viernes, octubre 14, 2005

The Sound of Dentists Again (y una acotación al presente.)

Anestesia. Mi lado derecho decae, se derrite, es el brochazo de una de las pinturas del zafado Dalí. Al menos hoy sonaban los Pixies por los parlantes. Y descubrí que en la sesión anterior, el "cirujano" me extrajo dos muelas. Ahora entiendo el por qué del dolor, tanto dolor.
¿Dónde mira uno cuando está tendido mirando el farol halógeno? ¿A los ojos de la dentista? ¿Esos ojos pintados levemente, con sobriedad? ¿Dónde mira uno si el reflejo de uno mismo se dibuja en su pupila? ¿Qué estará pensando mientras utiliza las pinzas, el taladro, el pequeño espejo?
Y estás a merced de la dentista. Imaginé ser un ex-novio o el marido infiel de una de sus amigas y ella aplicando anestesia, pero no la cantidad suficiente, sólo lo justo para que comience a doler cuando es demasiado tarde para la salvación o la redención explicando el por qué de tu comportamiento con su amiga o ella...

Pero no todo es dentistas. M compró, al fin y definitivo, un comedor para la casa. Ella no está, ayer partió a una de las excavaciones que le hacen decir con orgullo, Soy arquéologa. Porque el pasado, según entiendo a través de M, nunca yace en el suelo, sino que está latente y oculto bajo el polvo del tiempo...

Nostalgia. La echo de menos. Buen signo. C me dice que mire el anillo, que el anillo me reconforta, es el nexo, el símbolo, el abrazo eterno.

Bueh, hablar de amor y dentistas es absurdo. Pero es mi día y mi día sigue teniendo sentido.

2 comentarios:

.francisca. dijo...

No es absurdo =)
Es lindo.

Y ese dentista malvado que te toco.. que crueldaaad

Anónimo dijo...

que romántico...