viernes, julio 20, 2007

Si de la corriente dependiera.

Tres camarones en el fondo de un río de agua dulce. Juegan poker sentados en una piedra. Uno de los camarones es mi primo, el otro es mi hermano, el otro soy yo.

-
Gané -digo triunfal.
-¿De nuevo? -dice mi hermano-. Estás haciendo trampa hijo de camarona coctelera.
-Dicen que camarón que se duerme... -respondo misterioso.
-Dijiste que no sabías jugar -dice mi primo-, siempre andas haciéndote el camarón despistado pero lo tienes todo calculado. Eres como el loco ese de la película El Silencio de los Camarones -y se larga a reír.
Mi hermano se ríe con él.
-¡Camarón Lecter! -dice a carcajadas mi hermano mientras me señala.

LA IMAGEN SE CONGELA CON LOS TRES CAMARONES RIENDO.

Hombres
o
Camarones
seguiríamos siendo igual




Un abrazo.

4 comentarios:

Carola dijo...

Los imagino perfectamente a los dos bajo el agua jugando poker, y la conversacion me calza perfecto... excelente lo de camaron lexter!!!

con este blog cada vez conozca mas al tite y cada vez me arrepiento de no haberlo conocido tanto... pero te tenemos a ti para que que sigas contandonos de él.

Cuando nos juntamos... no dejemos pasar esta semana.

besos

Carola Soto Donoso

Patricio dijo...

:o
Está buenísimo, me causó gracia el texto... El silencio de los camarones y Camaron Lecter jaja...
Recuerdo haber leído otra cosa más antes, voy a dejar en mis favoritos estos, me gusta tu forma de escribir.
Bueno, eso, no soy bueno para esto ja

saludos

María José Fuentes dijo...

Me dejas una sensación extraña.
A pesar de que dices ganar, que no eres el camarón dormido, tu primo y tu hermano saben más de ti que tú mismo. No habría otra razón para llamarte Camarón Lecter, pues, aunque es gracioso, este apelativo refiere en sí mismo el poder, pero además esconde la ignorancia o la incapacidad de dejar de ser simples hombres, como todos lo somos, supeditados al devenir de algo que va más allá de la locura o la maldad o la magia, si quieres.

Finalmente, todos los camarones nos dormimos eternamente, alguna vez.

Un abrazo,
MJ

Darie dijo...

Linda historia...

Aunque al leerla solo describe una historieta infantil y agradable... Como adultos podemos descubrir que bajo esa sana situación, de risas y ridículo existía una invitación al aprecio, al apego, al recuerdo...La palabra "recordar" viene del latín "recordari ", formado de re (de nuevo) y cordis (corazón).
Esta historia proviene de las eternas corrientes del corazón...

Gracias por compartir...