lunes, enero 29, 2007

Pensando en voz alta, evocando a mi hermano.


Elijah Wood en Everything is Illuminated.



Tenía una novela secreta. Varias veces le dije que fuera más comprometido con escribir, que no dejara de hacerlo, que tenía talento. Lo llamé incluso para que participara en concursos literarios. Yo estaba más seguro que mi hermano de sus altas probabilidades de conseguir alguna distinción, sino el primer lugar, en alguno de ellos. Empero, me respondía siempre lo mismo: no tengo tiempo. El "no tengo tiempo" era una excusa para evadir el juicio sobre su obra por parte de un jurado, esa fue mi sensación a cada "no tengo tiempo". Mi hermano aceptaba críticas, no era cerrado o intransigente, quizás un poco, da igual, lo que le molestaba era ser puesto a prueba. Punto. ¿Por qué habría de ser calificada su inteligencia? ¿Con qué derecho?

Me enviaba sus cuentos. Cuando vivíamos aún en casa con nuestros padres me dejaba leer sus escritos. Y yo los míos. Siento a veces que renunció al tema de escribir para enfocarse en desarrollar mi veta de escritor, parecido a cuando me daba clases a los seis años (yo casi de tres) y me explicaba lo que le habían enseñado en el colegio. Es más, ahora recuerdo que mi padre me dijo que nos habían enviado al colegio en Austria con la esperanza de que aprendiéramos el idioma y resultó que la profesora de mi hermano llamó a mi padre para decirle, Señor, su hijo aprendió a leer antes que todos sus compañeros austriacos. Volviendo a las primeras líneas: mi hermano se dedicó desde pequeño a llenarme la cabeza de maravillas, mitos, historias, anécdotas, imágenes, sentimientos y sensaciones... Relataba un mínimo acontecimiento como si hubiese sido el hundimiento del Titanic. Gesticulaba, con la boca reproducía sonidos, a saber, re-creaba el evento. Era maravilloso.

Mi hermano tenía una novela secreta. Compleja y extensa.
Algún día les hablaré de ella.
Antes debo desenterrarla. Leerla.

Viajar con mi hermano por su mundo.
Como un niño en la fábrica de Willy Wonka.

Esa película, la original de 1971 con Gene Wilder, estaba en su videoclub mental y lo hacía reír, esa risa contagiosa de él...

sábado, enero 27, 2007

¿Quo Vadis?


Hablo de ti ante la gente, hermano, como si te conociera como quien conoce la palma de su mano. Casi de manera perfecta.

Hablo de ti con orgullo y no te rías.
Es en serio.

La gente escucha.
Quiere saber de ti.

Tu recuerdo resulta fascinante.

miércoles, enero 24, 2007

Por qué mi madre nos quiere tanto y por qué nuestro padre también, pero este post es sobre la mamá, viejo, así que no te me pongas sensible, ché..


En vista de que mi hermano fue el primer hijo procreado por y desde el amor entre mis padres (quienes aún continúan casados... debo añadir además que nunca será fácil hablar sobre la sexualidad de mis padres...), en vista de ese detalle, el nuevo hijo que quisieran tener mis padres sería irremediablemente el segundo. Vale decir, el menor.
Mis padres, entusiastas, querían un hijo chico-hermano menor. Pero algo ocurría en el proceso que no lo hacía fácil como fue tener a mi hermano mayor; al contrario, tres veces mis padres escucharon la palabra "pérdida".
Hasta que del amor mis padres lograron "gestarme", decididos por un hijo chico-hermano menor. Una estricta condición había a cambio de que pudieran tenerme -casi una maldición de cuento de hadas-: mi madre tenía que pasar los nueve meses de embarazo en ABSOLUTO reposo. Se movía dos centímetros... y me perdía.
Así fue que crecí siempre recostado sobre mi madre, tal vez escuchándola atento mientras me hablaba, o percibiendo que me hacía cariño, o escuchándola cantar. Quizás soñando lo que ella soñaba.
Esos nueve meses debo haber escuchado a mi hermano mayor hablando con ella, o viendo la tele, o jugando en el suelo con sus autitos. Seguro acompañaba mucho a mi madre. Siempre seremos muy unidos.
Nueve meses de proteger al hijo que la unía a mi padre decidida a no escuchar "pérdida".
Y nací. Y llegué al mundo. Y mis padres y mi hermano fueron felices.
Hijo chico. Hermano menor.

