martes, junio 17, 2008

OjOs. BiEn. CeRrAdOs.

El Insomne espera paciente al borde de su cama, noche tras noche, que su reloj marque la medianoche exacta.

Entonces se levanta, corre las cortinas de su ventana Este, la abre y respira la brisa de lo que ha estado esperando el día entero: el silencio.

Agradece, en cierta forma, que la maqueta mal hecha de la ciudad sea de concreto. Sus desconocidos vecinos regresan a casa, fatigados, oprimidos por el cemento y su falta de eco.

El Insomne y la noche pactaron amistad.

Las ideas son claras. Las ideas encajan. Las ideas insinúan respuestas. Mientras el caos duerme o reposa o festeja buscando olvidar el día, El Insomne se sienta ante su máquina de escribir y piensa.

A Einstein le valió una teoría.

El Insomne cree que a él le puede valer la respuesta al poema de Vallejo:

Considerando en frío, imparcialmente,
que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
se complace en su pecho colorado;
que lo único que hace es componerse
de días;
que es lóbrego mamífero y se peina...

Considerando
que el hombre procede suavemente del trabajo
y repercute jefe, suena subordinado;
que el diagrama del tiempo
es constante diorama en sus medallas
y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,
desde lejanos tiempos,
su fórmula famélica de masa...

Comprendiendo sin esfuerzo
que el hombre se queda, a veces, pensando,
como queriendo llorar,
y, sujeto a tenderse como objeto,
se hace buen carpintero, suda, mata
y luego canta, almuerza, se abotona...

Considerando también
que el hombre es en verdad un animal
y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza...

Examinando, en fin,
sus encontradas piezas, su retrete,
su desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo...

Comprendiendo
que él sabe que le quiero,
que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente...

Considerando sus documentos generales
y mirando con lentes aquel certificado
que prueba que nació muy pequeñito...

le hago una seña,
viene,
y le doy un abrazo, emocionado.
¡Qué mas da! Emocionado... Emocionado...

Pero El Insomne, que nunca enciende la TV, lo ha hecho esta noche.
Y decicido cerró la ventana.

Porque pensamientos tuvo y respuestas llegaron.
El hombre es capaz de construir el más complejo de los mecanismos.
Abstraerse al punto de imaginar un átomo festejando su cumpleaños.
Caer de rodillas ante un niño muerto.

¿Pero la Paz?

La Paz es Guerra: tanques, bombas, ignorancia y siempre "en otra parte".
La Paz es una bala en pleno cráneo del que la descifra para el resto.

El Insomne piensa: Luther King; Gandhi; Juan Pablo II.

Medianoche y veinte minutos.
El Insomne bosteza.

Pensar, pensar, pensar...

Y siempre una bala que interrumpe todo.


Jorge A. Medina

No hay comentarios.: