sábado, marzo 10, 2007

Easy Living.

Aquí me tienes, escuchando a Desmond.
"Puro Jazz" diría el viejo.
Y sí, le hablo en segunda persona, persona presente, persona real. Es mi hermano. Me acomoda más y es coherente con los desafíos que me dejó, el mayor de todos, a la Vida misma preguntándome cosas todo el tiempo: si estoy feliz, cuáles son mis metas, cuáles mis prioridades, ¿qué te llevó a la tristeza insoslayable?
Uno de tus amigos, un amigo psiquiatra, me atendió hoy en su consulta y me recetó unos pastillones que me hicieron dormir dos profundas horas.
Pero ahora estoy despierto escribiendo nuevamente algo sobre ti.
Como es tu amigo, un buen amigo, al parecer no sabía si verme por la cercanía entre el "caso" y "la persona que ambos queríamos mucho".
Fui. Me senté. Le largué todo. Casi lloro. Casi llora él también, me pareció.
Guardó unos segundos de silencio. Luego dijo mirándome fijo a los ojos:

-Matías... Estás profundamente afectado. Debemos intervenir.

Y bueno, si intervenir significa mutar el dolor en energía positiva, pues cuenten conmigo.
Pero dejen decirles que este dolor no es un dolor como una picada de abeja.
Deben creerme que duele más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lloras por él, ó por tí?