-¿No hay jugo de naranja?
-Lo olvidé.
Ella entrecerró los ojos. Un interrogatorio silente se transmitía por el aire. Pero hubo un escape. Nunca supe qué lo hizo posible.
-Entonces salgamos a caminar.
Salimos del “Baratija´s” sin decir otra palabra.

-o-

La calle húmeda era barrenada por un camión que me pareció un gigante hipopótamo de metal y lucecitas amarillas en la cabeza y el trasero. Sofía hablaba y caminaba rápido, como huyendo de cada esquina, perseguida por fantasmas o antiguos amantes. Con rápidos, cortos, y ágiles pasos recuperaba yo, de tanto en tanto, la distancia que nos separaba a causa de su constante carrera.
-¿Cómo se llamaba el lugar? –pregunté cuando llegué junto a ella. Yo esperaba que ella redujera el trote, adónde iba tan apurada (¿o siempre ha caminado así?).
–Es un clandestino. En la casa de un amigo. Si quieres puedes venir.
¿Si quería podía ir?
-Pensé que íbamos a un lugar tranquilo.
-Si quieres estar tranquilo entonces podemos vernos otro día.
Seguía volando calle abajo.
-Yo no dije eso. Yo sólo repetí tus palabras.
-Cuáles.
–Las del bar –hablarle corriendo se me hacía algo molesto.
-Sí, pero cuáles exactamente.
Ni siquiera se volteaba para mirarme. Y yo como Cuasimodo cojeando detrás de ella, servil, humillado, furioso, enamorado. El amor es vulgar, se entrega demasiado fácil a la esclavitud.
–No importa, dónde es la fiesta.
–Ah, entonces vienes.
–No creo tener otra alternativa –sonreí patéticamente.
Se detuvo. Me miró y un brillo de sorpresa encontré en sus ojos. Enroscó su brazo derecho con mi brazo izquierdo en un gesto de abierta ternura.
–Me llamo Sofía, ¿te lo dije? –estaba contenta, su voz emitía alegría.
–¿En griego no significa sabiduría? –sonreí y fue una sonrisa honesta.
-No significa nada. El griego es una lengua muerta.
Nos miramos. Desternillada de la risa me empujó y retomamos el exceso de velocidad. Pero no me importó porque ahora nos seguíamos con el mismo ritmo.

-o-

Sofía no dejó nada en el departamento. Una tarde que volvía fatigado de tanto teléfono y papeles me encontré con un clóset vacío, una cocina sin ollas ni calentador de agua eléctrico, un baño sin cremas ni cajitas de maquillaje. Como un silencio entró sigilosa a robarse a sí misma y se llevó sus cosas dejando la asfixiante presencia de lo ausente.
Me senté en el suelo, crucé los brazos y medité si aún quedaba algún objeto suyo en los rincones de lo que antes fuera nuestro hogar. Es depresiva la manera en que uno reparte cariño entre humanidad y los objetos; el aprecio es indispensable para convertir lo que sea en un recuerdo, vale decir, que sea algo que nos pertenezca como nos pertenece el alma. Conozco gente que quiere más a su televisor que a su familia. Yo (creo) aún prefiero lo humano.
Nada. Se había evaporado. Por donde caminaran sus largos pies ahora se acumulaba polvo. Estaba triste, borracho, seguro de haberle dicho que la amaba, aunque no recordaba por qué se había ido. Pasaba más tiempo hablando con extraños de mi soledad que tratando de reconstruir aquello que nos había separado para buscar alguna forma de revertirlo. En las cortinas la sombra del gato se deslizaba sinuosa. Maullaba. Salí al balcón para ver cuánto había crecido al cuidado de mis vecinos. La luna estaba llena. El gato se había ido. Entonces por un segundo dejé de pensar en Sofía y sentí pena de no poder acariciar al gato aunque fuera sólo un momento. En fin, la falta de Sofía me tenía bastante mal.


Moon on the run. Posted by Picasa

martes, septiembre 06, 2005

- ¿A qué has venido?
-A vivir.
-Entonces deja de pulir ese ataúd y búscate un carnaval.
-Pero...
-¿A qué has venido? Creo que ya sé la respuesta. Y no olvides sacar la basura cuando salgas.

