sábado, julio 21, 2007

Un día en la vida D.





Un nazi de alto rango mira por la ventana, taza de té en mano. Es un pueblito francés. La luz de la mañana marca la silueta de los hogares destruidos por la furia de aviones y tanques. Un francotirador mata, con paciencia, a las fuerzas aliadas que aún tratan de resistir el ataque. Se escucha un disparo, un soldado norteamericano cae entre juguetes quemados de niño.

-
¡Bien! Los preparamos muy bien... Esta guerra la tenemos ganada.

Llega otro nazi, del mismo rango, junto al nazi de la taza de té. Se saludan a la manera nazi.

-
¿Cuál es juego de hoy? ¿Matar a granadas?
-No. Francotirador.
-¡Excelente!

Nazi-tacita-de-té baja la mirada un momento y nota algo extraño en su acompañante.

-
¿Acaso tiene el marrueco abajo, Herr Schwein?

El nazi denominado como "Schwein" mira sus pantalones. Con prisa, notando su falta de protocolo y respeto por el uniforme, sube el cierre.

-
Perdón, Herr Schmutz. Fue un leve descuido.

Herr Schwein toma un trago de té mientras observa como otro soldado enemigo cae ante la precisa bala del sniper germano. Mira a Herr Schmutz.

-¿Ha visto al Führer por ahí?

Herr Schmutz se incomoda un poco. Arregla el cuello de su camisa, se toca de nuevo el cierre para cerciorarse.

-Eh... Nos encontramos en el baño. Le manda un afectuoso Heil.

Herr Schwein cambia la expresión, mira su té con asco, y lo tira por la ventana sin prestar atención al fabuloso disparo del francotirador quien mata a tres soldados atravesando sus corazones...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno
Pascuala