Amor de madre, que por última vez tuvo que escuchar la palabra "pérdida" días atrás.

Pero tu sabes hermano que no nos dejará de querer como nos quiere aunque se lo pida Él mismo... Y tú sabes cuánto nos quiere.

F. Miller: 300.

http://www.apple.com/trailers/wb/300/trailer2/medium.html

Jan 24, 2007 3:34 PM: recibo mail de una paciente de mi hermano...

Hoy llamé para solicitar una hora con mi Doctor y la operadora me informa que él ya no está en esta tierra… Me quedé en blanco por muchos minutos, me pregunto si acaso le hace más falta a Dios que a mì … Qué dolor tengo en mi corazón, me siento casi en desamparo, hoy tenía control con él … Él me estaba ayudando a controlar mi depresión, me recetaba los medicamentos y se llevó muchas de mis conversaciones, que muchas de ellas estaban con lágrimas mías que afloraban hablando con él… Me daba ánimo, aliento, en fin, tantas cosas que conversábamos… Le pido a Dios por él y por su alma... y bueno al Señor le sirve en el cielo la gente buena como era mi doctor…” Doctor Cornejo, dígale a Dios que cuide de mí y que nos ponga en el camino un doctor que lo reemplace para que me atienda a mí y a mi esposo, al cual Ud. controlaba por su hipertensión, alguien que sea tan buena Persona como Ud. lo era, amable, simpático, preocupado por nosotros sus pacientes y muchas veces divertido, como cuando le dijo a mi esposo al ver su cara cuando Ud. le informó del examen a la próstata: ” Bueno hombre, en esta vida todo se paga.”

Lo queremos mucho Doctor y estará en nuestros Corazones siempre.

Rayaba con Fellini, devoraba las de terror.



Hoy es el cumpleaños de un primo hermano que quiero como hermano más que como primo. Crecimos juntos. Viajamos juntos. Nos conocemos y somos fieles amigos.

Me aparecí en su casa alrededor de las 23:30 para esperar la llegada del 24. Le tenía un regalo, una película que yo había regalado a su vez a mi hermano y que -por suerte- recuperé. La Cosa de John Carpenter. Mi hermano tenía un peculiar gusto por el terror y recuerdo bien que Christine -también de Carpenter- lo había "iluminado".


Ahora les cuento el misterio que encierra la película que le regalé a mi primo hermano. Para el cumpleaños de mi hermano no pude comprarle un regalo, por lo que le di a elegir cualquier película que yo cargaba en un estuche grande porta-CD's. Se decidió por una: Highway Men. Pasaron los días y el domingo pasado, la última vez que lo vi, me dijo que no había podido ver la película. Lo lamenté.

Hoy llegó a mis manos La Cosa de la colección de mi hermano, que como dije regalé a mi primo hermano para que tuviera un recuerdo de su primo mayor. El asunto cósmico es cuando le digo a M que mejor reviso si dentro viene la película, "no vaya a ser que se quedara en el DVD en casa de mi hermano". Abro la caja y descubro con satisfacción que La Cosa está adentro. Pero también hay otro disco. Lo tomo, lo volteo para ver y ocurre la dioscidencia: el DVD guacho era la película que yo le había regalado a mi hermano para su cumpleaños. De todas las películas que tenía, guardó la que le obsequié en la caja de La Cosa, la que luego pasaría a ser de mi primo...

Y a veces creer en el Destino o las sincronías le dan un toque épico y mágico a la vida.

martes, enero 23, 2007

Zapatilla mirando al Sur.

Mis dos hermanos, mi único hermano, mi único padre.


Mi padre se parece a mi hermano. No al revés. No malentiendan la comparación. Es tanto lo que mi padre se parece a mi hermano, que a veces olvido que uno de mis hermanos es en realidad mi padre.

