jueves, marzo 17, 2005

Diálogos.

-¿Qué es lo que más aprecia de la vida, maestro?

-Las preguntas absurdas como la tuya.

-¿A qué se refiere, maestro?

-Me refiero a que con la simpleza de tus dudas, me saco el peso de tener que pensar más de la cuenta.

-¿No fue usted el que dijo, maestro, que en la simpleza radica lo perfecto?

-No, ese no fui yo, pero el que lo dijo seguro que estaba rodeado de preguntones superfluos como tú.

-¿Me insulta, maestro?

-Hasta lo evidente lo preguntas.

-¿Pero a quién si no, maestro, he de expresar mis dudas?

-Podrías empezar con una enciclopedia.

-¿Ha estado bebiendo nuevamente, maestro?

-Deja que te haga yo una pregunta.

-¿Qué pregunta?

-¿El ser tonto se cultiva o se nace siendo tonto?

-No lo sé, maestro.

-Entonces no juzgues a tu maestro, que es el único que tiene las respuestas y el derecho filosofal de beber cuanto quiera.

(“Mi vida junto al maestro”, Eric von Fragen)

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