jueves, marzo 30, 2006

No eres el centro del centro, entiendes.

M no entiende y trata de entender, pero pierde la paciencia y luego prefiere no pensar en eso: por qué, aunque esté listo tres horas antes, llego tarde donde quiera que sea que tengo que ir. Yo le insisto que va en el código genético que mi padre encriptó cuando junto a mi madre decidieron tenerme. Pero eso tampoco es cierto: mi padre tiene la puntualidad de un inglés si el evento lo requiere y de un gringo si el reloj se lo permite.
Así que iba tarde como siempre, incómodo con el bolso, molesto con el sol, somnoliento, y para colmo, descubrí que la zapatilla tenía una grieta en la suela, por lo que tenía que ir atento a las pozas de agua para no mojar el calcetín. No encontré pozas, pero nunca se sabe, es cosa de tomarse las cosas a la ligera para que ocurra una catástrofe.

Un día de esos, donde levantarse es el mero trámite de abrir los ojos.

Pero tirado en la calle, junto a una automotora de lujosos autos europeos, vi tendido un bulto. Un bulto con los ojos cerrados, durmiendo al sol, vestido de terno color polvo y una barba de años. Primero pensé que el tipo estaba muerto. Vi que el pecho se le inflaba lo que me relajó un momento, seguí caminando, miré atrás y seguía el vagabundo tendido en el concreto, junto a los autos de lujo, durmiendo y soñando quién sabe qué, con el loto, con una cama, con la mujer que le rompió el corazón y lo mando directo al infierno.

Recordé la película de Thomas Vinterberg, It's All About Love, donde las personas, por extrañas razones atribuidas al amor, morían en plena calle de un infarto.

Aunque esa anécdota es de película. Un hombre al sol durmiendo sobre cemento es realidad de todos. ¿Qué hacer? Se supone que lo estamos haciendo. Mejorar el mundo, ¿no?

Tal vez me equivoco.
Y hoy dormía un hombre en el suelo...

martes, marzo 28, 2006

Mensajes en bot... Ella.

Se sorprende al verme. Siempre.
Conoce mi cara como conoce el color del agua. Pero se sorprende.

Es amor. Es amor. Es amor. ¿Qué otra razón existe para explicar lo que siente?

Me abraza y me besa. Siempre.

Pienso cómo presentarme ante ella como una sorpresa:
o todo lo sabe o todo lo presiente.

Ahora, me dice, estoy mirando el mar.
Ahora te envío este mensaje en botella.

Cuando te fijes en la orilla, lograré sorprenderte.

domingo, marzo 26, 2006

Formación del corazón militante.

