miércoles, octubre 03, 2007

Nada es lo que parece.


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Mi mujer es arqueóloga. No es dato nuevo en este blog. La anécdota es otra. Ella y su profesión tienen un pequeño laboratorio. Eso también está registrado por ahí, entre las 982 entradas del blog.

En resumen: mi casa, en su sector principal, a saber, entrada y living, además del corto pasillo a la cocina, está bloqueada por cajas que contienen material lítico fechado en siete mil años. Cinco mil antes de Cristo. Tiene que analizar el material. Yo me pregunto a qué jugaban cinco mil años atrás los niños. Descartado policía y ladrones.

Afuera, en plena entrada, descansan varias bolsas de plástico llenas de lo que imagino es más tierra y piedritas ancestrales.

Lo preocupante es lo que aparentan: bolsas llenas de cannabis.
Matrimonio joven, él escritor, ella científica... ¿Dónde estarán los papelillos?

No me preocupa la verdad.
Sólo espero que mi vecina del frente, la mujer de cera, la bruja de todo cuento de hadas, no llame a los carabineros como suele hacerlo día por medio ante la más mínima posibilidad de marcar el 133 que le sale gratis.

Ya me veo:
-Señor carabinero, no es hierba, son piedras que tienen siete mil años.
-Bueno, joven, demuéstrelo.
Miro a mi mujer. Ella se encoge de hombros.
-Pase, por favor, porque la explicación es larga, hay que empezar por el Big Bang...
-10-4 -el carabinero toma su radio-, aquí Soto entrando a la casa de los sospechosos para verificar que las bolsas no son marihuana, sino piedras de siete mil años.
Responden de la central.
-Soto, no sea palurdo, no pierda el tiempo, fue error del pelao Yañez contestarle a la señora esa, véngase a la comisaría ipso facto.
Soto nos mira.
-Yo la verdad es que quería saber del tema, pero en fin, buenas noches.

Y cierro la puerta.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Matias! good news!, si ellas han esperado 7.000 años, tú puedes esperar muchos más.

Ja.. ja.. me ha dado mucha alegría, ver que vuelve a tí, el sentido del humor. A tú vecina, la que está aburrida, dile que tienes problema de sueño y, que son infusiones de pasiflora, que si le apetece le invitas a una tacita, pero que se la tome en su casa, y que si pone música, el efecto se multiplica.
(Ahora ya tengo claro que tú mujer no te abandonará nunca, intentará fosilizarte, como los restos arqueológicos que tiene empacados). No se de que te quejas, te espera un brillante futuro...