domingo, abril 29, 2007

Sobre los años que son raíz de un casorio.

Hace tres días se cumplieron dos años de casado ante el Estado y la Comunidad Civil y las mil Instituciones más.

Me casé con la mujer que conocí a los diecisiete años, 3º medio en el colegio, yo no era más que un cabro chico. Ella una niña. Lo digo mirado ahora desde los 29. Porque a esa edad ya me sentía un hombre, la verdad.

¿Cómo? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Y la libertad? ¿Y la monotonía? ¿Y el amor?

¿Y cuántas veces al día te paras a pensar por qué amas a tus padres?

Y es lo mismo.

Y no.

Qué importa la respuesta.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni todo el Mundo ama a sus padres, ni todos los padres merecen ser amados, lo contrario que los amigos, la familia no se elige.
El amor?, hablamos del amor ó de la pasión?, lo último, es un periodo de locura transitoria, donde se idealiza a la persona, y te niegas a ver la realidad de ése ser, cuando se pasa ése periodo, ó surgen dificultades, es cuando realmente empiezas a conocer a ése ser que tienes enfrente. En mi opinión, la mejor manera de acabar con la pasión, es ése afán del OTRO, en querer controlarte y hacerte entender "que todo lo que hace es por tí y tú bien", sin haberte preguntado, que es lo que deseas realmente.
Wie geht es bei dir?

Anónimo dijo...

El amor es ciego, pero el matrimonio le restaura la vista.

Carola dijo...

Matias, uno no piensa en el amor, uno siente amor.... cuando lo piensas deja de ser amor.
Como dice M, el amor es ciego...