Aconteció que vino el gasfiter. No se que dios intervino, pero... el gasfiter, vino. Llegó una hora antes, o sea, a las nueve de la mañana. Le abro, mareado, y me pide disculpas, "mire su carita", le sonrío forzado y le indico el baño. Con el sueño, yo no entendía nada. Entramos al baño, le dije esto y lo otro, me dijo, Perfecto, y me fui a la cama a dormir.
Una hora y media más tarde me despiertan unos golpecitos en la puerta. "¿Señor? Terminé".
Es un honesto gasfiter al que le puedes dejar la casa mientras sigues durmiendo.
Le pagué y se fue con una sonrisa.
domingo, agosto 27, 2006
Desperfectos.
tecleado por Mat. cerca de las 1:27 p.m.
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1 comentario:
aw... que lindo el :)
me cayo bien el gasfiter ^^
y dormiste bien?
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