miércoles, julio 15, 2009

una tarde te ruego.

entra por la ventana lo que llaman atardecer
(pero no es más que el cielo teñido de furia)

falta la noche y su puñal de estrellas
clavado en el pecho del día

quiero silencio
el silbido del concreto
rasga mis oídos (robándome lo mío, el canto que merezco)

estoy cansado
me pesa la ropa
(y sin ropajes es exactamente lo mismo)

la tranquilidad se esconde en el temblor
de tus labios entreabiertos
¿y dónde oculté nuestro beso?

en el atardecer furioso
rasgando mis recuerdos
el silencio y el silbido

(¿por qué?
¿acaso no eres el temblor de un beso y la paz ante mi ruego?)

el atardecer en mi pecho clava el puñal de la noche.



Alberto Darín.

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