lunes, noviembre 28, 2005

J. Jarmusch: el café y su cigarrillo.


Sentado a la mesa, contempla el bordado del mantel, concentrado en la línea roja que se convierte en espiral... llega H y se sienta, pero él contempla el bordado del mantel...

-Es una basura en blanco y negro...
-Hey, es una película, no un desecho químico...
-¿Pero en blanco y negro? El mundo es a color, no es de sombras...
-Es un cine que no entiendes... Acéptalo, tu mundo de colores es una canica diminuta, como ese cerebro que llevas debajo del sombrero...
-¿Defiendes el blanco y negro? Se supone que estamos evolucionando, no caminado hacia atrás...
-No entiendes, no puedo hablar contigo... ¿Ves esta línea roja en el mantel?
-Es una línea de color...
-¿Lo es?
-Es roja...
-¿Y cómo sé que tu rojo es mi rojo?
-¿...?
-Podrías estar viendo una línea verde y simplemente le llamas rojo porque te enseñaron que así se llamaba...
-No me confundas, eso es rojo y punto...
-No lo sé, puede que sea verde para ti...
-¿Verde? Los árboles son verdes...
-Podrías estar viendo árboles rojos y pensar que ese rojo es verde en realidad...
-¿Te gustó la película?
-Bastante...
-Ya... y ese blanco y negro podría ser azul y rosado para mi...
-Ya captaste el punto...
-No... en fin... ¿qué hora es?
-Pues no es tarde...
-Me tengo que ir... ¿te molestaría pagar los cafés?
-Yo los pago...
-Gracias... ¿me das un cigarrillo? El café y los cigarrillos... ya sabes...
-Toma uno y vete...
-Te veo luego...
-Sí... claro...
-Chao.
-Chao.

Antes de partir, se toma el café y mira el fondo de la taza... La taza es blanca y el residuo del café es cercano al negro... sonríe... ha entendido un poco el asunto este del rojo por verde... pero aún no se convence...

viernes, noviembre 25, 2005

Cerebro unplugged.

Cada evento, en cada día, debería dejar su huella. Y, lamentablemente, en mí la estela de emociones y sentidos se marca sobre la superficie material de las horas, pero nada queda en mi cerebro unplugged.

Como Funes el memorioso, aunque lo opuesto y contrario: tabula rasa.

Se supone debo escribir con recuerdos la historia de mi vida.
Pero no con mi cerebro unplugged.

Me harán falta vitaminas.
O tener fe.

Lo que debo hacer es enchufar mi cerebro unplugged.

Mi padre capturó esta imagen una tarde de Noviembre.

martes, noviembre 22, 2005














Meet me at Montauk...

sábado, noviembre 19, 2005

Sin discreción, porque es sábado, porque estoy trabajando y porque me da la gana, un repaso crítico de la publicidad electoral:

  • Longueira parece vendedor de máquinas agrícolas, podría estar en plena carretera, en una gigantografía abrazando un camión.
  • Lavín tiene una sonrisa extremadamente forzada, duda uno si lo ha hecho antes. Sonreír, me refiero.
  • Lily Pérez tiene una onda extraña, la cara como de cera, hiper-maquillada, simulando ser la estatua de la libertad. "...el único país donde la libertad es una estatua..."
  • Piñera tiene una expresión de sofoco, cara de "piteate un flaite" en el afiche donde está rodeado de niños.
  • Bachelet-estoy-contigo está con todos, pero no está en ninguna parte.
  • Hirsch... ¿Hirsch?
  • Al "chico" Zaldívar lo sacaron de un capítulo perdido de El Chavo del 8. "Tu trayectoria te hace grande". ¿Cuál? Tengo 27 años, para mí, la trayectoria del "chico" Zaldívar comenzó... veamos... hace poco. El poco suficiente para no darle centímetros para que crezca.
  • Moreira es tonto, dice su hermanastro. No tiene campaña, pero me pareció notable ese encabezado.

En fin, las campañas apestan. Para una película, está bien. Pero para quienes han de gobernar, POR FAVOR, sean más serios, convoquen dónde ir a escucharlos, porque estar entre una gigantografía de shampoo y cigarrillos no suma puntos ni da seriedad a NINGÚN postulante a un espacio en el Congreso o La Moneda.

Miles de millones de pesos para tanta publicidad gráfica...

Al menos, podrían nominarlos a ACHAP o algo parecido. Para que valga la pena. ¿No?

Eternal Sunshine of the Spotless Mind (written by C. Kaufman)

-¿Y qué hacemos ahora? -pregunta ella, el viento de la playa en el rostro.
-Disfrutar el momento -responde él, conciente que en un par de minutos, ella desaparecerá de lo real, del mundo y su memoria.

miércoles, noviembre 16, 2005

Poema de mañana.

