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miércoles, noviembre 22, 2017

Vida (para Nicky).

cuando se va la vida
esa bendición tan frágil
y tan triste a veces,
se piensa:

moriría por segunda vez
por continuar viviendo.

jueves, octubre 12, 2017

Dulce Locura

Inhabitado
El centro de la mente fuera de foco
Los gritos silentes

Y nosotros riendo
A la Luna
A los Locos
A la perfecta Alegría
De no creer en nada

Venimos de las sombras
Vivimos como sombras
Y nos despedimos de la mañana en cada muerte

Porque estamos locos.

miércoles, octubre 11, 2017

W. 2

Del delirio
Eres hija y madre
Y la belleza lleva tu nombre.

Te veo y no te veo
Eres fugaz como el corazón
De quien vive mil vidas.

Eres, en esa postura, el cosmos.

Te sueño y te robo
De cada realidad posible:

Quiero que digas mi nombre
Como en susurros
O llamados entre los bosques.

Viva te quiero.

Y te amo
Y que alguien me llame loco.

Loco.

El faro de tus ojos me guía

Por estas aguas inquietas que llamamos: Tierra.

martes, octubre 10, 2017

W.

DEL DELIRIO
ERES HIJA Y MADRE
Y LA BELLEZA LLEVA TU NOMBRE.

TE VEO Y NO TE VEO
ERES FUGAZ COMO EL CORAZÓN
DE QUIEN VIVE MIL VIDAS.

ERES, EN ESA POSTURA, EL COSMOS.

viernes, julio 07, 2017

Nuestras Voces


esta noche, mi última noche de luna negra, te llevo de la mano a la cama, nuestro último espacio, donde iremos a morir extasiados, para bañarnos después en nuestras lágrimas, mirándonos en la oscuridad, respirando en la oscuridad, mientras el amor, nuestro amor, se extingue como una vela de sinsabores
te pregunto el porqué? aunque mis oídos se niegan a escucharlo, se resisten, sólo queda en ellos guardados el clamor y tus gemidos, mi lengua también pregunta, (traposa y bifida) si guardará en cada papila, el sabor de tus rincones.
me tiendo, ya desnuda, pensando en tu pregunta, conociendo la respuesta, pero mientras me recorres con tu lengua, el placer se torna una muralla que evita el paso de la verdad, porque cierro los ojos y prefiero el silencio.
el silencio que ahora te perseguirá, porque ya no escucharás mis gritos y gruñidos de placer, el silencio que como testigo que recordará que serás huérfana, habitada de cuerpos, manoseada por almas, pero en el calor de mi cuerpo, ya sólo quedará tu recuerdo.
y porque es nuestra última noche, la que más amo y la que más odio, me entrego libre y libertina, quiero que dejes marca en mi cuerpo, un recordatorio de que fui tuya, pero ya no, ya no, ahora sólo queda seguir entregados, por última vez, en una última noche.
haré un postre con tus sales y fluidos, golpearé con mi lengua tus nalgas, descubiertas a mi entrega, y tus pechos morderé lo único que me queda, de recuerdo, tus pezones erectos, recorreré con mi saliva caliente tu cintura y dejaré un camino si es que tengo que volver a ella
nunca volverás, nunca, pero llevaré conmigo tu esencia, tu aroma, el ardor de tu miembro y los placeres que me enseñaste, mis pechos recordarán tu lengua, pero olvidaré el por qué te amaba, lo sé, y me haces llegar al orgasmo...
olvidar en tu mente, podrás, olvidarte de mi miembro, no podrás, quedé en tí, estás hecha para mi forma, tu hueco, tus labios, tu vulva, fue arcilla y se transformo en mía, no podrás,
pero trataré con todas mis fuerzas, mis energías, mi fe y mis sentidos, de convertirme en ceniza y volver mujer, otra mujer, no la que ahora estás penetrando, no, una mujer con un brillo distinto en los ojos, como dos soles de mil universos
trata de mentirte, trata por que son tus besos los que me dicen que no podrás, está noche serás eterna, y si en algún momento viene a ti mi recuerdo, aunque no se vea, manantiales de agua correrán por tus piernas, tu calor te delatará
sé que te llevaré en la sangre, en mis músculos, entre mis piernas, pero acabaré esta noche y luego seré aire, me respirarás, pero te verás obligado a dejarme ir, por siempre
y porque renuncias al sabor de mi carne? o ya no quieres ser parte de mi historia, me siento un muerto y eso que aún no te haz ido, mi cadáver nauseabundo, te implora tu flor, en esta última entrada.
tus plegarias, que se abren y se cierran como dos cansados ojos, no dejaré que ellas me engañen una vez más, no te escucharé, tu hipnótico discurso, tus labios traidores, que ya no besan, no, roban los besos sin compasión y me desgarran y no comprendo por qué quiero que llegues más profundo...


