¿Cuántas muertes
profetizas?
Mi mente
plétora de ideas
Y el reloj inexacto
de mi alma.
Uno nace soldado
y muere poeta.
Mis cenizas al mar
por favor.
II.
Grieg: O el piano.
El ejército de las notas
arremete con sangre
por los campos níveos
de aquel mundo que se sostiene
entre la verdad
lo hermoso
y un oido esculpido en carne
que batalla por temblar
ante la magnífica presencia
de un ejército de notas
y estallidos de música:
¿Han visto como una gota
conmueve la superficie del mar?
III.
Continua
- fina luz -
un hilo de aire
retocado por el color de un aroma
y entre las sombras
siembras
trémula
un jardín de maravillas:
brotan perpetuas tus sonrisas.
IV.
¡ Oh, poeta !
Coronado con las espinas
de los dioses.
Y el desprecio
de los hombres.
Arrepiéntete
y se como una piedra...
como los demás.
V.
Caí convulso
- vibrante como una espiga -
y pronuncié
todas mis vidas:
Ególatra
perfeccionista
guerrero
humilde
ejecutor
culpado.
VI.
Las palabras
se atascan en mis ojos
se agolpan
ruidosas y vibrantes
abejas nuevas
del panal que dejé crecer
con la miel
de las ideas
ahora
han descubierto
la flor
Y míralas volar
sin espacio
en mi cabeza
ansiosas de conocer
tus pétalos...
VII.
Esa noche colocaste tus palmas
sobre mis miserables ojos
y luego retiraste las imágenes de ira
que yo continuaba viendo
y colocaste tus palmas sobre tus ojos.
Lloraste por mí.
Por ambos.
Lágrimas son tus palmas.
VIII.
Lela.
Hoy las puertas de la muerte
acudieron al despertar
de tus ojos
luminosos
fatigados:
Las puertas abiertas
y tú dentro
como si fueras
una semilla seca:
¿ Y mis lágrimas
darán brotes
cuando en tus ojos
las puertas cierren?
IX.
En cada una de las palmas
de tus manos
planté una semilla
un bosque glorioso
que crecerá de ti
y cubrirá
nuestras duras pieles
y lloverá
y seremos un beso
de raíces
y hojas...
X.
Alguien dijo:
“ en lo estático radica
la belleza”
Y si tú eres
una cadencia
de aromas
y sonrisa
¿ Cómo retienes
lo inmóvil
de lo hermoso?
XI.
que brotan
como espejismos
de tu boca
entreabierta
y un mundo de aire
de alas
y ligeras las líneas
de tu boca
permitida a un beso...
XII.
¡ Oh !
La antigua furia de los dioses
ha resurgido del vientre de una mujer.
Un hombre.
Ha sido un hombre.
Un laberinto en abundancia.
XIII.
He perdido la práctica. Tal como perdí la fe en dios o una acrobacia no me resulta.
¿ Es que somos una mera vela que una vez encendida es el inicio de la muerte ?
Y nadie dirá que no traté de no perder la práctica. Fui muy precavido. En mi mente como una bitácora las ideas se imprimían, sólidas, indelebles; y ahora son letras bajo la lluvia, tan borrosas...
XIV.
Escasas palabras
escasas ideas
escasas facultades.
¿ Acaso requiero
de un alma
para presentar mi caso
al escaso proceder de la justicia ?
Escasa esperanza.
No hay caso.
Es caso cerrado.
XV.
A callar.
¿ No ven que está soñando ?
XVI.
seguía su piel
entre las telas
de una noche:
Ella temía ser
hermosa
y yo procuraba convencerla.
La luna desnuda.
Sigue con ambas pupilas esta línea:
Detrás tuyo
se alza
el fantasma de mi cuerpo
y en tus oídos
recito con mi pálida voz
estas palabras:
¿ Sabes tú
cuándo comenzó
este camino ?
Me piden confesiones.
“ Entrega a los últimos rebeldes”
repiten como el desagradable
eco de la muerte.
Me piden confesiones.
Se han encargado de colocar
en mi tobillo el grillete
del infortunio.
Pero no puedo dejar que conozcan
el rostro de aquellos
ocultos
rebeldes
tristes
pensadores.
Me piden confesiones.
Confusiones les entrego.
XIX.
en noches vigiladas
por el ojo de la luna:
Me he sentado a escribirte.
Y eres lluvia
de un inmaculado cielo
que transporta
el renacer de los sentidos...
Y esto no ha de terminar
sin un comienzo.
al tacto
te suavizas
y busco
donde apoyar
los pesares.
¿Qué otra superficie
acomodaría
a un cuerpo
cuya piel
son filos certeros?
Otro poema.
¿quién osaría tocarte?
y mis manos
insensibles
atadas.
Y eres sombra
cuando la luz se divide.
XXII.
del farol en tu esquina
la ciudad me recuerda
los hilos de una afilada
Telaraña
y debajo de la luz
(en aquella esquina)
te parabas vestida
de infancia
y la telaraña
la ciudad
envenenaba tu piel
tu piel
de niña.
La sombra del concreto
acoge la bruma de los malditos.
Tu piel
niña.
XXIII.
negaste,
amor, amor, un corazón
de abrazos y fidelidad,
una virgen de los sentimientos
y el pecado de la belleza;
me entristece verte
sin poder tocar tu perfil
y los labios aún sonríen
con la ingenuidad
de tu cuerpo:
el frío de la mañana
y tu cuerpo que duerme.
Mis manos son como ríos:
se guían por el mundo.
Mis manos se secan
pero no olvidan la senda:
el mar es la inquieta
conciencia
del río.
Procuro enseñar algo
a las raíces:
la razón de todo río
es festejar la primavera.
Mis manos escriben al mundo.
XXV.
A la intranquila ceguera
de los astros
atribuyo el rocío
de tus pisadas
sigilosa
(exhausta)
mujer
y noche
traviesa.
Inmune
(como el rocío en el ojo
de la mañana)
es mi piel a tu piel
piel de ceniza
mujer extraña:
Dijimos Amor
-durmiendo-
y al despertar
besábamos la despedida.
Nunca sabré tu nombre
despojada
Soledad:
Trataré de callar tu presencia.
XXVII.
Mantén quieta esa postura.
Todo alrededor se balancea
en este instante
en tus ojos.
Equilibrio; entre tú y yo,
mujer,
se desenvuelve ese cielo
oculto por el horizonte.
No eres y eres,
y eres todo;
un río, un aroma, un aliento,
una búsqueda: armonía.
En este momento
amo tu figura
y la inseparable lejanía.
Quieta en esa postura eres el cosmos.
XXVIII.
Todo
dicen
tiene un límite.
Estas líneas
entonces
deberían terminarse.
Pero no pueden
porque mis manos
siguen tu forma.
Todo
suponen
es relativo:
estas palabras
serían entonces
verdad o mentira.
Qué importa.
Yo escribo sin mirarte
y sé que existes.
Venas-Venus
Lamento presentarme
a estas horas:
no podía decidir el camino
a la cumbre.
Mas
estoy presente.
Qué puedo decir:
ella es el centro
del nacimiento.
Sus ojos
la delatan
inocente
desnuda
intocable.
Qué más podrían oír:
presencié en un instante
el universo
que la rodea:
mundos finos
parecidos al papel.
(Y profundos
como el llanto
de saber
que esa quietud en ella
es interminable.)
1 comentario:
TACT:
The ability to tell someone to go to hell and have them look forward to the trip!
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