jueves, febrero 02, 2006

Automatic for the hand.

Las moscas. ¿Dónde van a morir las moscas? ¿Van a morir al mismo sitio donde van a morir los elefantes?
Y los mitos. ¿Dónde nace un mito? ¿Y quién cierra esa historia?
Las preguntas. ¿Quién responde acertadamente? ¿O preguntamos sabiendo la respuesta, que es nuestra respuesta, la que adelantamos antes de incluso preguntar?

Las piñas. ¿Son difíciles de pelar? ¿O es un mito?

Miro por la ventana.
M está recostada sobre el sofá, leyendo.

Me agrada verla, en silencio. Son momentos que acojo y guardo como un niño malcriado que luego libero cerca de ella, alrededor de ella, y me ayudan a decir: mujer, ¿qué pregunta es esa? Claro que te quiero. En silencio o entre los carnavales del día a día.

Y una mosca una vez preguntó, ¿dónde he de morir?
Y sus alas, en el aire, dejaron de funcionar.

La tierra nos recibe a todos cuando la pregunta surge.
Dos metros bajo tierra recibes la respuesta de alguna sombra:
No, hombre, pelar una piña es extremadamente fácil.
Anda, prueba.

Es verdad.

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