M decidió regresar el mismo viernes, no esperar a la tarde del sábado, no ahora que está en terreno y vive bajo el polvo, desenterrando huesos de personas que alguna vez poblaron la costa de nuestro anoréxico país. Se casaba A, o Rommel como le llamábamos en el colegio, pero el resto de la gente lo conoce por Germán y en la misa el cura, que era algo deschavetado con sus opiniones y chistes de tarima, le decía Germán y yo lo saludé de Alex como en los viejos tiempos. Se casaba con M, otra M, no mi M que ya está casada conmigo, y era el sábado y mi M no quería llegar directo del terreno a desempolvarse el trabajo minutos antes del evento matrimonial.
Salí del canal el viernes a buscar a M a la estación de buses, pero me apuré un poco en salir así que me quedó algo de tiempo libre, digamos un par de horas, así que decidí caminar hasta Bellavista y de Bellavista a Huérfanos y en el trayecto el estómago me pedía a gritos que no sólo pensara en M que venía viajando por lo que me detuve en la funeraria Burger King y pedí el Whopper doble, "y por 200 pesos lo agranda". Démelo, que no quiero discutir más con mi cuerpo.
Me senté, miro alrededor, como uno siempre lo hace en estos locales tan públicos donde no se come con servicio, sino con las manos, como seguro comían los desconocidos que M está recuperando del pasado. Vi parejas que se hablaban románticamente en un local horrible y de mal gusto, porque el Burger King no es el da Vinci del Fast Food, es todo plástico, artificial, con esos colores chillones kitsch que no entiendo cómo no te quitan el hambre. Incluso parece insalubre, siempre hay un tipo o una chica limpiando el piso, y pienso que las bacterias flotan en el aire, comiendo a la par contigo del combo agrandado por 200. Pero, a pesar de sentir que estás dentro de un rubick no dejas nada en la bandeja que no sea manchas de ketchup, el papel arrugado de la hamburguesa, el vaso de medio litro y la caja de papas con la infaltable papa quemada que nunca te comes.
Entra entonces este muchacho joven, 19 máximo, uniformado de la aviación, se notaba que estaba de franco, como muchos otros que vi dar vueltas por la calle. Escondía a sus espaldas un ramo de flores. Se pone en una de las filas, irá a comer una de estas bombas de colesterol y carne con aire, seguro para probar algo distinto de lo que le darán en el cuartel. Se acercó a una de las niñas que atendía la caja, ella se ríe, nerviosa, él le pregunta por alguien, la chica va a la cocina, riendo nerviosa, ahora todas las chicas de las cajas lo están mirando, incluso dos señoras que comían empanadas fritas y hamburguesas lo miraban lascivas, será cierto que los uniformados son fantasía femenina.
Llega una chica de la cocina, ve al tipo uniformado, lo mira y sonríe para decirle: viniste. Él hace el amago de descubrir las flores, pero ella antes le dice: salgo a las nueve. Miro mi reloj, eran las ocho, uf, este muchacho que estuvo pensando durante semanas en su novia no recibía ni un beso de bienvenida, serán políticas del local que los empleados no tengan encuentros íntimos con sus parejas, pero el amor no debería tener política, menos si es un muchacho que se está entrenando para protegernos de enemigos invisibles que tiene un fin de semana para ver a su chica. Él, tranquilo, le responde que la espera. Caminó a una esquina, colocó su sombrero bajo el brazo, con el otro mantenía oculta las flores, adoptó la rígida posición de cuando los forman y mirando derecho a la nada, aguardó por ella.
Salí del Burger King con una sonrisa y la extraña sensación que la formación militar les lavará el cerebro a estos chicos, aunque también ese lavado de cerebro lo aplican a la propia vida: una hora de paciencia esperando por la chica con la que estuvo soñando por semanas. Y bien, se entrena para luchar y matar y ser abatido en combate y tiene una razón para semejante sacrificio: la chica en la cocina que sale a las nueve.

Llegué al terminal de buses. Quedaban 45 minutos para que llegara M. Esperé. Quieto. Y el tiempo podrá pasar lento o rápido, da igual, el resultado es el mismo: siempre llega el abrazo de la mujer con la que soñaste toda la semana.

viernes, marzo 24, 2006

La Marcha de los Pingüinos.



-Oye viejo.

-Qué.

-¿Yo soy muy pequeño o tú eres muy alto?

-¿Qué te hace pensar que eres pequeño?

-Me tienes que mirar hacia abajo.

-O tú tienes que mirar hacia arriba.

-¿Por qué nunca me respondes directamente la pregunta?

-¿Por qué preguntas cosas que ya sabes la respuesta?

-Porque soy pequeño.

-No, porque eres un sabelotodo, igual que tu abuelo, y de aburrido juegas a las preguntas.

-¿En serio? Pero es cierto, viejo, no me quiero quedar así.

-¿Así cómo? ¿Pequeño?

-Claro.

-A ver... ¿Tu mamá es pequeña?

-No. ¿La encuentras pequeña?

-Por supuesto que no.

-Le voy a decir a mamá que piensas que es pequeña.

-No fastidies, hijo.

-¿Qué? ¿Se va a enojar?

-Mira, últimamente, con este clima caluroso y extraño, tu madre anda un poco...

-Un poco qué. Dilo viejo.

-No te tengo que decir nada. Ya, camina. Si no caminas, te vas a quedar pequeño.

-Mentira.

-¿Te acuerdas de Frío Polar?

-Qué pasa con él.

-¿Lo encontrabas pequeño?

-Claro que no, viejo, si era un niño.

-¿Estás seguro que era un niño? Recuerda que nunca caminaba, siempre echado junto al agua, pensando quién sabe en qué...

-Me estás contando esto para que te haga caso, es de esas historias que "asustan" para que nosotros, los pequeños...

Un grupo de pingüinos que juega a las cartas interrumpe al padre con el hijo.

-¡Hey! ¡Rastro de Nieve! ¡¿Cuántos años tenía el enano de Frío Polar?!

El padre mira al hijo, el hijo abre los ojos, asustado, y se pone a caminar en silencio. El padre le guiña un ojo a sus amigos, sonriendo...

jueves, marzo 23, 2006

Ido.

