Nadie puede optar por uno. Ni siquiera Dios, que se supone ya tiene un plan maestro para tu vida, lo que le quita la facultad de opinar sobre ella.
Me han preguntado: te vas a casar, ¿no te vas a aburrir de compartir un mismo espacio, día tras día, con la misma mujer por el resto de tu vida? ¿Es amor o costumbre?
Respondo en silencio: ¿te aburres de abrir los ojos cada mañana? ¿te aburre la misma calle que ves al salir de tu casa? ¿te aburre tu trabajo? ¿te aburre salir cada viernes y sábado por la noche con el mismo grupo de amigos? ¿No te aburre saber que el día tiene 24 horas y que eso jamás cambiará?
Recién he visto Jersey Girl de K. Smith. En Chasing Amy exploraba lo que era amar algo que jamás podrás tener al punto de olvidar el amor y caer en la obsesiva-depresiva persecución de un ideal que no tiene cabida en lo que la vida te exige como humano. O sea, reconocer que lo ideal no es lo concreto y que la felicidad es la vida misma, con sus decepciones, aciertos y encantos. En Jersey Girl, el encanto de la vida está en reconocer que aprender del amor muchas veces te lleva a alejarte del éxito y supuesta realización personal. Te sacrificas para quedarte con lo tuyo, lo concreto, lo real: en este caso, un padre con su hija. ¿Es más entretenido salir en las portadas de las revistas que pasar una tarde tomado de la mano con tu chica en absoluta intimidad? ¿Eres mejor persona si manejas un BMW? Obviamente es grato manejar un auto de lujo. ¿Pero qué ofrece el lujo, si no sólo una rutilante superficie de emociones que no puedes compartir más que contigo mismo? El amor es un lujo que no se compra ni tiene precio, es un valor que aprendes a adquirir momento a momento, es abrir los ojos por la mañana, salir a la calle, ir a tu trabajo, salir el fin de semana y saber que en alguna hora del día podrás compartir lo que eres con quien amas sin necesidad de publicidad o dinero.
Me voy a casar. Opté por una mujer. ¿Qué sacrifico? ¿La libertad? ¿De qué libertad me hablan? ¿Bellas mujeres en bikini? ¿Autos de lujo? ¿Viajes por el mundo? ¿Dinero, mucho dinero?
Me voy a casar. Y no será portada de ninguna revista ni exclusiva de ningún canal de televisión. Serán años donde millones nunca se enterarán de que existimos. ¿Necesito que todos me reconozcan por la calle? ¿O vale con llegar a casa y sentir que no estoy aburrido, sino enamorado, feliz y trabajando porque dure nuestra anónima relación de pareja?
Por supuesto que quiero trascender. Espero que tengamos hijos y que esos hijos cuenten mi historia.
¿Aún piensan que es aburrido optar? La libertad es una estatua. Y esa estatua es una mujer que perdurará en el tiempo.
Dime si mañana te aburre abrir los ojos y mirar la misma calle. Sin esa calle, no tendrías donde caminar, tampoco movimiento.
¿De qué libertad me hablan?
1 comentario:
Es obvio que te puedes aburrir de pasar por la misma calle, de salir todos los sabados con los mismos amigos o de mirar el mismo arbol frente a tu casa. Pero lo importante sería (en mi humilde opinión) decir "buena suerte" y no esperar el fracaso del otro. Asi es que a todas esas chicas siempre te desearon, a todos los hombres que quisieran ser los novios en tu lugar, solo queda decirles "lo siento por ustedes, pero lo vamos a intentar".
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