Un padre sienta a su hijo junto a él en la cama.
-Hijo, tengo que decirte algo muy importante, pero que no te de pena.
-¿Qué pasa, papá?
-Bueno... Este... La cosa, hijo mío, es que el Viejito Pascuero no existe.
-¿Qué? ¿Cómo que no existe?
-No, no existe, es un invento.
-¿Y la carta que le escribí?
-Nunca la mandé al Polo Sur.
-Al Polo Norte, el Viejito vive en el Polo Norte.
-Te estoy tratando de decir que el Viejito no existe, escúchame por favor--
El niño se levanta de un salto y corre a la ventana.
-¡Papá, papá, mira, es un trineo gigante tirado por renos!
-¡¿Qué?!
-¡Es el Viejito, papá!
El padre se acerca a la ventana ansioso. Pero no ve nada. Sólo el cielo estrellado.
-No veo nada, hijo.
El niño mira a su padre sonriendo.
-¿Por qué me miras así?
-¿No que el Viejito no existía?
-Pues...
-¿Entonces por qué viniste a ver si era verdad lo del trineo?
El padre se queda en silencio un momento.
-Tienes razón, hijo.
-Lo sé.
Una voz femenina los llama a comer.
-¡Una carrera!
El padre parte seguido del hijo que ríe.
Mientras, por la ventana, vemos que pasa un fabuloso carruaje tirado por renos enormes y mágicos.
Lo cierto es que es Navidad y todo es posible.
Arturo Delanoy
jueves, diciembre 24, 2015
La mentira al revés o feliz navidad para todos.
tecleado por Mat. cerca de las 3:30 p.m.
Etiquetas: A.D.D., Aire., Cortos., Escriban., Escribano., Navidad., Planosofismos., Pupila.Atenta.
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