Recordé algo que quería comentar.
Pero lo olvidé.

Cierro los ojos, hago un esfuerzo, pero nada se ilumina. Serán las partículas cancerígenas que viven suspendidas en el aire de Santiago.

Una cosa es cierta e ineludible: se supone debería estar activo neurológicamente, creativo al máximo, más, he de reconocer sin culpas, estoy tan inspirado como un Koala durmiendo aferrado a su árbol.

Por ahora, es todo de este corresponsal sin guerra.

miércoles, marzo 22, 2006

Un Pasado Violento.



Sentado en una sala ancha, con la pantalla encima, una pantalla enorme, y tres señoras de edad a mi lado. Pensé: a estas ancianillas les va a dar un ataque. Resultó que al final casi esperé que se pararan a aplaudir.

¿Qué estoy viendo? ¿Un western? ¿Psycho? ¿Straw Dogs como claman algunos? Y es que la película empieza pausada, pero se percibe de inmediato que las apariencias engañan y detrás de ese silencio en los primeros minutos se esconde la sombra de la muerte. Claro, el título lo dice todo.

Cronenberg le pone su firma a los planos: en altura siguiendo a los autos para descender hasta el personaje; quietos primeros planos para mantenernos a la espera de una reacción violenta que puede venir o se contiene. Qué sé yo: cine.

Al final, la historia de violencia es una tormentosa historia de amor.

Eso. Nada más se me ocurre.

Sólo ir a verla de nuevo.

Ayer.

La última vez que la vi, ella no me estaba mirando. Nos despedimos antes de que se cerraran las puertas del metro, me bajé aplastado entre la gente, subí un par de escalones de la salida. Escuché que las puertas se cerraban. Me giré para mirarla: ella iba apoyada, equilibrando su mochila, mirando al resto de los pasajeros. El tren partió. La seguí con los ojos. Finalmente, el túnel se tragó al vagón y a la gente y a ella que continuaba sola su camino. Subí los escalones que restaban para salir de la estación, pensando: regresa. Lo que el túnel se traga, siempre regresa. Por lejos que quede la estación.

sábado, marzo 18, 2006

Preguntas que se hacen cuando la lejanía es la respuesta.

-¿Qué haces?
-Hago tiempo.
-¿Tiempo para qué?
-No sé, estaba aburrida.
-¿Dónde estás? ¿No llevaste nada para leer?
-No.
-¿Te vas a comprar uno?
-No. Sólo hago tiempo.
-Bueno. ¿Vienes?
-Voy.
-Bien.
-Te amo.
-Yo también.
-Llego en un par de horas.
-Te espero.
-Chao.
-Chao.

jueves, marzo 16, 2006

S P I D E R

El inicio del Universo.

Jugaban a las canicas todos los martes. No tenían que pedirle permiso a nadie: en el Universo eran sólo ellos dos.

Un día, uno de ellos llegó tarde. El otro, enfurecido, le arrebató las canicas y las dispersó por el Universo. Y se hicieron los planetas, estrellas y hoyos negros.

El que se quedó sin canicas era el mayor: decidió enviar al otro al Infierno.

Solo, ya sin nadie con quien jugar, fue a sentarse entre lava y ácido sulfúrico. Por casualidad, encontró una de sus canicas, pero no podía distinguir bien cuál era. Entonces dijo: hágase la luz.

Y la luz se hizo.

La desazón del naufrago.

Que te alejen fuerzas de la naturaleza escapa a tu control.
Pero algunos alcanzan el desapego por propia voluntad,
como si la soledad fuera un simple resfrío que se cura con el tiempo.

Uno se entristece y decae:
construyes un hogar
que luego es una silueta en el horizonte,
sin camino claro para alcanzar la puerta.

Y es el abandono la estocada que me derriba:
no estar presente,
no hacer nada,
olvidar que existen límites inherentes al hombre
para vivir los escasos años que le han dado.

Pero algunos alcanzan el desapego por su propia voluntad,
como si la soledad fuera un simple resfrío que se cura con el tiempo.

Y un día no te sorprendas de llegar a casa
y quienes te rodean prefieran mirar por la ventana
a ver tu rostro curtido por el vaivén de las cosas
que nunca lograste -nunca quisiste- controlar.

