domingo, agosto 19, 2007

Hablan.

Dicen que nació cerca del mar.
Dicen que el atardecer ya no le asombra.
Dicen que se parece a su hermano.
Dicen que su hermano ya no está entre nosotros.
Dicen que ama a su mujer.
Dicen que el amor es lo que lo salva.
Dicen que no tiene voluntad.
Dicen que, a pesar del tiempo, no es más que un niño alto.
Dicen haberlo visto perdido en un laberinto.
Dicen que no llora lo suficiente.
Dicen que su amante es la soledad.
Dicen que su esposa es bella.
Dicen que ella podría causar una nueva Guerra de Troya.
Dicen que es un genio.
Dicen que habla pausado.
Dicen que no es violento.
Dicen que, de ser necesario, daría su vida por los que ama y lo que le es suyo.
Dicen que es un hombre bueno.
Dicen que su sombra es doble y más oscura.
Dicen que pudo ser un sabio.
Dicen que nadie lo empujó al pozo.
Dicen que, tras largas noches, los pocos leales que le expresan cariño le tendieron una firme mano para sacarlo a la luz del atardecer.
Dicen que, a veces, se entierra a sí mismo en la arena de un desierto que no existe.
Dicen que logra salir ocupando sólo sus manos.
Dicen que luego camina hasta el cansancio y vuelve a casa.
Dicen que pudo ser alguien.
Dicen que lo es.

Dicen demasiadas cosas.
Dicen que las escucha todas.

Dicen que aprende del mundo.
Dicen que es porque es lo más cerca que le queda.

Dicen que quiere vivir.

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