F.O.E.: Fase Optimista Experimental.

El alumno busca al maestro, sin saber que el maestro no está meditando, sino cortándose las uñas, pero cómo iba a saber el alumno, ciertos eventos personales no se hacen públicos, aun entre maestro y alumno.

(alumno toca la puerta del despacho del maestro. El maestro, sorprendido, se corta más de la cuenta la uña del dedo meñique, guarda el corta-uñas y lo mete apresurado en un cajón).

-¡Qué!

(por fuera)
-¿Maestro?

-Otra vez ese preguntón de... (inspira hondo), adelante.

(alumno entra).

-Maestro, tengo una pregunta.
-Cuándo no -susurra el maestro-. Dime, cuéntame qué te aflige hoy, mi querido alumno.
-Pues, verá... (alumno se acerca hasta el límite permitido por las reglas del Estudorio), he estado pensando...
-Mhmm... Un problema en tí...
-¿Qué? No le escuché, maestro.
-Nada, hijo, nada (se mira el dedo cercenado). ¿Cuál es tu pregunta?
-Es, cómo decirlo, es... No, nada, no se preocupe, no lo molestaré con preguntas banales.

(alumno se gira y avanza unos pasos hacia la puerta).

-Pero dónde vas, alumno, no te quedes con la gran duda.

(alumno mira a maestro a los ojos).

-Es la siguiente observación la que quería plantearle, porque es más que una duda.

(alumno comienza a explicar el motivo de su visita, comenzando con una débil introducción, para luego afianzar sus pensamientos y terminar rematando con dos conclusiones magistrales).

-Eso es, maestro. Esas eran mis preguntas. ¿Usted que piensa?

(al maestro le titilan los ojos, un brillo que podríamos reconocer como "emotivo").

-Necesito que me dejes solo por el día, querido alumno, debo reflexionar...
-Por supuesto. Y disculpe que lo agobie con mis ingenuas inquisiciones.

(alumno sale. Maestro abre la gaveta y vuelve a tomar en sus manos el corta-uñas. Queda mirando el aparato, en silencio. Al instante, se larga a llorar).

-¿Dónde perdí yo a MI maestro? ¿Dónde quedó MI lucidez? ¿Qué sabiduría puedo entregar a un alumno tan agudo y profundo?

(maestro se seca las lágrimas con la manga de su toga. Examina su uña mal cortada).

-¿Qué importa este pequeño dolor, qué importa... si no tengo respuesta para el dolor sabio, excelso, de un alumno que he dejado abandonado a la suerte de sus pensamientos?

(maestro mira por la ventana. Ve que el alumno camina por el pasto y que va mirando el cielo, por donde cruza una bandada de pájaros de oro).

-¿En qué momento perdí la noción de Bello y la cambié, como quien se cambia de ropajes, por la idea de tener uñas recortadas con precisión? En qué momento...

(maestro se levanta. Toma un libro de su biblioteca, sopla el polvo que cubre la tapa del grueso volumen. Lo abre).

-He de guiar, he de ser maestro... no dejaré que joven tan sagaz se pierda, no uno que puede cambiar al mundo...


Una vida en el Estudorio.
Mirnoff Alaken.
SBF Books.

Ofrecen Soledad.

Tocan a la puerta

(es tu mente y)
el cuerpo sin voluntad envía un pensamiento:
señor yo mismo
quien le llama a estas horas es su vecino
el desencanto
(no escuches, que el pensamiento cierre las puertas)
y sin afán de robarle nada
sólo un poco de sueño
se me ha encomendado decirle:
mañana, cuando despierte
(no lo oigas, ¡que cierren!)
se sentirá un poco
cómo decirle
(¡que cierren ya esa puerta!)
se sentirá...
(y el pensamiento vuelve al cuerpo)
Tocan a la puerta.
Pero estás durmiendo.
Suerte de tener
-a veces-
con llave la voluntad mientras decanta
el frío y la noche y el tormento
de la mente.
Ahora, descansa.


Una vez soñó que conocía a una actriz. Posted by Picasa


10 años atrás. Colegio. ¿Ahora? Casados. Dime si no tienen final feliz ciertos cuentos... Posted by Picasa

S.C.

