miércoles, junio 08, 2005

Un día de furia.

Lo que duele, duele. Aquello que se incrusta bajo la piel como un aterrizaje forzoso, el ejército que te derriba, que te rodea, que te asedia, el choque del sueño con el pilar del misterio, misterio la vida, real todo.

Las pupilas rígidas, la sonrisa del insomnio, los músculos del corazón agarrotado.

Y Peter Pan sólo era un niño. Y de sólo dulces al final explotas.

Lo que duele es amarlo todo y olvidar cada instante.

Duele leer lo que escribo.

1 comentario:

Roberto Arancibia dijo...

Tal vez duela, pero hace bien. Ese es el camino.
Te dejé un link en el Blog.

Saludos,
R.