domingo, febrero 06, 2005

Cuento Breve III: Héroes sin nombre.

No entiendo. La verdad es que bajo este sol de verano deberíamos estar tirados todos junto a la orilla del río, tomando un refresco de uvas.
Pero nos tienen trabajando, fila interminable de cargadores, siguiendo militarmente los gritos del capataz. ¿Acaso nadie ha pensado en la abolición de la esclavitud que tiene encadenado al obrero a perderse el goce que trae el descanso?
Por suerte lo que uno piensa queda dando botes en la cabeza. Si salieran mis palabras a la luz, me culparían de teórico revolucionario o terrorista del Orden Social.
Lo único que pido es vacaciones, no importa que no sean pagadas, yo me las arreglo, sólo quiero un segundo en mi corta vida que no esté copado por el eterno trabajo...
-¡Usted!
-¿Quién? ¿Yo?
-Sí, usted -repitió el capataz-. He notado que ha estado pensativo.
-¿Yo? No, señor, nada de eso, lo que pasa es que estoy algo cansado...
-¿Cansado? -gritó y la fila de cargadores se detuvo a escuchar.
-¿Acaso no le da vergüenza decir semejante barbarie frente a sus camaradas? -dijo despectivo y autoritario-. ¿No le da vergüenza estar rumiando ideas como esos inútiles humanos en vez de comportarse como una verdadera hormiga?
Me quedé en silencio un par de segundos. En realidad no dije nada. Gracias a mi todos estaban descansando por un momento.

No hay comentarios.: