¿Para qué un blog? La verdad, de curioso. Y por un recuerdo que me asaltó repentinamente, mientras estaba en la ociosa posición de filósofo en mi cama de menos de una plaza: en quinto básico quise vender historias a mis compañeros donde ellos fueran los protagonistas. Pero no era el dinero, sólo quería que me leyeran. Por supuesto que todos mis asaltos de creatividad en materia de negocios a esa edad solían terminar en un "qué lata". ¿O vergüenza?
Tengo 26 años y voy a morir. No pronto, por eso no se preocupen, pero algún día me tengo que morir ¿no?
Descargando datos y memoria...
viernes, febrero 04, 2005
Tendido mirando el techo.
tecleado por Mat. cerca de las 3:09 a.m.
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