jueves, octubre 25, 2007

In Memoriam.

TyR


El cura, que es pariente nuestro, pero que lamentablemente no es de nuestro agrado, se cayó por las escalinatas frente al altar. Rebotó en cada peldaño como pelota de goma. Se acercaron varios asistentes al funeral a levantarlo del suelo. Yo encogí los hombros, miré el ataúd y dije en voz alta: “Andrés no se podía ir sin hacer la última talla”. Los primos sentados alrededor mío estallaron en carcajadas. Una risa nerviosa, un último recuerdo de nuestro primo menor. Pensar que de alguna manera paranormal le hizo una certera zancadilla al cura que había realizado la misa meses antes para mi hermano mayor. Esa vez también nos opusimos que fuera él. Pero la familia lo valora, lo escucha, “¡Es cura, por Dios! ¡Más respeto!"

De todas formas, rebotó por los peldaños y Dios no andaba por el barrio.

TyR

1 comentario:

Anónimo dijo...

ja ja... con la iglesia hemos topado... en mi modesta opinión, muchas tragedias que han sucedido en el mundo, a lo largo de los siglos, ó bien, han contado con la pasividad de la iglesia, ó ha sido ella misma, quíen las ha provocado.