Porque mi padre es mi padre y mi hermano es mi hermano.
Aunque en ocasiones me confundo.
Será la sangre que compartimos la que juega a crear esos espejismos.

Los veo en la foto, sonriendo, y digo, Hermano, y digo, Padre, y mi pupila los aúna y ambos son mi padre y mi hermano. Mi hermano y mi padre.

Mi hermano mayor en brazos de mi padre.
Mi padre en brazos de mi hermano mayor.

Se cuidarán siempre entre ellos.
Se les ve en la sonrisa de niños.

Revista Proa y versos de G. Mistral: los tenía entre sus cosas.

Sonetos de la muerte

Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.

Te acostaré en la tierra soleada con una
dulcedumbre de madre para el hijo dormido,
y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna
al recibir tu cuerpo de niño dolorido,

Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas,
y en la azulada y leve polvoreda de luna,
los despojos livianos irán quedando presos.

Me alejaré cantando mis venganzas hermosas,
¡porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna
bajará a disputarme tu puñado de huesos!

II

Este largo cansancio se hará mayor un día,
y el alma dirá al cuerpo que no quiere seguir
arrastrando su masa por la rosada vía,
por donde van los hombres, contentos de vivir...

Sentirás que a tu lado cavan briosamente,
que otra dormida llega a la quieta ciudad.
Esperaré que me hayan cubierto totalmente...
¡y después hablaremos por una eternidad!

Sólo entonces sabrás el por qué no madura
para las hondas huesas tu carne todavía,
tuviste que bajar, sin fatiga, a dormir.

Se hará luz en la zona de los sinos, oscura:
sabrás que en nuestra alianza signo de astros había
y, roto el pacto enorme, tenías que morir...

III

Malas manos tomaron tu vida desde el día
en que, a una señal de astros, dejara su plantel
nevado de azucenas. En gozo florecía.
Malas manos entraron trágicamente en él...

Y yo dije al Señor: - "Por las sendas mortales
le llevan ¡Sombra amada que no saben guiar!
¡Arráncalo, Señor, a esas manos fatales
o le hundes en el largo sueño que sabes dar!

¡No le puedo gritar, no le puedo seguir!
Su barca empuja un negro viento de tempestad.
Retórnalo a mis brazos o le siegas en flor".

Se detuvo la barca rosa de su vivir...
¿Que no sé del amor, que no tuve piedad?
¡Tú, que vas a juzgarme, lo comprendes, Señor!

(del libro Desolación, 1922)

domingo, enero 21, 2007

Si me preguntas.

Cómo te lo digo:
un taladro silencioso y eficaz
persiste en perforar mi pecho.

Y en el patio de mis ojos
se proyecta un documental
sobre tu vida.

Te lo digo:
duele tu ausencia.

Esa es la verdad.

jueves, enero 18, 2007

Sobre tu personalidad.

3:3oam. Los párpados wide open. Insomnio. Soledad.
Un ruido. Mi madre aparece. Chascona. Dormida. Desorientada.
Le pregunto por qué está levantada a esa hora.
Ella me pregunta por qué no estoy durmiendo.
Minutos después se está fumando un cigarrillo y contándome historias sobre mi hermano.
Supe cómo y cuándo dejó de usar pañales:
mi hermano llamó una vez a mi madre para preguntarle cómo había sido el proceso de quitarle los pañales. (Mi hermano solía tener esas inquietudes "bizarras" sobre las cosas, de ahí su adicción a la Encyclopaedia Britannica de mi padre.) Mi madre me dijo que en ese minuto no se acordaba, por lo que le pidió cinco minutos a mi hermano para llamarlo de vuelta, porque le iba a preguntar a mi padre, que tiene memoria de elefante, cómo había sido el entrenamiento de quitarle los pañales. Mi madre llama a mi padre y le pregunta cómo fue lo de los pañales. Mi padre exclamó: ¿en serio no te acuerdas? Nuestro hijo se acercó a la cama un día, cuando tenía dos años, y mientras se sacaba los pañales nos dijo, "¡no má'!", y dejó de usarlos.

