jueves, diciembre 24, 2015

La mentira al revés o feliz navidad para todos.

Un padre sienta a su hijo junto a él en la cama.

-Hijo, tengo que decirte algo muy importante, pero que no te de pena.
-¿Qué pasa, papá?
-Bueno... Este... La cosa, hijo mío, es que el Viejito Pascuero no existe.
-¿Qué? ¿Cómo que no existe?
-No, no existe, es un invento.
-¿Y la carta que le escribí?
-Nunca la mandé al Polo Sur.
-Al Polo Norte, el Viejito vive en el Polo Norte.
-Te estoy tratando de decir que el Viejito no existe, escúchame por favor--

El niño se levanta de un salto y corre a la ventana.

-¡Papá, papá, mira, es un trineo gigante tirado por renos!
-¡¿Qué?!
-¡Es el Viejito, papá!

El padre se acerca a la ventana ansioso. Pero no ve nada. Sólo el cielo estrellado.

-No veo nada, hijo.

El niño mira a su padre sonriendo.

-¿Por qué me miras así?
-¿No que el Viejito no existía?
-Pues...
-¿Entonces por qué viniste a ver si era verdad lo del trineo?

El padre se queda en silencio un momento.

-Tienes razón, hijo.
-Lo sé.

Una voz femenina los llama a comer.

-¡Una carrera!

El padre parte seguido del hijo que ríe.

Mientras, por la ventana, vemos que pasa un fabuloso carruaje tirado por renos enormes y mágicos.

Lo cierto es que es Navidad y todo es posible.



Arturo Delanoy


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