domingo, febrero 27, 2005

El insomnio no es una enfermedad, es más bien una oportunidad de comercio.

Cierta hora de la noche. Un ojo abierto. El otro llevando la contra, cayendo, cayendo, esperando cerrarse al sueño.

Prendo la TV. Estática, a falta de antena, sólo recibo el ruido del mundo. Algunos canales asoman: evangélicos y fonos eróticos.

Los evangélicos exorcizan mujeres -que con el rostro protegido por un blur- hablan con voz ronca, luciferina, el hablar del infierno, de la maldad. Le hablan a la gente sobre Dios y las enseñanzas de Jesús, uno de ellos lo hace con un notebook MAC de última generación. Será que en el cielo tienen Banda Ancha. Y te invitan a charlas en sus templos. ¿Acaso no estamos ante el mismo caso de adoración del Becerro de Oro? ¿Dónde anda Moisés y sus Tablas?

Los otros canales dan mini-vídeos-musicales-eróticones ordinarios, mal doblados y con actuaciones patéticas de mujeres voluptuosas que merecen un blur en el rostro. "La enfermera del amor", "Historias eróticas", etc. Desde celulares con plan también se puede. 19 pesos el segundo.

A saber, si ves esos shows eróticos de bajo presupuesto para que llames y sacies tu libido, si incluso pueden provocar que pienses en el pecado del onanismo, es cosa de cambiar el canal para que te baje la culpa mientras ves a un colombiano vestido de Dior vociferar sobre el Diablo y el Mundo Corrupto.

O sea, un canal te dice "llama, pierde dinero y mastúrbate", y el otro, "ven, escucha la palabra del Señor, deja tu billetera y la voluntad en la entrada".

Los insomnes que no tengan TVcable, que no tengan antena, que tengan que rotar entre avisos sexy-chantas y adoradores-de-Dios-iMac-en-mano-mercedes-a-la-puerta, se ven bajo el ataque del doble vínculo: esquizofrenia de consumo, donde te llaman a consumir sexo y luego pedir disculpas.

Joder, este mundo está demente, demente, demente.

Más que demente, a la deriva.

¿Adorar al cuerpo o el alma? ¿Y ambas opciones con engaño?

El loco mundo que vivimos. Sálvense, acójanse al propio cuerpo. Como dice el Dr. Mórgenes, "el verdadero hogar lo llevas dentro".

Mejor ser un caracol y cargar con la concha, que vivir como cactus al sol sin posibilidades de cambiar el ambiente.

Ya no sé que pensar.


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