¿Acaso eso no es ser un vanguardista?

Cuenta conmigo (secretos revelados).

Sobre mi madre.

Tengo entre ocho y once años. Hay un vacío temporal de tres años, pero como es el recuerdo el que importa, esos tres años son "despreciables" (eso haría notar M). Nos quedamos solos en casa, nuestros padres salieron, ¿dónde?, no lo tengo registrado.

(está sonando a las 2:03am un tema de Damien Rice, el que bailamos como vals con M, The Blower's Daughter)

Retomando.
Quedo a cargo de mi hermano mayor. O sea, cualquier cosa podía pasar. Mi madre nos dejó preparados unos tallarines con salsa de mariscos (¿era de mariscos?). Como está a cargo, mi hermano tiene que calentar la comida. Enciende la cocina y revuelve los tallarines. Alguna pregunta le tengo que haber hecho, algo parecido a "¿cuál es el auto más rápido?" o de seguro me estaba hablando de lo magnífico que fue el imperio romano, sus adelantadas estrategias de batalla y la ingeniería en la armadura, espada, casco y escudo que ocupaban los soldados. Quizás comentábamos algún chiste de Asterix y Obelix. No sé. Éramos dos hermanos conversando. Con los tallarines listos, mi hermano se sirvió un plato. Le pedí que los probara, porque un extraño olor emanaba de la olla. El valiente de él agarró un tenedor, enrolló unos cuantos tallarines y se los metió a la boca. Masticó dos veces y los escupió con asco. Me reí. Dijo que estaban incomibles, que la salsa sabía a cualquier cosa, que simplemente nos habíamos quedado sin comida. Y agregó: no podemos dejar que la mamá se entere, le va a dar pena pensar que le quedaron horribles los tallarines y sienta culpa por dejarnos sin otra opción para comer... tenemos que botarlos... pero si los botamos, los va a ver en el basurero... ya sé, busca una bolsa plástica... los vamos a enterrar en el patio. Busqué ansioso la bolsa, la idea de mi hermano me parecía genial, era toda una aventura. Echó los tallarines dentro de la bolsa, la cerró y buscamos la pala. Salimos al patio y buscamos el mejor lugar para hacer desaparecer la evidencia. Además, teníamos que evitar que nuestra cocker Pinta desenterrara el cuerpo del delito. Decidimos dónde y mi hermano comenzó a cavar presuroso, nos preocupaba que llegaran nuestros padres. Enterró la bolsa y la cubrió con la tierra suelta. Le pusimos hojas encima para tapar signos de excavación evitando así ser descubiertos.

Cuando mi madre nos preguntó cómo le había quedado la nueva receta de salsa para los tallarines, ambos respondimos lo mismo: muy rica, mamá.

Sobre mi padre.

Rudy, un amigo del colegio, era un adelantado y visionario: logró que su padre ingeniero químico le enseñara acerca de los componentes de la pólvora y en qué porcentaje mezclarlos. Éramos chicos, creo que el tío nunca pensó que tendríamos mente de pequeños terroristas y fabricaríamos el susodicho polvo gris. ¡Niños que sabían producir el contenido de un cartucho de TNT!

Llegué a casa. Mi hermano, por alguna razón, ya estaba. Veía tele en la mansarda. Subí. Nos saludamos, hablamos de esto y lo otro y se me ocurrió comentar que ojalá nuestro padre hubiese tenido el conocimiento de cosas como hacer pólvora. Mi hermano me miró muy serio y dijo: nunca vuelvas a hablar así del papá, él sabe muchas cosas, muchas más que cualquier otro papá, ¿me escuchaste?

Y tenía razón. Nunca más puse en duda el infinito conocimiento de nuestro padre.

Los versos de Carolina. Dedicados a la memoria de su primo.

Camino al Cielo

Hoy decidiste abandonarnos

Emprender un nuevo rumbo

Lleno de colores

Y tengo la certeza de que te encuentras camino al cielo.

Imagino tu sonrisa

Me parece estar escuchando tu risa

Y cómo no, si te vas a reunir con nuestra amada Lela.

