sábado, febrero 17, 2007

Sinceramente.

El doctor que me atendió, al que tuve que acudir a causa de tu pérdida (en parte para dejar tranquilos a los que quiero y también para prevenir cualquier emoción distinta al dolor de tu ausencia; ¿ausencia? el otro día me tropecé y supe que había sido tu culpa) me pregunta si tengo rabia contigo. Por lo que hiciste. Por partir un poco apresurado al otro lado del río. Y bien, claro que da rabia. Pero no rabia de querer revivirte corporalmente para castigarte a golpes. Eres mi hermano. El único. La rabia viene porque nos vamos a perder unos cuantos años juntos. Años que pudimos disfrutar. De que te vinieras a ver una película. De tratar de elevar ese volantín que no pudimos, quedando en ridículo ante la familia. Pero bueno. La rabia ya no está. Y el dolor que siento es porque mi amor hacia a ti es profundo. Qué se le va a hacer. Una cosa va de la mano con la otra. A mayor el amor, más grande la pena. Pero uno sabe que podrá convivir con ella. Me pregunta el doctor si he pensado en hacer lo mismo que tú. Le digo que no. Que tú eres tú y yo soy yo. Si te sientes mejor ahora y necesitabas la libertad que otorga la muerte, entonces no tengo nada que decirte. Tú escogiste y como ya dije, respeto tu elección. Pienso que tomaste la misma decisión que algunos de tus escritores más respetados tomaron: Hemingway, J. Kennedy Toole, Mishima, Salgari. Mándales saludos. Que te confiesen secretos de la literatura y después me lo traspasas en sueños. Y si te subes al ring con Hemingway, dale fuerte.
Salgo a regar. M me dice que no riegue la maleza. Pero mientras riego, pienso en las cosas que siento cuando me acuerdo de ti. Y siento la energía de la vida. Siento que todo necesita vida. Como si los años que dejaste pendientes fueran posibles de traspasar al mundo. En mí nace la idea de traer vida junto a M. El deseo de un hijo. Para trascender a través de él y que tú también trasciendas. Que nuestros viejos vean en él lo que ven en ti y lo amen como te aman.
El doctor me dice: el Dalai Lama enseña que cuando pierdes, no pierdes la lección, sino que aprendes de ella y te enriqueces.
Así me siento. Triste, pero determinado a vivir la vida por ti de la mejor manera, vivirla lo más alegre y plena posible junto a M, amando a los viejos por los dos con el corazón abierto para que se filtre tu amor hacia ellos. ¿Recuerdas cuando olvidabas el regalo de cumpleaños de uno de ellos y te venía el remordimiento, por lo que entregábamos mi regalo en nombre de los dos y después rajabas a comprar uno?
El doctor me dice que será un proceso largo. Con "largo" me imagino se refiere a toda mi vida. Lo que finalmente es más gratificante. Que estés presente en cada detalle, que no huyas de mí, que me hables desde la memoria y te refugies en mi alma.
Además, retornas como el eco entre la gente que te conoce, un eco de recuerdos que habla sobre ti con alegría, orgullo y admiración. Es lo que llaman La Hermandad Cósmica. O dioscidencias.
El doctor me dice si noto que hablo de ti en tiempo presente. Lo sé
racional y espiritualmente. No estoy loco. Es imposible evocarte y hablar en tiempo pasado, como si sólo hubieses sido una maravillosa anécdota. Si tuviera que explicar por qué me refiero a ti en presente, diría que en cierta medida te congelaste en el tiempo. En cinco años seré más viejo que tú. Y luego seré otro año más viejo, y otro, y otro, mientras que tú te quedarás intacto. Eterno. Invariable.