Ciudad mal hecha:
maqueta que se despega y desploma,
es el plomo de una bala la verdadera línea del arquitecto.

¡The old days!
¡The bad days!

La venganza es la cruz del mapa.

Un viejo muere...
Una niña vive...
Un trato justo...

Es un western esto de Sin City.
Todo negro, todo blanco,
no te muevas o disparo.

Pero:
Goldie is dead...

¡No mires atrás!
¡No mires adelante!
Entrega el cuerpo a la venganza,
porque...

Goldie is dead...

Ni Dios te salva.
Porque Dios sería Gris
y el gris no tiene trazo
en la ciudad/maqueta/en decadencia.

Una bala viene silbando.
Contenta te atraviesa el cráneo.

¡They are back!
¡The old days!



Goldie is dead... Posted by Picasa


En honor a. Posted by Picasa

lunes, septiembre 05, 2005

Bitácora del Paranoide.

Informe 0-002.


La industria del chocolate ha incrementado sus ventas en un 6%. Y cómo no, si andan todos ansiosos, y a quién no le gusta el chocolate.

6% en una industria como la del chocolate significa DINERO. Y a quién no le gusta el dinero: al fin de cuentas, es con lo que te compras el chocolate. Seré paranoico, pero no tonto, las necesidades y satisfactores se cancelan al contado.

Ahora, ante aquél incremento, pensad:
Hay un chocolate que ofrece un premio que viene en clave para que los niños ganen juguetes. 20 premios. Suena bien, suena entretenido, y es una estratagema para alcanzar ese 6%. Pero hay detalles ocultos, detalles amargos, detalles que se alejan del preciado sabor del chocolate:

20 premios de un minuto para que saque, el pequeño afortunado, todos los juguetes que pueda con un carro en una tienda de reconocida marca, entre una variada gama de juguetes...

Pero es un minuto con restricciones: si el niño rebalsa, digamos, el carro y alcanza la cifra de 1 millón en juguetes, pues le cortan las alas: el premio tiene un tope menor a 300 mil.

Significado: vamos sacando juguetes del carro, que los ojos de niño vean cómo el sueño se reduce y se reduce y se reduce... y el esfuerzo de empujar el carro para hacer realidad el sueño Willy Wonka termina ocupando el espacio de una bolsa blanca grande de plástico .

Ok. Son las reglas del mercado. La industria del chocolate no tiene por qué ofrecer el LOTO en juguetes, pero... ¿no fue el afortunado niño parte del 6% en el crecimiento de las ventas de chocolate?

Bastaría con decir que le dan 15 minutos. Y que con calma vaya sumando los juguetes que le den el tope.

Al fin de cuentas, es un niño que nunca dejará de consumir chocolate.

Como reza la canción: a veces ganas, a veces no.

¿Las medallas de oro olímpicas son en verdad de madera rociadas con spray dorado?

¡QUÉ PASA QUE NADIE QUIERE REENCANTAR AL MUNDO!
¡POR DIOS, SON NIÑOS, EL FUTURO DE LA PATRIA!
¡Y ENGORDAN CON CADA BARRA DE CHOCOLATE!
¡Y NO HAY PREMIO QUE DIGA: "BAJE NIVEL DE COLESTEROL EN LA SANGRE"!

Chantas, todos chantas... asesinos de sueños...




(Fin reporte 0-002 de El Hombre en Las Trincheras Al Otro Lado del Espejo.)

Decisiones escisivas en la vida reciente.

Es ahora que debo escribir.
No en 20 años.

Chinaski/Bukowski dejó el bolso de cartero a los 50.
Buffalino tomó la pluma a los 60.
Saramago, similar a Buffalino.

En mí la sangre se conserva a 36º y 27 años.
Y creo que escribo desde los 8.

"No eres nada espectacular, ten paciencia, ten paciencia, muchos de ellos murieron de hambre antes de conseguir vender un libro..."

Ya.

¿Y acaso conocen un carpintero que mire el árbol, rodeado de sus herramientas, esperando que la madera le hable?

¿Un escultor que crispe sus manos?

¿Un compositor que orqueste sin tararear nota?

Y este blog, qué es, ¿el volcamiento de un tintero que dio por resultado manchas parecidas a palabras, frases, oraciones, párrafos, relatos, poemas, críticas y retratos?