Sólo falta que llueva
para bautizar mis pensamientos.

domingo, marzo 12, 2006

¿Le tiembla el ojo? Váyase de vacaciones por dos días con M.




Viernes. Aún en la pega, finiquitando -o abriendo- algunos temas con el productor ejecutivo de la serie de ficción de la cual soy el guionista.

En la casa, M esperando a que llegue para hacer los bolsos, un short, las chalas, un par de poleras, ropa interior, una toalla, "¿qué me falta?", el cepillo de dientes, desodorante, un libro, películas y las inmensas ganas de relajarme. Es que no he parado, como una máquina a vapor que se desplaza por los rieles a intensa velocidad, atenta todo el tiempo de no bajar el ritmo. La pega de escribir es una pega gratificante, pero absorbente, centrípeta, vamos para adentro, talemos las ideas, construyamos hacia afuera guiones en la línea de lo que el proyecto requiere.

Me tuve que hacer un EEG. Tuve en su momento la sinapsis como festival chino de fuegos artificiales. Pero resultó que estaba "dentro de los límites normales". Vale decir, "señor, agarre sus maletas y váyase unos días a la playa con su mujer y regrese como tuna, ¡no insulte mi inteligencia, no le he dicho que vuelva como una fruta pletóra de pepas, CARAJO DE JOVEN TÓMESE EN SERIO MI CONSEJO!". Ok, Doc, playa entonces, viento marino y mi mujer al lado.

Llego a la casa. 9pm. M me espera, ella -como fémina que es y el ADN correspondiente- tiene sus cosas listas. Abro el clóset como un poseído, agarro lo que mis manos alcanzan, meto la ropa a presión en los bolsos y recuerdo que no se me quede el cepillo de dientes. M me mira, desarma el desastre en mi bolso y me dice: maximizar el espacio es indispensable. Ok, es que son las ansias de partir a la playa.

Un tío que me considera como un hijo me presta su departamento en Viña. Tiene una parcela cerca de Olmué, pero no me quiero desenchufar tanto, Viña tiene el sonido urbano justo y necesario para no caer en pánico, sintiendo un desarraigo de Santiago tan brusco. Además, hay restaurantes, una acción menos a realizar: cocinar para sobrevivir.

Nos subimos al auto. Partimos. ¿Por dónde?, pregunto a M perdido. La costanera a la costa, bajando por aquí, doblando por allá, saliendo en aquel acceso a la carretera: ¿qué harías sin mi?, me pregunta. La miro y sonrío.

Un Jeep "vengo-desde-La-Dehesa" me jotea todo el rato, me sube las luces, que me tire a la derecha, ¡PERO SI VOY A 120!, el Jeep sigue, se me pega a la cola del auto, insiste. Finalmente me pasa. ¿Qué vemos? Un padre irresponsable, con cuatro hijos, acelerando hasta alcanzar -si pudiera- la velocidad de la luz. ¿Tener hijos provoca eso? ¿Arriesgar la vida de todos ellos para llegar lo más pronto posible? ¿O es sólo para sacarle partido al Jeep que no sale del circuito de las comunas más arriba de la Plaza Italia?

Llegamos al edificio. Nos reciben 4 tipos, nos dan indicaciones, "usted tiene los estacionamientos XX y XX, elija uno, pero le recomiendo el XX, es más fácil de salir y, bla, bla, bla".

Arriba del ascensor. Al fin, el plan maestro de las mini-vacaciones se estaba cerrando. Llegamos al departamento. ¿Las llaves? M las tiene, comienza a abrir. Comienza pero no termina. La puerta no abre. 11.30pm. Llamo a mi tío. "Disculpe, pero la puerta no abre", "¿Cómo que no abre?", ¿"Eso, que una de las chapas está rara", "Llama al conserje y que te ayude, me llamas al rato". Ok. Sube el señor Herrera. Le damos las llaves, esperanzados que su rostro de hombre con experiencia en materias de edificio nos abriera la puerta. 00.30am. "Tío, el señor Herrera también cree que una de las cerraduras se jodió", "Pero cómo", "No sé, tal vez la forzaron", "Bueno... mañana contáctate con el señor Fuenzalida, el tiene otro juego de llaves, a ver si esas abren la puerta". Ok. 00.45am. M y yo con los estómagos encogidos, gritando de hambre.

