Crónica, qué sé yo.

¿En qué iba? Ah. Sí. El pájaro que cayó muerto por la ventana. Atardecía. Era mi hora con el psiquiatra. Su ventana da a un frondoso árbol. Y de una de las ramas cayó el ave aquella ya sin aliento. Se lo comenté a G. No va a hacer nada, pensé. Pero, jaque mate, se levantó para abrir la ventana y asomarse a mirar. ¿En serio viste un pájaro muerto caer?, me preguntó. Sí. Lo había visto. No estoy loco. Aunque no había rastros del plumífero en el suelo del patio. Estábamos en el segundo piso. De haber caído el pájaro muerto, lo habríamos visto reventado sobre el cemento.