domingo, octubre 29, 2006

Y no lanzarás la granada.

Fueron tres las cosas que hoy llevé a cabo con relativo éxito: despertar por la mañana aún con la ropa puesta (y qué, me quedé dormido de repente, a cualquiera le pasa); ver el final de El Abrazo Partido -mastodónte de película-; salir con mi madre a comprar.
Lo último no está dicho con ningún tono de ningún tipo. A veces uno sale con la madre, así como almuerza con el padre, ¿no? Es la vida social que lleva con ellos uno cuando ya te fuiste de casa y dejaste de ser el por qué de trabajar, ganar dinero, pagar cuentas, comprar zapatillas, dar mesada. Me daban cierta cantidad al mes. Ahora que lo veo, me da vergüenza. Mi padre tal vez se quedaba sin un par de camisas nuevas por tener que desembolsar a mí y a mi hermano. Jó, los hijos al final somos una deuda impagable.

En fin. El Mall. Hoy descubrí "Mall TV". Ya no es necesario salir de ellos, podrían arrendar pequeñas piezas, como esos panales donde duermen siesta los japoneses, el Mall ya lo tiene todo. Un jardincito, una piscina, un colegio, salir a trabajar en los locales, está todo preparado para que en el futuro vivir en un Mall sea una opción.

Odio el Mall.

Pero no sé cómo, logra a veces que vaya.

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