Estuve con un matrimonio cuyo living era la construcción mutua de la moral cristiana que regía sus vidas. Los muebles, la mesa de centro, la alfombra, el decorado era como un perfecto set de casa de suburbio norteamericana en la década de los cincuenta.
Mi comparación viene de las películas que he visto y sus imágenes son historias de un periodo de la Historia, concluyendo así, que algo conozco de aquella década.
Y decimos, qué sesentero, setentero, ochentero, noventero.
Concluyo: la Historia se mueve, pero los ideales se mantienen.
Lo que me preocupa un poco, porque los ochenta son la muerte de los setenta según se comentaba en los noventa y los sesentas fueron diez años de tests en drogas por estudiantes, novelistas, cineastas, y quién sabe cuántos eran.
La Historia no concuerda con sí misma.
Aun así, fluye.
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