Bob el constructor. Nunca lo he visto, pero así es como le he puesto por esta semana a mi novia. Todo empezó cuando llegó un día con tres muebles hágalos-usted-mismo. Dos repisas, un clóset. Ok, era un manco para manualidades, empero nunca deja de ser entretenido y cautivante armar un mueble.
La cosa está en que yo no los armé. No enteros. Mi novia, casi en plan ninja, armó los tres. Me decía: esto está al revés, yo armo muebles y tú repartes partes de matrimonio.
Igual aporté. Pero ella hizo todo el trabajo de ingeniería al reunir las piezas. Es que ese día tenía que repartir varios partes. O eran los partes o era armar muebles.
Decidimos en conjunto que me esperaría, lo que no hizo.
Por eso la llamo ahora Bob el constructor.
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