Hoy fue, lo que se dice y llama, un día de locos. Un día que lo perdí, evanescente, incorpóreo, lleno de "actividad" que me es más cercano a la sensación que deja un sueño.
No lo recuerdo.
O no lo quiero recordar.
O estoy demasiado cansado. ¿De qué?
Qué importa.
¿Nadie se aburre de las mismas calles?
No podría opinar.
La ciudad hace rato que sólo me parece habitable durante la última luz de la tarde.
lunes, septiembre 26, 2005
tecleado por Mat. cerca de las 9:46 p.m.
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