Te recibirá con sus ojos transparentes

Y aunque estará feliz de tenerte a su lado

Creó que no te salvarás de unas cuantas explicaciones

Pero al fin y al cabo ahí estarás cobijado en ella.

La paz se apoderará de ese lugar

De tu lugar

Tú te apoderaste ya de nuestros corazones

Y por siempre en ellos estarás.

En cada día te llevaré conmigo primo

Por que el amor que siento por ti

Va más allá de lo mundano

Nadie, ni nada me lo puede quitar.

Por siempre estarás en mí

Y eternamente estaré agradecida de que seas mi primo

De las oportunidades que la vida me brindó

Para compartir contigo.

Descansa en paz amado primo

Que los Ángeles te lleven al cielo.


Enero 17, 2007.

Carolina Bunger.


miércoles, enero 17, 2007

martes, enero 16, 2007

El día que amaneció nublado en Santiago que es siempre constante en su elevada temperatura. El día del funeral.


Hoy fue el funeral.
Velaron el cuerpo de mi hermano de 1pm a 4.45pm.
La urna era abierta.
Me quedé mirándolo varios minutos. ¿Horas?
Mis primos y yo pensamos lo mismo: que parecía estar durmiendo y en cualquier momento saltaría, una broma típica en él.
Pero no ocurrió. Se quedó quieto, plácido, cubierto con un chal tejido por mi madre (creo, esa parte es confusa) y una foto enmarcada de mi abuela Lela.
Llegó mucha gente. Es que mi hermano era encantador. De ahí tanta gente.
A continuación vino la misa. Simple. Honesta. Precisa.
Mi madre, mi padre y yo nos subimos en un momento a hablar sobre mi hermano.
Mi madre leyó una carta que la escribió con la tinta de la tristeza y el amor incondicional.
Yo leí algo que tengo escrito en el blog.
Mi padre nos sorprendió. Él habló sobre mi hermano sin leer nada y agradeció la presencia de todos. "Siempre fui y seré un padre chocho de mi hijo mayor".
Termino de la misa. Hay que trasladar la urna hasta la sepultura. Mi padre, yo y familiares agarramos las asideras a los costados de la urna. La levantamos y caminamos hacia la salida de la capilla. Ese pequeño trayecto lo hice llorando.
Llegamos a la sepultura. Hay un toldo. Unas cuantas sillas. Nuevamente tenemos que levantar la urna. Queda dispuesta sobre las guinchas que la bajarán finalmente a dos metros bajo tierra.
Antes de sepultar a mi hermano hubo algunos que quisieron hablar sobre él. Mi tío leyó una emotiva carta. Un amigo habló de sus años estudiando medicina y los sueños que tenía hace seis meses de ser parte de Médicos sin Fronteras. Su novia habló desgarrada por el dolor.
Entonces llegó el momento de poner una reja sobre la urna para colocar encima las coronas de flores. Se forma una cordillera de rosas de todos los colores. Mi madre guarda unas cuantas.
Comienza el descenso de la urna. Alguien, rápidamente, deja algo sobre la urna, una especie de colgante.
Hipnotizado, sigo el descenso de la urna. No puedo creer que esté enterrando a mi hermano mayor de sólo 33 años.
La gente que acudió comienza a despedirse.
Me saludan compañeros que tuve cuando estudiaba psicología. Me encuentro con mis compañeros de colegio.
Están mis grandes amigos Castrol y Mat. El querido equipo de guionistas con los que trabajo.
Finalmente no queda nadie en el lugar de la sepultura. Decido caminar hasta unos árboles. Me pierdo en ellos.
Y lloro. Fuerte. Triste. Liberador...

Ahora estoy en casa de mis padres con intenciones de recorrer las paredes buscando fotos que me sigan hablando de él.

Lo extraño.

A la izquierda, yo. A la derecha, mi hermano.

Mi hermano era muy astuto. Cuando vivíamos en Austria y mis padres invitaban gente a comer, mi madre nos llevaba pocillos con maní, papas fritas y otros. Entonces mi hermano desarmaba su cama, se subía y soltaba un rugido. Yo me reía. Luego me decía que podía comer como un león y rugir al mismo tiempo. Pero para eso necesitaba mis pocillos.

