martes, septiembre 13, 2005

Sobre el deseo y la trinidad Aristotélica del triángulo amoroso.

Cabe decir que:

1. El deseo proviene del interés individual por poseer algo que no se tiene y que otro posee.

2. El deseo es la fantasía alrededor del objeto deseado y las estrategias para desposeer al otro de aquello que es dueño y atrae nuestro interés.

3. El deseo es motor impulsor de actos impulsivos, puesto que la no-posesión del objeto deseado conlleva a la errada noción de que no está en juego ningún aspecto moral del YO INDIVIDUAL, ya que el verdadero dueño es quien debe proteger el valor del objeto en deseo.

4. El objeto del deseo, entrampado en un triángulo amoroso (léase "hombre" o "mujer"), es el que más perjudicado resulta, al sentirse en posesión de uno y en deseo de otro: o sea, un objeto "nulo", en tierra de nadie.

5. El deseo y el triángulo amoroso, relatado como historia, perjudica siempre a dos de tres: a) al objeto deseado, b) al que desea y/o c) al que poseyó al objeto y lo perdió ante el individuo que deseaba lo que en algún momento fue suyo.

Sea como sea, el objeto deseado perderá siempre ante los caprichos del "deseoso" y el "posesivo", guardando la culpa (aunque crea que no la tiene) entre los recuerdos que genere el triángulo amoroso.

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