sábado, febrero 24, 2007

Objetos inmortales.


*nótese la foto B/N en la esquina superior izquierda.



*La Familia.


La historia de este sofá es muy sencilla: es una historia de amor.
A quien se ha casado y conozca lo que es definir la lista de novios en una megatienda, coincidirá conmigo que es agotador, agobiante y claustrofóbico a veces.
Pasar más de una hora en una multitienda puede ser causa de cierto comportamiento irritable.
Tanta gente.
Tanto que comprar.
¿Quién tiene tanto dinero?

En fin. El sofá.
Es un mueble que cuidamos como si fuera el último de su especie.
Apenas nos sentamos en el por miedo a mancharlo o hundir demasiado sus cojines.
No, no es cierto, pero con esa descripción sobredimensionada explico mejor el cariño que le tenemos con M.

Decía que es una historia de amor la historia de nuestro sofá querido.
Lo es.
Recorríamos con M el sector "muebles", buscando algo para la casa donde poder sentarnos.
Todo era caro.
"Es imposible que alguien nos regale esto", nos decíamos.
Nos daba risa.
Nos desesperábamos.
Queríamos salir de la opresora multitienda, pero también queríamos escoger lo que deseábamos para nuestra casa.

Y entonces M lo vio.
Fue amor a primera vista.
El sofá.
Fui a verlo.
Encajaba perfecto con el estilo que estábamos imaginando para nuestra casa.
"Es imposible que alguien nos regale esto", nos dijimos nuevamente.

Y entonces yo tuve una ocurrencia.
Busqué el celular.
Marqué.
Contestó mi hermano.
Le dije: "¿cuánto quieres a tu hermano menor que está a punto de casarse?"

No dudó en responder: mucho.
Pero, inteligente como era, percibió el dejo de astucia en el tono de mi voz.
Mi voz que él conocía perfectamente.
Esa voz que me delata cuando quiero pedir o decir algo.
No encontraba cómo llegar al punto, la razón del llamado ese día.
Preguntó: "¿Por qué? ¿Qué pasa?"
"Es que con M acabamos de ver un sofá increíble, estilo setentero, como sacado de la película 2001 de Kubrick".
Me pidió que siguiera.
"Y bueno, te llamaba para saber si quieres a tu hermano menor lo suficiente para regalarle tan exclusivo mueble".
Quiso saber cuánto costaba.
Se lo dije de la manera más sutil posible.
Pensó un segundo.
Luego dijo: "Ya, si es tan espectacular y tanto lo quieren, yo se los regalo; cómpralo y después te lo pago".

M era la más contenta.
Nuestro primer sofá.
Creo que incluso fue nuestro primer regalo.
Y fue de mi hermano.

¿Alguien duda en este punto que es una sencilla historia de amor?
¿Un amor de pareja?
¿Amor de hermanos?

Un sencillo gesto de mi parte, un llamado por teléfono, bastó para alegrar a M y sentir orgullo, cariño, cercanía, con mi generoso hermano que cual genio de leyenda me concedió un deseo.

Lo llamé a él.
Yo sabía que por verme feliz compraría el sofá sin siquiera verlo.
Yo sabía.

Soy su hermano menor.
El hermanito que se casaba.
Él también sentía orgullo por mí.
Lo siento.

Y es un sofá y la historia de amor que lo envuelve el recuerdo que nos mantiene cercanos...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La historia me parece preciosa y el sofá adquiere un valor incalculable, pero de verdad, de verdad, con mis disculpas a M, el sofá me parece horrendo, quizá porqué no me gusta el rojo, pero ciertamente, tiene un aire de naranja mecánica, ja ja.

Mat. dijo...

Mariana,


cada quien con sus gustos.
he de explicar que las fotos las saqué en plena oscuridad y flashazo tras flashazo.
luego, las fotos fueron "retocadas" en photoshop.
y no es rojo, es naranjo, y tiene toda la onda naranja mecánica y la estética del genio de Kubrick.

M no se ofende.
lo que importa es que nosotros nos sentamos en el y es cada vez la misma sensación: no es un objeto que ocupe meramente espacio, es un sofá que nos acoge.

salu2

M.

Anónimo dijo...

No me hubiera imaginado otro sofa para ustedes, es mas me imagino tu casa un estilo minimalista, nada conservador y de colores fuertes con las paredes bien blancas para que resalten... lo importante no es el color ni hechura del sofa, lo importante es la historia de amor...
yo hago lo mismo por mi hermano menor, si me pide un riñon se lo doy, eso es amor y el tite te amaba y se sentia orgulloso de ti. besos
Carola Soto Donoso