domingo, febrero 06, 2005

Cuento Breve IV: Pereza del hábil.

Se rasca. Movimiento que tendría que haber evitado si quiere permanecer oculto, invisible, desapercibido. Es la maldita pulga que se agarró en el parque, cuando coqueteaba audazmente con una fina cocker. Tal vez la perra le mandó el bicho, no por tener pedigree es inmune a las pestes, maldita pulga.
El aire trae un acre olor que se confunde con el aroma despejado de la tierra húmeda. Un humano. El suelo tiembla, es un hombre bajo y ligero. Concentra sus oídos. Viene corriendo. Tensa los músculos de sus patas, inspira, abre los ojos, el pelo de la columna se eriza: está preparado.
El niño salta. El perro se deja atrapar. En fin, está dotado de cualidades que le habrían permitido escapar sin esfuerzo y premura al ataque. Pero la gracia es jugar. Olvidarse del instinto y la pulga. Ser el mejor amigo.

No hay comentarios.: