viernes, septiembre 23, 2005

Sangre de su Sangre: soy parte de su historia y sus raíces. Lo llevo dentro.

Gaspar Betancourt Cisneros, "El Lugareño"
Por Esther Borges Moya

Gaspar Betancourt Cisneros, "El Lugareño", fue un hombre profundamente convencido de que lo esencial era salir de las garras de la metrópoli española, que estrangulaba toda posibilidad de progreso social.
Cuando se rastrea su pensamiento político, se ve, como en muchos protagonistas de los movimientos revolucionarios de la Cuba de mediados del siglo XIX, que no era la anexión el móvil esencial de "El Lugareño", sino la libertad, fundamentalmente la individual.
Por eso el punto de convergencia de los propósitos de aquel grupo de próceres fue echar a España de Cuba y dejar al pueblo libre de escoger su destino.
Por otra parte, en el diario de Cirilo Villaverde consta una conversación sostenida el lunes 17 de marzo de 1851 entre el propio Villaverde y "El Lugareño", la cual demuestra su seguridad en una Cuba independiente de modo definitivo.
He aquí el fragmento del diario de Villaverde:
"Por el camino fuimos hablando sobre la futura República, y el papel que cada uno de nosotros estaría llamado a representar en ella. Betancourt me manifestó que estaba viejo; que el tiempo se le pasaba conspirando, y que temía no poder ir a Europa al fin. Y le dije que sin duda Cuba le daría bien pronto alguna comisión a Londres y que esa sería una buena ocasión de ver Europa".
Es decir, que ambos contemplaban a Cuba soberana, haciéndose representar como tal. Pero es digna de conocerse otra parte de aquella conversación, que pinta muy bien su carácter, que era el genuino de los revolucionarios camagüeyanos de esa época.
"Betancourt me replicó -consigna el novelista en su diario-, que no quería ni aceptaría comisión de ninguna especie, que amaba tanto su propia independencia como la de su patria, y que si deseaba ir a Europa era libre e independiente para estarse el tiempo que se le antojara y volverse cuando le diera la gana"
Discípulo de "El Lugareño" en el más elevado sentido de la palabra puede considerar a Joaquín de Agüero. No es extraño que dijera a sus aprehensores la bella frase que le atribuyó el periódico La Verdad comentando la posición de los patriotas camagüeyanos; "Desde que tuve uso de razón he suspirado por la libertad de mi tierra".
Carácter independiente, Agüero fue llamado en 1843 por el representante del Capitán General a explicar cómo es que había dado la libertad a sus esclavos; entonces acuñó esta frase espartana; "Cumpliendo un deber de humanidad y conciencia".
En 1849 se fundó la Sociedad Libertadora de Puerto Príncipe, respondiendo a la inspiración de "El Lugareño", quien desde Nueva York venía alentando a sus paisanos por medio de La Verdad y de correspondencia privada.
El momento histórico en que vivió Betancourt Cisneros y en que alcanzó la plenitud vital corresponde a una de las épocas más confusas de la Historia de Cuba. El despotismo y la esclavitud justamente habían llegado por entonces en la colonia al ápice de su curso. En el orden espiritual, sólo se aceptaba la sumisión absoluta a los dictados de España.
No obstante, Gaspar Betancourt Cisneros, "El Lugareño", constituyó un líder y un verdadero pilar que puso en juego por sus ideales no sólo sus bienes materiales y su prestigio personal, sino también su vida misma.

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