(ANNEL ONISSE&MATÍAS ALONSO, 2017)

sábado, julio 01, 2017

Un perro cuico salió a la calle y se volvió quiltro.


Un perro cuico salió a la calle y se volvió quiltro. Sus amos nunca se enteraron, daba igual, nunca lo habrían recibido de vuelta. Pero la interrogante mayor es: ¿cómo fue que de fino pasó a callejero y perdió todo linaje? Podríamos decir que fue el amor por una quiltra, pero estaríamos faltando a la verdad. No fue ninguna perra la que lo transformó. Fue más bien una decisión a conciencia: cuando se vio perdido en la urbe y se topó con una jauría de quiltros supo dónde ciertamente se halla la libertad. En el corazón, no en el porte, el largo de las orejas o la raza. El hogar se lleva dentro y este perro cuico lo descubrió entre piojosos perros que no tenían un canil, sino una ciudad entera para explorar.
En definitiva, el mundo fue su hogar.
Porque ser cuico no significa alegría o bienestar.
A veces ser anónimo logra mucho más que eso.

miércoles, marzo 15, 2017

nada tan triste.

vi pasar mil pájaros
y con una piedra fueron todos derribados.

el poder de la palabra
es como flechas de un ejército antiguo:

largas
con filo
certeras a veces.

y la muerte
nada tan triste
ver caer el plumaje de mil pájaros
una noche de verano.

quise decir:
te amo.

pero ibas volando en picada.


lunes, febrero 06, 2017

5 párrafos sobre la vida.

he visto en el último mes dos choques brutales de tránsito.
de esos choques que te recuerdan el cristal de la vida, o sea, su fragilidad.
un auto sobre otro.
una madre sacando a su hijo de meses de los asientos traseros, dañados por el golpe irresponsable de un taxista que manejaba usando chalas.

yo culpo tanto al taxista como a las chalas:

malditos accidentes.

maldito latir de corazón y la sangre que fluye y esta vida que cargo.

o, quizá, soy el inocente que está a salvo por decisión divina...

jueves, diciembre 17, 2015

Dícese del amor.

Entonces entró el erudito, el intelectual, el que se las sabe todas, con sus doctorados y diplomas. Pero no le sirvió de nada.

Ella, y su belleza, lo ignoraron por completo.


martes, diciembre 08, 2015

la sapiencia.

yo soy ignorante y no me escondo detrás de un grueso libro para ocultarlo, ignoro qué piensa la gente, ignoro qué ocurre con el mundo que va y viene y crea y destruye, ignoro cuántos poemas se necesitan para conquistar a una mujer, ignoro si el aire en mis pulmones exhala también mis ideas, ignoro tantas cosas que no voy a pretender estudiarlas todas para convertirme en un erudito de porte fanfarrón.

lo que no ignoro, es el amor.
o la necesidad de vivir.

o de mirarte a los ojos y decirte te quiero.

el resto, google.

miércoles, noviembre 11, 2015

Vivir al revés.