Entonces se acabarán mis años, cerraré los ojos, y al abrirlos me encontraré sentado en una grada frente a un ring de box donde veré a Hemingway perder por K.O. ante ti y tus guantes certeros.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu lo has dicho, el se congeló y serás mayor que el en 5 años, espero que en 5 años mas haya un sobrino de él en este mundo, donde le puedas contar lo maravilloso que fue o que es, su tio... que le cuentes los detalles y secretos que no has contado aca, que le cuentes todo lo que aprendiste de el, y que le des una felicidad a los tios, que puedan reemplazar el dolor de la perdida, esa sensacion de estar en letargo, con un hijo de ustedes... la vida nueva trae nuevos brios, te lo digo yo que ahora sere tía por segunda vez y mi sobrino que hoy tiene 3 años, llena los espacios de perdidas que he tenido en mi vida, mi padre, mi pareja, etc, por que créeme que en esta vida tambien se pierde a mucha gente que esta viva.
solo ustedes con M, como le dices, sabran cuando estan preparados... me encantaria ver un nuevo sobrino(a) corriendo por ahí... si por que sabes que te quiero como mi hermano menor, tantos años juntos, viendote crecer junto a mi hermano y hoy ustedes dos los menores estan casados y con hijos o planeando hijos... me pregunto que nos pasó en nuestra generación que tu hermano y yo no tenemos hijos, nos absorvió nuestras carreras?, esperabamos mas de nuestras parejas?, es una conversacion que tendre con él en sueños... como sabes si él entre sus miles de respuestas me puede decir que le paso a nuestra generacion.
un beso, los llevo en mi corazon y sigue escribiendo, todos los dias veo esta pagina, ya nos encontraremos, solo cuando tu quieras, sabes que estoy contigo...
Abrazos de oso, tu prima
Carolina Soto Donoso.

Anónimo dijo...

Querido Matías: Algo se rompe en mi interior, leyendo tú post, en el que reflejas tanto dolor. Me parece muy acertada la idea de ponerte en manos de un profesional, un profesional que parece ser un hombre con sentido común y honesto, que ya es mucho.

Como dice Carolina, tu sabrás, cuando estás preparado para traer al Mundo un nuevo ser, quizá todavía es demasiado prematuro, quizá debas resolver antes algunas cuestiones que afectan a tú propia persona y que en éste momento estás somatizando con la marcha de él, podrás averiguarlo con tú médico.
Escribe, te ayudará, y piensa que todos nos iremos, nunca es el momento. Abrazo

Anónimo dijo...

Soy Mariana, lo de Marina ha sido un error de "tecla"

Mat. dijo...

Mariana,


te agradecería me enviaras un mail. Me parece que iniciar una correspondencia más fluida con uno de los escasos lectores de mi blog me ayudaría a conocer con más detalle tus opiniones y lo que me falta por describir de la vida reciente.

Piénsalo.

saludos,

Matías

Anónimo dijo...

Matías,

Soy Tatiana, hermana de Mabel y fui compañera de curso de tu hermano hasta 8° básico…

Hace un par de años, en una salida con unas amigas y el primo del ex del vecino una amiga… si porque fue algo así, volví a ver a Senen, ya convertido en un Doctor… que grande!

Me acuerdo que me habló de ti con tanto orgullo, orgullo que va más allá del típico de un hermano, y créeme que se lo que es sentirse orgullosa de una hermana, decía que invirtieramos en los proyectos de Matías, que eso era plata segura, te vendía de una forma…

Tiempo después me empecé a sentir medio depre y decidí ir a verlo dado que su consulta quedaba cerca de mi pega. Fue tan extraño verlo como doctor cuando los últimos recuerdos que tenía de él era jugando al semáforo o otros juegos similares en las primeras fiestas de preadolescente. Fue súper profesional y acogedor en su diagnóstico y después de eso, para mi él tenia que ser el doctor de todas las viejuchas que trabajaban en la fundación, así que, la que comenzaba a hablar cosas raras, las mandaba donde Senen. Él después me llamaba y me decía que no me preocupara, que estaban sanas pero que ojala fueran a terapia, solo entonces me quedaba tranquila.

De las cosas que recuerdo estas veces que lo vi, de adultos, es de lo orgulloso que estaba de ti, no fueron muchas las veces, pero siempre me contó de tus proyectos, de Huaquiman y Tolosa y de lo creativo que eres.

He seguido tu blog desde que supe, me cuesta creerlo, más aun escribirlo… hoy me animé, siento que lo quieres mucho y tal vez te gustaría saber aunque sea de una fuente lejana lo mucho que el te quería y te admiraba.

Cariños!

Tatiana