Mientras yo reía encantado por su actuación, él se comía mi porción de maní, papas fritas y otros. Todo este tiempo creyó que me había logrado engañar. Lo cierto es que yo sabía lo que estaba haciendo. Y qué. Lo importante era pasar un buen rato con él antes de que mamá o papá nos ordenase acostarnos y dormir.

Era uno de esos buenos momentos que sólo un niño puede construir, porque sabe perdurarán en el tiempo...

Y es así que les cuento una alegre anécdota de mi infancia junto a mi hermano mayor.
Porque perduramos en el tiempo...

Tú lo sabes, hermano. Nunca dejaré de quererte o creer en ti.





Mi hermano siempre fue mayor que yo. Se ve en la foto y los cuatro años que me llevaba eran prueba irrefutable. Y siempre fue el más guapo.

Hoy ese tiempo se congeló: el hermano que yo tanto admiraba, que me enseñó sobre música, literatura, cine, medicina y a los seis años me sentaba en una silla para enseñarme en una pequeña pizarra lo que había aprendido en el colegio, ese hermano, el de la cicatriz en una mejilla causada por el fórceps cuando lo extrajeron del vientre de mi madre, ese hermano mayor detuvo su vida hace un par de horas.

"Las tres de la madrugada. Ha sido una noche tranquila, pocos pacientes, nada grave, hace frío y una densa neblina se arrastra por las calles, eso mantiene a la gente en sus casas, frente a la tele y la estufa, aguantándose los síntomas del resfrío, la gripe o la gastritis, sólo vendrán hoy las personas realmente enfermas, los infartos, neumonías, depresiones y cosas por el estilo. Bostezo, quizás sea hora de ir a dormir, aprovechar este regalo de invierno: una noche pacifica".

Lo escribió mi hermano en Septiembre 10, 6:44 AM, 2006, mientras estaba de turno. Era médico. Otra razón para decir que era el más inteligente de los dos. Y era un buen médico. Dedicado. Atento. Profesional. Admirable.

Era tan lindo. Tan inteligente. Tan culto. Palabras de mi padre acerca de mi hermano en algún momento del día.
Mi niño, dijo mi madre.
Hermano, pensé yo.
Familia.

Daría la mitad de mi corazón para regalarte una nueva vida.
Pero tú pensaste distinto.

Y como siempre, te respeto.

Un beso y un abrazo, no creas que no te buscaré cuando sea mi turno.
Mientras, cuídate.

Con cariño,

tu hermano menor en cuatro años...



sábado, enero 13, 2007

viernes, enero 12, 2007

Notas importantes que luego desaparecen. Escrito por mi padre.

De la Cel-Cam al lente y los bits y los ceros y unos y la imagen digital.




Sobre-vivencia.

Me pregunto:

si el hombre se maravilla con el mundo y es el único ser vivo que ha evolucionado y desarrollado a la vez una conciencia inteligente, racional, que estudia, luego entiende y finalmente responde -con talante soberbio- las interrogantes del Cosmos y el planeta que lo alberga...

¿Por qué cresta no aplican el Saber y las Ciencias a evitar el maldito calentamiento global que provocará que en unos cuantos años la temperatura a la que estaremos expuestos será de 50-insufribles-grados?

"Y caerán literalmente los patos asados..."

¡Joder!

jueves, enero 11, 2007

S I L U E T A.

La edad de aquél que fue sacrificado.

