domingo, julio 22, 2007

RodeaDo.





Se escucha por un megáfono:
¡RÍNDASE, TENEMOS EL EDIFICIO RODEADO!



Vale, vale,
si Elvis pudo dejar el edificio, podré también yo,
supongo.
Pero no saldré tranquilo, anoten eso,
antes una lluvia de balas,
crear una diferencia,
confusión,
justificar el valor de las armas que me permiten
responder el fuego enemigo
desde la ventana.
Escuchen:
lo que es infinito no tiene fin
y sin fin no hay metas, no quieres entrar al juego.
La vida,
la vida siempre tiene sus fichas dispuestas,
la vida tiene la muerte y la muerte sufre de impaciencia,
¿o qué pensabas son los cementerios?
¿crees que las lápidas unos marcianos las colocaron ?
deja de pensar en el universo,
tú eres finito,
cómo te lo explico,
tu tiempo está contado en los ábacos del morir.
Todo nombre
termina siendo una lápida.

Entonces, a disfrutar.

ponte esa corbata roja que te regaló
tu vieja y daltónica tía,
la del aliento a dragones
y voluptuosa herencia.

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