Lo primero es cerrar con llave aquella apertura por donde se fuga lo que no debemos ser.
Segundo, dejar de crecer.
Tercero, limpiar con esmero las plumas de las alas, antes de tenerlas, claro.
Cuarto, huir antes del evento y tratar de ser capturado a pesar de la huida.
Quinto, leer de la Z a la A y tartamudear entremedio palabras difíciles, como pneumonoultramicroscopicsilicovolcanoconiosis -o alguna semejante.
Sexto, sentarse en la arena a revivir un atardecer que fue ya hace tiempo.
Séptimo, devolver el beso robado a esa chica que ya no te recuerda.
Octavo, creer en lo que no existe y darle vida a lo imposible.
Finalmente, dejar de leer estas líneas, quemarlas, llenarlas de olvido y vivir al revés.

sábado, febrero 05, 2011

Pasos de Noel.

La gente se obsesiona con lo que desea. Yo no, para mí los deseos no logran ser obsesiones, sino meros vistazos espontáneos de lo que podría ser la felicidad. Como el fútbol. Tengo amigos que pierden la voz gritando en los estadios atiborrados de fanáticos. Yo disfruto con el gol. Y a duras penas.

El día ha caído triste sobre la ciudad. Las calles están húmedas, pero no limpias. La lluvia no es la de antes, esa lluvia que veía correr por las ventanas cuando tenía seis años, días de invierno que me obligaban a refugiarme en casa, pensando, leyendo, jugando, pintando, escabulléndome en secreto para mirar al oscuro cielo y dejar que el agua mojara mi pelo y mi cara. Algo como un ritual de niño en busca de purificación. Como si las gotas cayeran junto con algún misterio.

La gente se obsesiona. Construye ideologías, lucha por concretar los sueños que nacen del deseo, va al estadio, pone bombas, escribe poemas de amor, mata con cuchillo o de lejos. Y da igual si está lloviendo o es de día. Mientras que yo, Noel Morea, no me obsesiono con nada. Sólo deseo.

Se llamaba Mila. Aunque siempre sospeché que su nombre real era otro, uno más vulgar, más simple, algo como María o Julia. De todas formas, llamarla Mila me gustaba, tanto que jamás pregunté por su apellido. El secreto de su nombre ocultaba ciertas certezas de su personalidad que ayudaban a no caer en la rutina inevitable, en el “nos conocemos, ¿qué podemos hacer que sea novedoso?”

El Piojo, largirucho y delgado amigo, parecido a una nutria, tocaba el saxo en un grupo de jazz todos los primeros martes de cada mes en el “Tro´bar”. Todos los primeros lunes de cada mes me llamaba por teléfono para recordarme su presentación.

-El mes pasado prometiste lo mismo, huevón.

-Te digo que ahora voy, no seas grosero, Piojo.

-¿Grosero? ¿Que te pusiste purista en el lenguaje? Eres un huevón bien raro, Noel.

-No soy purista. Estoy tratando de escribir y el huevón no me sirve para pensar literariamente.

-Lo que tú digas. Si mañana no vas, maricón, te prometo que no compro ningún ejemplar de la novela que todavía no escribes y que supongo nunca publicarás.

-Ja. Ahora si que tengo ganas de ir a ver como tocas con el resto de las pulgas, Piojo.

Fui. Qué otra opción tenía. Al pobre Piojo hace rato que todos lo habían olvidado, a pesar de su aceptable calidad como músico. La verdad es que yo era su único amigo.

Esa noche llovía. No tan fuerte como hoy, pero llovía con fuerza. Maldije al Piojo. Hace años que la lluvia ya no me traía la sensación de pureza de la infancia. El viento me secaba los ojos. Luego las gotas los humedecían. Luego se volvían a secar.

El “Tro´bar” estaba concurrido como un seminario de semiología. ¿Han asistido a uno?

Yo tampoco. Sólo sé que nunca hay nadie.

Entonces entró Mila, y la lluvia, y la música, el vacío, los borrachos en las mesas, los viejos músicos jugando cartas... nada de eso importaba.


Y ahí fue cuando todo comenzó. Cuando sentí por primera vez, lo que llaman, el primer latido de un amor a primera vista.