Es ahora que debo escribir.
En serio.

¿O me quedo mirando la hoja en blanco?
¿No es acaso la esperanza y/o fe lo último que se pierde?
¿No estoy, precisamente ahora, escribiendo?

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Ley de N. Parra
"Hagas lo que hagas / te arrepentirás"
posted by Cristián at 10:11 AM
tuerto.blogspot.com

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Ley de Alguien Nº 11.

"Tu vida siempre ha sido una vulgar y estúpida mentira".
(canción popular)

domingo, septiembre 04, 2005


Nuevas Tendencias. Posted by Picasa

Bitácora del Paranoide.

Informe 0-001.



Todos se creen más listos que el resto. Lo que no es malo, ni tampoco bueno: es un absurdo requerimiento biológico de auto-preservación. Me he construido un palacio invisible para dejar a esos listillos fuera, ya que, exisitiendo el paraíso en la tierra, construido por uno mismo, por lo pronto no sirve de nada compartirlo. Es preferible evitar a los oídos el molesto, "y sí en vez de la palmera colocaras un cerezo en flor...". El paraíso es el paraíso. No vamos a andar cambiando todo de lugar como si fuera un set de teleserie.

Yo aún soy de esos listillos. Sigo irascible y molesto. Poco a poco, respirando profundo, me he hecho la idea de que ser pesimista es lo mismo que tener gangrena y que es mejor leer un libro.

El asunto, es que soy un paranoico. Miren ustedes el desastre de Katrina -¿todo desastre épico lleva un toque femenino?-. Soy un paranoico porque veo lo que otros no ven porque los otros son listillos y les basta saber lo que se debe saber y hablar de las cosas como te las presenta, por ejemplo, el noticiario. Pero yo digo: ¿acaso el TEAM AMERICA WORLD POLICE, entiéndase USA, que mantuvo tensa Guerra Fría, dispuso genios a diagramar miles de ataques y evacuaciones ante un desastre nuclear, se toma una semana para evacuar la zona afectada por el huracán? Y, claro, lo controlan todo ahora con la milicia. Una semana se tomó EE.UU. porque en 7 días no hay rincón del mundo que no se enterara, táctica necesaria para construir la imagen de víctima. Y luego ¡KABOOM! 7.000 efectivos militares "para controlar la zona". Resumen: al pobre norteamericano medio su propia Guardia Nacional, Milicia y Gobierno lo tienen bajo amenaza de pistola. "It´s all under control...". ¿El control de quién?

¿No les suena europeo oriental el nombre Katrina?

Ahí vienen, escucho los helicópteros... No saben que tengo varias vías de escape y un único blog que acepta mis escritos...

(Fin reporte 0-001 de El Hombre en Las Trincheras Al Otro Lado del Espejo.)

De Nerón a dos casas de donde vivo.

Luces rojas. Entreabro las cortinas y miro: un casco con un hombre debajo corrían en dirección al final del pasaje.
Luego, la ballena roja con su luz roja, el carro-bomba. Agua.

-¡Hey! -asomo el cuerpo por la ventana del segundo piso-. ¿Qué pasa?

Mi vecino me mira. Levanta los hombros. Otro casco con hombre debajo pasan corriendo. Mi vecino lo mira con ojos de infante y me sonríe con cara de loco.

-Y qué sé yo qué pasa -me contesta-. ¿Pero no le parece emocionante?

sábado, septiembre 03, 2005

Testamento Prematuro/Coherente.

Que me cremen.
Y de un bote, mirando la península,
al viento de Tongoy.
Mirar la superficie,
encender el motor,
viaje a la orilla.
Ustedes saben:
¡Niño alegre de vacaciones!
Atardecer.
Mar.
Playa.
Las cenizas sabrán
reconocer las huellas
en aquella arena.
Dicho.
Y hecho.
3 de Septiembre, 2005.

viernes, septiembre 02, 2005

Contagio Edición 1ª.

¿Te sabes la historia aquella
del niño que enloqueció de amor?

Que era sólo un chaval
un mocoso de dientes de leche.

Pero el corazón le creció tanto
-inmenso-
inflado del perfume fatal
de una mujer que le hizo girar la cabeza
como ruleta:

la apuesta
pues la apuesta
el premio gordo
fue la niñez misma.

¿Te sabes ese cuento?

Y no sólo los niños mueren de amor
porque yo
yo
ahora
justo ahora
a minutos de que llueva
le he dado la primera vuelta a la ruleta.

Es que me he vuelto loco.



"El músculo y el mito: palpitaciones en las sienes"
C. Klunnasky
editorial SBF
2005


A los 50. Posted by Picasa

jueves, septiembre 01, 2005

De batas y pantuflas: reflexiones para chico, el niño perdido.

Uno podría decir: que se jodan todos. Pero eso podría dañar ciertas almas sensibles u oídos refinados. ¿Pero es que acaso no os dáis cuenta que vamos todos podridos a que nos embalsamen como salchichas, nos expongan en vitrina y se ría la gente a carcajadas de nuestros defectos?

Y los amigos que tienes, ellos luchan por estar ahí, pero también los persigue la Gestapo del Mundo. Es que te buscan, chico, te buscan hasta matarte, te succionan la sangre aquellos discípulos de Drakula, que cómodos en sus cheques mensuales se pasean de cóctel en cóctel con las ideas que tus neuronas fueron las que hilaron en una noche de delirio e insomnio.

Y yo quiero hijos, niños con los ojos de M y el abismo de preguntas mío, pero ¡qué carajos!, ¿seré tan fuerte como mis propios padres? ¿Podré contarles, noche tras noche, cuentos de hadas para que imaginen la tierra como un lugar hermoso?

Porque el mundo es un lugar hermoso, joder (ups, otra vez esa palabra). El mundo es un lugar por el cual vale la pena pelear por él (¿no Hemingway, tú que te volaste los sesos?). NO CREO TAMPOCO SEA LA SOLUCIÓN TIRAR A MIS HIJOS AL AGUA FRÍA Y VER SI SOBREVIVEN PARA RESCATAR SÓLO A AQUÉL QUE TIENE LOS BRAZOS FUERTES PARA SALIR A FLOTE.

Chico, no le creas a nadie. Nos educan desde pequeños a pisotear al que tiene mirada melancólica o es tan pajarón de dejar su desprevenida lonchera en el recreo del colegio .
Es que, chico, no somos seres humanos: somos un cuento de tiburones.

Y mi amigo C tiene razón: que me joda (dale con el término) y me quede en casa, de batas y pantuflas, pero que por favor yo no salga más al mundo a pregonar la destrucción de todo.

Vale, pero la destrucción es una forma violenta -en un principio- de creación, de nuevas Arquitecturas. Al menos, como lo veo yo. Y yo no soy nadie, chico, no al menos por ahora. Es que nunca he salido en la tele.

Quien quiera hablarme, que no me toque el timbre ni me llame. Simplemente, que piense que desaparecí, que huí con M a una ciudad remota al sur del sur del sur. Es que, chico, la verdad es que uno no necesita más que lo que ya tiene. Y si quieres más, puedes conseguirlo. Pero no te metas en un baile de lanzar cuchillos con los ojos vendados para dar un espectáculo a miles de descorazonados espectadores.

Mejor valer nada, que valer por la fuerza.
Eso, que te lo demuestren las imágenes de Golpes de Estado que ha sufrido el Mundo desde antes que el hombre-mono lanzara el hueso de Kubrick por los cielos.

Walter Edderthall
SBF Ediciones
2005

Ley de Alguien Nº 10.

"No confíen en nadie... y salven a cuántos puedan."

Fe de erratas.

M me cuenta que fue a nadar. De 9:30 a 10:20. En los camarines, mientras se cambiaba, notó que un tipo vestido como entrenador estaba parado, como si nada, ante la puerta. Tolerante, pensó que se iría de inmediato. Pero el tipo seguía ahí. Entonces no aguantó más.

-¿Podrías esperar afuera? -le dijo.

Una señora apareció de las duchas.

-Oh, oh, disculpe -le dijo a M-, es mi hijo autista.

M pidió mil disculpas. ¿Cómo iba a saber ella que semejante condición fantasma iba a aparecer en un tipo vestido como entrenador ante la puerta del camarín de damas? Only God knows.