jueves, marzo 01, 2007

Dejó dicho que iba y volvía. Eso es todo lo que podría comunicarle.


La anciana se detiene, deja el canasto con verduras frescas en el suelo. El ruido de la ciudad no le molesta, ni lo percibe, ni tiene oídos a su edad ya para que le puedan perturbar. Se queda mirando el edificio que tiene al frente: El Vaticano. Tampoco la perturba o sorprende, es la vista de cada día, un edificio más entre tantos juntos a los cuales debe caminar todas las mañanas a paso lento para visitar a su hermana enferma en el hospital. Como romana que es el STATVS CIVITATIS VATICANÆ (Estado de la Ciudad del Vaticano) es una plaza gigante de pilares que ha visto desde que tiene memoria y a sus años no resalta de las demás atracciones de Roma. Aunque ella es católica, cree en el Papa y la Santa Iglesia, pero la costumbre se traga al asombro, siendo de esta forma que ver a un motociclista atropellado en la calle tampoco atrae su atención. Roma es Roma, con su pasado de Imperio conquistador del mundo y su presente de motos alocadas. Un cartero en bicicleta, de grueso mostacho, se detiene junto a la anciana. Ambos miran la Basílica de San Pedro.
-"Vendrán muchos en mi nombre y dirán: yo soy el Mesías, y engañarán a muchos", Mateo 24:5 -dice el cartero con cierto humor nostálgico.
-"Luego, en seguida, después de la tribulación de aquellos días... Entonces aparecerá el estandarte del Hijo del hombre en el cielo... Enviará sus ángeles con resonante trompeta y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos...", Mateo 24:29 -añade la anciana con una lágrima asomada en su ojo izquierdo. Saca un pañuelo, se seca.
-"Pero del día y la hora nadie sabe, ni aún los ángeles de los cielos, sino sólo el Padre", Mateo 24:36 -agrega el cartero abrazando a la compungida anciana. Ella levanta la mirada.
-"Cristo…aparecerá por segunda vez…Para salvar a los que le esperan", Hebreos 9:28 -susurra la anciana, un dejo de tristeza exhalan sus palabras. El cartero cierra más alrededor de ella su abrazo. La mira y sonríe.
-"Para con el Señor un día es como mil años, y mil años son como un día", Pedro 3:8.

El atardecer remarca la figura de la Basílica. El cartero y la anciana se separan.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Matías, pense que habias desaparecido, espero que por que tengas muchas cosas que hacer, eso ayuda.
querido mio, hay un parrafo que no se ve, esta negro igual que en fondo, tuve que remarcarlo para leerlo.
Esto lo escribiste tu o el tite, aun me cuesta ver la diferencia, ustedes dos escriben tan parecido.
cuidate y besos, nos veremos pronto, eso te lo aseguro

besitos grandes a ti a M, y a los tios

Carola Soto Donoso