En dos líneas
y en cuatro y un par más
consciente de lo impar también de las palabras

mujer,
el beso suspendido como punto y coma
y entre fabulosos paréntesis

sólo resta decirte
en las horas presentes y avanzando

que saldremos adelante
y te extraño

rematando
el cálculo de letras
con el amor seguido
de puntos suspensivos...

martes, noviembre 15, 2005

¿Qué hago aquí, señor?

Invitado estaba a la Avant Premiere de una película. Una de las nuevas películas chilenas. Le tengo fe, conozco al director, conozco a los directores de foto, conozco al guionista.

Estábamos invitados, M y yo.

Pero el trabajo, el que uno siempre quiere hacer para que quede perfecto, me tiene frente a una máquina.

¿Qué hago aquí?

Sigo, simplemente, las coordenadas del sistema. Pude rebelarme. Pude dejar todo, irme, asistir a la exhibición de la nueva gran película.

Pero gente depende de uno. Gente como uno.
Gente que necesita vivir.

Saludos En La Cama.

lunes, noviembre 14, 2005

Ansiedad/Angustia: dos palabras que empiezan con a de Asustar.

Me dice: muchacho, me siento pésimo, tengo el estómago convertido en un remolino, en un carajo de tormenta, me ahogo, me falta el aire y el aire que me falta se convierte en una presión, algo parecido al bototo de un militar demente que te aplasta contra el suelo, Yo, que he vivido las peores experiencias y las he contemplado con sonrisa de sicópata indolente, y ahora, y ahora muchacho, estoy como un bebé, a merced del cuerpo, de este puto sentimiento de impotencia, a esta angustia y a esta ansiedad asquerosa, creo que voy a morir, ¡morir! ¡de qué voy a morir si soy una piedra, un vampiro que le succiona la vida a la tierra y sus riquezas!

No sé...

Es sólo que no me siento bien, muchacho...

Es sólo que ella se ha ido de un portazo. ¿Será aquello, muchacho?

Eye of the Beholder.


domingo, noviembre 13, 2005

Héroes de Sombra.

BATMAN BEGINS. TM.
Ya nadie salva. En las calles y callejones, en las veredas aquellas por donde pasan caminando con la mano en alto, saludando a la gente, satisfechos de sus logros mediocres, sin saber o no querer aceptar que no salvan. Pues no se salvan ni a si mismos. Pero creen que son héroes por lo que han hecho.
Y héroes de sombra, reales salvadores, se opacan y se ocultan: el poder de salvar requiere de mayor apoyo que el poder de no rescatar nada y decirle a la gente que has salvado, digamos, un nuevo arte.
El camino del verdadero héroe es solitario: la estampa de su sombra, contra el atardecer de una ciudad llena de salvadores falsos.
Lamentable.
Pero cierto.
Ya nadie salva.

El sueño bolivariano.

Simón despertó alterado, la frente sudorosa, la respiración agitada. Secó su frente con la manga del camisón para dormir blanco con rayas azules que le regalara su madre el día anterior.
-Pero qué horror de sueño he tenido... -dijo bajando de la cama.
Caminó hacia la cocina con pequeños y ligeros pasos. No quería despertar a nadie en la casa, menos al padre, que anoche estuvo un tanto brusco durante la cena cuando alguien tocó el tema de los impuestos españoles a los cargamentos. Agarró un vaso y directo del balde se sirvió agua. Ya de regreso a la habitación, sintió que una delgada ráfaga de aire soplaba sobre su nuca. Giró, aguzando la mirada en la oscuridad, imaginado el recorrido del viento, y descubrió que la puerta principal estaba entreabierta. Fue hacia ella.
-Se supone que María le coloca el cerrojo antes de acostarse, que irresponsable -murmuró.
Junto a la puerta, la manilla ya en su mano, la luz de la luna descubrió para él la figura de varios desconocidos alineados frente a la casa. Vestían de manera extraña, con camisa y un pedazo de tela colgando del cuello. Ocupaban unos trajes muy simples que Simón pensó eran overoles de trabajo.
-Simón, hemos venido. Tal como lo soñaste.
Simón miró al que le hablaba: un hombre de ojos oscuros, ancho de espaldas, con sobrepeso.
-Lo soñado no se hace realidad -le contestó al hombre, un poco asustado ante la presencia de los fantasmas de sus quimeras.
-¿Cómo que no se hacen realidad? Somos los presidentes de las nuevas naciones de América y estamos construyendo el futuro como lo has soñado.
-¿Entonces es cierto? ¿Es mi sueño una posibilidad?
-Lo es, Simón. Míranos, todos nosotros creemos en el.
-Pero... -Simón no quería ofender a esas sombras que se hacían llamar presidentes-, en mi sueño todo se desmoronaba y los presidentes de las nuevas naciones terminaban por quemar los últimos vestigios de esperanza... de hacer real lo que sueño...
-Simón... ¿no confías en nosotros?
Simón repasó con la mirada a las oscuras figuras frente a su casa. De repente, tuvo ganas de llorar.
-Yo... -pero antes de que pudiera responder unos pasos le advirtieron que alguien se acercaba.
-¡Simón, qué haces afuera, entra que hace frío!
El niño vio cómo se desvanecían los desconocidos, entró, y cerró la puerta.
-Voy... sólo era... nada, sólo era el viento que abrió la puerta por un instante.
Y Simón, obediente como era a sus diez años, regresó a la cama. Pero no pudo dormir. No quiso dormir. No quería soñar de nuevo cómo la libertad se incendiaba hasta ser sólo estéril ceniza sobre las tierras del hombre americano...

"El modo de gobernar bien es el emplear hombres honrados, aunque sean enemigos."

Simón Bolívar

sábado, noviembre 12, 2005










En ella
y la pupila serena:
te mira y te descubre,
me mira y me sabe.
En ella
(presentando sin permiso su mirada)
el amor sin rencores
el amor pausado
el amor que contempla en las mañanas
y un rostro que sonríe:
hola,
dice mientras me mira:
Te amo.

He meditado las mejores formas para elevarme,
no al cielo o las estrellas
o el infinito punto que todas las noches observo en silencio:

es despojarme de las mentiras que me han enseñado,
ropaje denso ofrecido en gala de farsantes,
todos ellos supuestos maestros en el vivir alegre
¡y qué mentira!
¡qué vergüenza de hombres cuya sombra no se proyecta
sino se oculta para que no sepamos de qué lado el sol les ilumina!

Y yo entre ellos.
Máscara ante el rostro
y el alma en canje:

mentiras entretejidas y
delineados los ojos como los presenta el actor sobre las tablas.

He meditado
para ser un mejor hombre.

He iniciado el viaje.

Desde la ventana...
















Desde la ventana,
le susurran a la niña
que hay todo un mundo
y que es inevitable crecer:

tendré que buscar columpios más grandes
responde
la voz de la niña al susurro
¿y duele crecer?

Duele,
hay todo un mundo
y es inevitable crecer.

Pero como el árbol en otoño,
que pierde las hojas que bailan
(así les llama la niña, hojas que bailan)
el dolor
(esa ausencia de sentirse seguro, de sentirse bien)
el dolor son hojas que bailan
y se las lleva el viento:
crecer
(susurro a la niña)
es la primavera en tu corazón pequeño
esperando entender
todo el mundo
desde la ventana...

martes, noviembre 08, 2005

Al final de la escalera: W E L C O M E.


















Te has esmerado Fortuna
en derrocarme
en batallas de aire,
como derrocaste a los Conquistadores:

pero te equivocas
porque sólo soy el mensajero de la suerte oscura
-que nadie invita o espera-
entre los desposeídos.

Mi vida es mi vida,
pero el tablero tiene tus huesos
Fortuna,
y las fichas
la carne de quienes avanzan
de blanco a negro
de negro a blanco
y observan inmóviles la caída del Rey.

El Rey del nuevo Destino.
El Rey que vence.

El Rey que no es el de los desposeídos.

WALKING AROUND.

Sucede que me canso de ser hombre.

Sucede que entro en las sastrerías y en los cines

marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro

navegando en un agua de orígen y ceniza.
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El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.

Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,

sólo quiero no ver establecimiento ni jardines,

ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.
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Sucede que me canso de mis pies y de mis uñas

y mi pelo y mi sombra.

Sucede que me canso de ser hombre.
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Sin embargo sería delicioso

asustar a un notario con un lirio cortado

o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.

Sería bello

ir por las calles con un cuchillo verde

y dando gritos hasta morir de frío.
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No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,vacilante,

extendido, tiritando de sueño,

hacia abajo, en las tripas mojadas de la tierra,

absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

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No quiero para mí tantas desgracias.

No quiero continuar de raíz y de tumba,

de subterráneo solo, de bodega con muertos

aterido, muriéndome de pena.
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Por eso el día lunes arde como el petróleo

cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,

y aúlla en su transcurso como una rueda herida

y da pasos de sangre caliente hacia la noche.
Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas

húmedas,

a hospitales donde los huesos salen por la

ventana,

a ciertas zapaterías con olor a vinagre,

a calles espantosas como grietas.
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Hay pájaros de color de azufre y horribles

intestinos

colgando de las puertas de las casas que odio,

hay dentaduras olvidadas en una cafetera,

hay espejos

que debieran haber llorado de vergüenza y

espanto,

hay paraguas en todas partes, y venenos, y

ombligos.
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Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,

con furia, con olvido,

paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,

y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:

calzoncillos, toallas y camisas que lloran

lentas lágrimas sucias.

...

Pablo Neruda.

martes, noviembre 01, 2005

Hombresh en STGO.

Macarena Teke en La Sagrada Familia.