Sólo somos dos hermanos. Yo soy el menor. Hoy celebramos su cumpleaños en una pequeña comida familiar en el departamento de mis padres. La cena consistió, he de revelar, en un menú para cuatro de comida china, más un pato pekín que mi padre no se decidía nunca si incluirlo en el menú como extra o no. Tengo mucha paciencia, pero la salita de espera de un restaurante chino, siempre con un televisor prendido, el acuario con peces debatiéndose entre la vida y la muerte, y a veces música tradicional sonando en el ambiente, despierta en mí un inquieto y ansioso deseo de fuga . No tengo nada contra los chinos o China o Asia. Es sólo la sala de espera. La típica sala de espera. Es un rechazo irracional, lo sé. Simplemente no me agradan. Y eso que disfruto cada plato de la cocina china. En fin, dejemos los wantanes fuera, yo estaba hablando de mi hermano y su cumpleaños y el festejo. No lo veo mucho. Decidió irse a vivir a Pirque, a perderse entre caminos de tierra, criar muchos perros, tener una plantación de (no recuerdo, perdón hermano). Mi hermano es doctor y es casi un genio, casi, está muy cerca de serlo. Sólo le falta enfocarse. Creo que se lo he dicho. Volviendo al tema del cumpleaños, después de comer nos sentamos todos en el living a conversar. La polola de mi hermano andaba con su perro salchicha llamado "Borodin", el cual una vez dejado en el suelo recorrió con sus milimétricas patas cual laucha neurasténica los rincones del departamento.
Y entonces mi hermano contó lo que le había ocurrido hace unos días, cuando en short y chalas había decidido ir a comprar porotos verdes. En el camino se encontró con un camión detenido. Se bajó a mirar, algo le decía que algo no estaba bien. Entonces descubrió al conductor del camión sangrando, con un corte en la frente que dejaba ver los huesos del cráneo. Mi hermano doctor comenzó a ayudarle. No venía nadie. El accidente había ocurrido recién. Escuchó un grito. Mi hermano al rodear el camión vio que un furgón de gendarmería había atravesado la muralla de una casa y estaba detenida en mitad del patio. Se acercó a mirar. En el suelo yacía un gendarme. Mi hermano le tomó el pulso. El hombre estaba muerto. En el furgón estaban otros dos gendarmes gravemente heridos. Mi hermano los atendió. Llegaron una ambulancia y los bomberos. A los minutos, el chofer del furgón de gendarmería también muere.

Mi hermano regresó a casa tres horas después, manchado en sangre. Y sin los porotos verdes. Sólo convertido en héroe accidental.

miércoles, enero 10, 2007

Celulas y fotograma.

La jungla de cemento.

martes, enero 09, 2007

Testigo inservible.

Estaba escribiendo. Estoy en un piso 11 de grandes ventanales, que tiene vista a la torre Entel. Estaba escribiendo y era de madrugada. Debido al calor mantengo los ventanales abiertos. El silencio de la noche entra. Pero anoche no hubo silencio. Anoche escuché ruedas que intentaban frenar, el metal que se hunde y dobla, un choque entre autos. Luego escuché sirenas. No supe que pasaba, pero me llamó la atención. El choque me dejó inquieto.

Hoy mi padre entrando al departamento me dice: se mató en auto el hijo del tío Brian anoche, aquí a un par de cuadras.

Yo lo conocía. Era actor. Era una buena persona.

No merecía morir por culpa de un conductor borracho.
No anoche.
No el hijo del tío Brian.

viernes, enero 05, 2007

Tierra del Fuego I: donde M respira profundo y se olvida del concreto.

Primer día solo.
M tomó rumbo sur, hacia el fin del mundo.
Estoy tranquilo, sé que está bien, sé dónde está, no hay peligros.
La nostalgia y el recuerdo es parte del proceso.
27 días de ausencia.
Y bajando.

miércoles, enero 03, 2007

Nos dicen no nos dicen nada.



En mi rostro antes se leía respeto por cómo el mundo es.
Antes.
Antes de descubrir que la televisión no sólo transmitía dibujos animados, sino que además las noticias.
Antes de entender qué tipo de noticias informaban.
Antes de saber que el mundo se mataba entre sí.
Antes de aceptar que lo que uno haga por el mundo nunca será suficiente.
Antes de lamentar la extinción de los Héroes.
Antes de enterrarlos para siempre.

Poema 3.

Tengo barba.
Y tengo miedo.

Pero si lo ordenas,
seré tu ejército invencible.

Dime cuál es el reino
donde quieres te coronen.

Tengo miedo.
Pero no es por tener que protegerte.

Es porque eres una Fortaleza
que no requiere de mis armaduras.

Y la barba.