domingo, septiembre 25, 2005

Sobre el pasarse una película/ Sobre el hacer cine.

La pregunta de rigor finalizando el colegio es: ¿qué quiere estudiar?
La respuesta automática es: NO LO SÉ.

Pero terminas escogiendo algo, por descarte o leve cercanía a tus gustos y habilidades.

El que sabía qué era un logaritmo se inclina por ingeniería.
El que era presidente de curso, del consejo de alumnos y editor del "diario escolar", decide estudiar leyes o periodismo.
El que entendía qué efecto tenía la enzima X sobre las labores biológicas del cuerpo humano, apuntaba a medicina.

Los que fliparon con las cámaras Handycam de vídeo 8mm cuando salieron, pensaron en cine.
¿Cine?
Cine.
¿Y eso se come? ¿Sabes dónde se estudia? ¿Sabes cómo se hace una película?
NO a todas las preguntas.
¿Y entonces qué pretende hacer?
Creerme pionero, arriesgar mi futuro y aprender.

Y pasas del corto en 8mm a conocer el "ambiente" y las productoras y el método de trabajo, los requerimientos de producción, las limitaciones presupuestarias, a entender que no es apretar REC para capturar emociones, que un set de filmación se compone de luces por todos lados y en el techo mientras 40 o 50 o 60 personas dan vueltas por todos lados...

Y te enteras que partes de abajo, barriendo pisos, a menos que seas un afortunado o un genio, pero aunque lo seas, de todas formas partes de abajo, porque el oficio se DEBE APRENDER, no se nace conociendo qué es un plan de rodaje, los factores humanos a controlar o las variadas y, a veces, sumamente agotadoras etapas necesarias para sacar tu corto o largo o documental adelante.

Una cosa es pasarse películas. Otra, muy distinta, hacer cine. El cine que finalmente ves en cartelera y disfrutas en una sala en penumbras.

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