lunes, noviembre 13, 2006

The HolBox Connection.


Día 2. 12 de Noviembre.

La isla. HolBox. ¿Dije ya que te paseas en carritos de golf por el pequeño pueblito que recuerda a Tongoy treinta años atrás? Nos despertamos. Ella primero, dos horas después yo. M trajo desayuno, estando el desayuno incluído. Qué sabíamos nosotros, no todo se puede saber.
Al mar. Nadar. Sol. Crema bronceante. Si no fuera por el sobrepeso, pasaría por un guapo pescador mexicano. Supongo.
Fuimos al pueblo y casi tomamos un tour a la isla de los pájaros. La isla esa está llena de aves, lo que no había eran turistas para llenar el bote, por lo que no pudimos ir. Pero me salí con la mía al arrendar uno de esos carritos de golf para pasear. Es como un autito chocador, pero más alto, más rápido, con más estilo. Las callejas de tierra tienen en algunas esquinas signos ALTO herrumbrosos. Si imagino dos de esos carritos de golf eléctricos chocando, no creo pase de un simple topón. No requieren airbag y tampoco esperaría que hubiera seguros involucrados o la policía solicitando testimonios.
HolBox es pequeñito.
Comimos pulpo y calamares. Al mojo de ajo. M compró una botellita de chile para su padre. O su hermano. No sé. La compró porque no lo vendían en ninguna otra parte.
Llovió y junto con la lluvia llegaron JR, maestro del taller, y los demás.
Fue un buen día.

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