Te has esmerado Fortuna
en derrocarme
en batallas de aire,
como derrocaste a los Conquistadores:
pero te equivocas
porque sólo soy el mensajero de la suerte oscura
-que nadie invita o espera-
entre los desposeídos.
Mi vida es mi vida,
pero el tablero tiene tus huesos
Fortuna,
y las fichas
la carne de quienes avanzan
de blanco a negro
de negro a blanco
y observan inmóviles la caída del Rey.
El Rey del nuevo Destino.
El Rey que vence.
El Rey que no es el de los desposeídos.
martes, noviembre 08, 2005
tecleado por Mat. cerca de las 12:07 p.m.
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