domingo, octubre 04, 2009

volviendo al pasado desde el futuro.

hoy tuve un matrimonio en Pirque de una compañera de colegio que creo volví a ver hoy nuevamente luego de diez años -exagero la nota, pero es para cargar de intensidad al relato-, pero el cariño y afecto es así, no procura vivir del tiempo para permanecer, simplemente se aloja en el corazón y la memoria, con tal fuerza que es capaz de despertar en aquella amiga que no veías hace años, el que te invite a su boda con su pololo de hace años el cual conocí sólo esta tarde, tanto así, que pasé de largo para mi vergüenza sin saludarlo y cuando me dijeron "¡hey, que ese es el novio!", repasé hacia atrás mis pasos, me excusé patéticamente y le di un abrazo para felicitarlo.

pero compartí hoy mis estados emocionales con el pasado: estaba feliz por el futuro de mi amiga, se le veía feliz y se deslizaba preciosa entre las mesas como una brisa de verano; mientras que, en un rincón más profundo de mi baúl de sentimientos, no podía dejar de pensar que mi hermano vivía en Pirque, a un par de kilómetros de donde se celebraba el matrimonio y que no había regresado a tal localidad desde el día de su muerte.

evoqué entonces su persona, el asado de domingo en su casa, los pocos asados, las pocas veces que dije, "me pegaré el pique a verlo", y en cierto momento me dio rabia, porque el lugar del matrimonio era hermoso, Pirque es hermoso, nada mejor que pasar un domingo por esos lares, y quizás, sólo quizás, perdí tantos fin de semanas por preferir estar recostado en mi cama pensando que 45 minutos de viaje son como viajar a Saturno, que me perdí mucho de mi hermano y él de mí.

momentos que ahora podría sumar a los que a veces creo estoy olvidando, como por ejemplo el sonido de su risa ese día que intentamos elevar un volantín en su parcela y los dos no sumábamos uno.

cuando la verdad, por sangre y familia, siempre fuimos, somos y seremos UNO.

2 comentarios:

Mariana dijo...

Lamento el retraso, pero mi tiempo está siendo muy escaso. No debieras lamentar nada que no hayas hecho. Si lo piensas de ese modo, también el podía ir a tí. Son así las cosas, no hay que darle vueltas, si no fueras capaz de desconectar tú mente, te volverías loco, pero no por eso dejas de amar a tú hermano. El estará contento de saber que tú sigues construyendo tú vida y cumples con tús responsabilidades y obligaciones libremente contraidas.

Anónimo dijo...

Ahí ves tu como surge una válvula de escape con el recuerdo. Escribir así tan libre de un dolor acostumbrado es una muestra. Yo aún no puedo escribir de ellos ( padre y hermano muertos juntos, en el mismo lugar) A lo más citar el hecho como acabo de hacerlo.
Puedo decir que transitan en mi vida y en mis días, y en todas las ventanas vacías.
Saludos