-¿Ha mirado usted dentro de su cabeza últimamente?
-La cabeza de quién.
-Vuestra cabeza.
-¿Mi cabeza? ¿Qué tiene de malo mi cabeza? ¿No le gusta su forma?
-Señor, no evite el tema. Responda de una buena vez.
-La verdad, no he mirado dentro de mi cabeza. Pero no por falta de tiempo.
-¿Qué es lo que lo ha demorado?
-Verá, me faltan ojos.
-¿Ojos le faltan, dice?
-Ojos, estas pelotitas con las que lo estoy mirando a usted ahora, bueno, de esos ojos, el tercer ojo, llámele como quiera, pero me faltan para mirar dentro de mi cabeza.
-Señor, conmigo sus ojos no son útiles.
-¿A qué se refiere?
-¿Acaso no ve? Soy invisible.
-Ah. Cierto. Pero eso es un detalle. No evite el tema. Le digo que me faltan ojos. Sin ojos, no puedo mirar dentro de mi cabeza.
sábado, febrero 04, 2006
OjO
Historias globulares
Henri Dellacoste
Ediciones SBF
2006
tecleado por Mat. cerca de las 7:50 p.m.
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