sábado, febrero 05, 2005

Burton y el reparador de calzado.

Por la calle, Irarrázaval, muy cerca de la plaza Ñuñoa, me encuentro con www.peekaboo.cl. Es una pequeñísima tienda con figuritas de Jack, Emily, el gato mágico, etc. Entré para comprar dos tazones de ese esqueleto burtoniano y lo primero que veo es un señor septuagenario con un zapato en la mano. Me sonríe, le sonrío y pienso: ¿y seré capaz de hablar con él acerca de Burton?
En eso se abre la puerta. Ha llegado la verdadera vendedora, una chica de 20 y tantos que me mira y dice: Casi me atropellan cruzando Irarrázaval. ¿Qué quieres?
Ella ERA cada una de las cosas que vendía. Opté por dos tazones y unos pinches. Mi novia quedó encantada. Ahora la duda que tengo es cuándo es que se pierde las ganas de llenar la casa y lo pregunto a mucha honra, ahora que sumé dos tazones a nuestra escuálida cocina.
Algo quería decir, pero como se dice, "se me olvidó qué era".

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