Buscar dónde alojar. Llegamos a un hostal a unas cuadras de Av. San Martín. ¿Tiene algo? Claro, una doble "en suite". La tomamos. Subimos tres pisos, míster hostal abre la puerta y ahí está: una buhardilla "en suite", con el techo en 45º, TV con cable y una ventana con vista a la calle.

A comer. Después lidiaría con aquél espacio donde me sentía como El Pianista pero sin piano o Ana Frank sin diario de vida. Llegamos a un restaurante Basko. "Queremos esto y lo otro, pero primero pan y bebidas, YA". Delicias del Mar se llamaba. Bueno. 4 tenedores.

Día siguiente. Cambio de mando en la Presidencia y volver al departamento para hablar con el señor Fuenzalida que según el señor Herrera llegaba a las 9 y se iba a las 13. El señor Fuenzalida trata de abrir, no puede. "Esta chapa es de las antiguas, hay que llamar al señor cerrajero". Ya... llamemos al señor cerrajero.

El señor cerrajero, que hablaremos de él como el señor Ríos mira la chapa detenidamente. "Esta chapa está mal, hay que forzar la entrada". Ya... ¿Y cuánto sale? "XX le sale". Ok. Con M lo vemos trabajar, aplica martillo y desatornillador, luego un taladro pequeño de mano, la fuerza bruta de repente, hasta que la SEGURA CHAPA SALE EN MENOS DE 4 MIN. El señor Ríos nos permite entrar, revisa la chapa: se le salió el seguro, pero aparte de eso, no tiene nada malo, voy y le traigo copias de las llaves y una nueva cerradura... me demoro 30-45 minutos. Ok, Vaya.

Yo estaba en colapso. Al menos estábamos adentro. M me subía el ánimo. El señor Ríos puso la nueva chapa, nos dio las llaves, amablemente se despidió y nos dejó copias para el señor Fuenzalida.

Luego de eso, comenzaron las mini-vacaciones. Destino 1: comer junto al mar en alguna pic'á camino a Concón.

Más tarde, caminar...
Más tarde, dormir...
Más tarde, seguir con delicias gastronómicas...

Más tarde, vivir la vida para luego reírse de lo azaroso que se torna un planificado viaje.

Ahora, en casa de regreso y mañana lunes.
Pero tengo otra energía.
Ganas.
Ideas.

Punto cero.

viernes, marzo 10, 2006

En blanco y negro: la televisión ¿virus o cura?


Directed by: G. Clooney.

Æon Flux.



¿Será fuerte decir que una película es rasca?

Aeon Flux, por lejos, es una Low Budget TV Movie de Ciencia Ficción, no un producto para la gran pantalla. La luz de mediodía-sin-contraste-cero-profundidad-cero-onda, el vestuario tijereteado y "futuresco" ("¡Hey, hola, estamos en el futuro, y nos vestimos raro y de morado, es el futuro!"), los set de cartón piedra, la utilería de plástico reciclado, el hablar pausado y relamido de los personajes (que en la serie animada resaltaba, aquí es grotesco), las motivaciones impuestas como cadena de comida rápida a Aeon F para desarrollar la trama, personajes secundarios con parálisis facial, coreografías a lo Matrix sin que la directora viera Matrix como referencia, flashbacks para salvar la caída en picada de la atención del espectador insertos con fórceps, y Charlize Theron -mujer guapa, mujer actriz- tratando de vender el cuento de agente-espía-asesino-implacable... intento fallido, culpa en parte GIGANTESCA por los defectos antes descritos.

Definitivamente, rasca.

Sumo dos pics. La de Charlize Theron engaña, pero vale la pena.



jueves, marzo 09, 2006

Henri Cartier-Bresson. Portraits by.

















T. CAPOTE (1947)


Entonces Truman entra y sabe que lo están mirando porque es distinto, especial, en directo, gay que no oculta nada, sólo parte del rostro detrás de gruesos lentes.
Y como pocos seres humanos, se hace valer, porque es un deber ganarse el espacio que ocupas y el aire que compartes: Truman desbarata al prejuicioso que lo observa, le da a entender que uno es lo que aparenta y también lo que nadie ve, y lo que aparentas no siempre define lo que guardas dentro. No por ser gay, o ciclotímico creador, o el centro de la fiesta, escribirás únicamente de homosexuales y el mundo detrás del mundo que (algunos) viven.

Truman desayuna en Tiffany's. Hay una prostituta que quiere cambiar de vida. Truman le cumple el deseo.

A sangre fría, Truman le narra al lector desprevenido, que la paz a veces revienta a punta de escopeta.

Y Truman se cansa.
Muere de melancolía. De alcohol en la sangre.
La copa en la mano que cae al suelo.

El sonido irreparable del cristal que pierde su forma y se dispersa en mil pedazos.

Truman muere de tragedia, corazón de artista que se detiene a pensar en lo que ha desempolvado escribiendo: la naturaleza humana. Y el corazón no despierta. O no deja de pensar.

Truman gana el Oscar.
Alguien ya le contará.
Y se reíra complacido, pero sarcástico, de tan caprichoso premio.

miércoles, marzo 08, 2006

A ras del cielo.

Cuando pensabas que todo estaba dicho...

Puedes estar con JR en una -así llamada- reunión de trabajo y repentinamente detiene el tiempo para relatarte una historia tan perfecta en estructura que piensas "hey, eso no pasa en la vida real".

Que te hable, por contar alguna de sus anécdotas, de una mujer que aparece en mitad de la lluvia y conoce a uno de sus amigos; que su amigo y la mujer de la lluvia vivan algo como Antes del Atardecer, pero sin rodeos, directo a la cama; que le saque una foto y que esa foto sea un cuadro impresionante de una mujer misteriosa ante un fondo donde el mar y el cielo están grises, eléctricos, oscuros y con forma de tormenta... Tendrían que escucharla.

Y te quedas pensando, "mientras camino las tres cuadras para tomar micro, en el mundo ocurren eventos inesperados y maravillosos, otros tristes y desesperanzadores, incluso algunos mezclan ambos y se equilibran con cuidado...".

La historia que escuché ayer la anoté en el libro invisible que llevo dentro. Para leerla, de tanto en tanto, y saber que el mundo is like a box of chocolates...

martes, marzo 07, 2006

A EME.

Antes de irme, unas reflexiones:

  • Despierta uno temprano y sigues creyendo que es de noche.
  • Ahora que veo que es de día, me pregunto que hago levantado.
  • Pensándolo fríamente, estoy en pie para ir al trabajo.
  • ¿Qué trabajo?
  • Uno que te llama a levantarte a la hora en que la luz es tenue, proyectada desde la silueta irregular de la Cordillera.

Pensé que sería peor. Pero me siento despierto.

Volvería a la cama sólo porque M se ha quedado, como gato de dos meses, acurrucada entre las sábanas...

jueves, marzo 02, 2006

Brokeback Mountain.


El amor es una fuerza de la naturaleza, dice el afiche promocional.

Es una historia de amor entre hombres, de cowboys, sin clichés del gay amanerado, ni siquiera queda la sensación cercana del estereotipo homosexual, es más de amigos tan cercanos que llegan a generar amor al punto de lo sexual.

No es crítica, no es panfleto, no es defensa, no es rechazo.

Es una historia de amor.

Y me quedó esta imagen, fuerte, rondando la cabeza: Del Mar (Ledger) llama para saber sobre su amigo Twist (Gyllenhaal) y entran tres segundos imaginados por Del Mar sobre un evento...

Es amor a primera vista.
De ese otro amor. El que hemos censurado como sociedad privilegiada .

Cronenberg.

Terror de madrugada.

Anoche dormí pésimo. Tan mal, que incluso soñé con Piñera, político que en mi sueño -una pesadilla, la verdad- sufría de una crisis de pánico cuando Bachelet y otras mujeres le sacaban en cara que había perdido. Piñera se ponía paranoico, lloraba, exigía un secretario suyo por cada subsecretario del nuevo Gobierno para seguirles la pista. Realmente, no me dejó dormir Piñera. No sé qué asociación ilícita tendrá con mi Id, pero sea lo que sea, que no se repita hoy.

Si sueñas con Piñera, ten por seguro que no podrás dormir. Te vas a tener que tomar un migranol por la mañana y buscar la forma de quitarte el revoltijo que te deja en la guata. Me arruinó el sueño y el desayuno. No, miento: el desayuno me lo preparó M y estaba delicioso.

No tengo nada contra Piñera, sólo le pido que no se incluya más en el reino de mis sueños, que no están en venta como fundo sureño.

¿Pero cuánto podrá valer un sueño?
Si es una suma razonable... ¿ha de venderse?

Prefiero una noche tranquila.