martes, octubre 02, 2007

Defina perder el tiempo.

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¿Cuál será el promedio de vida? ¿70? ¿75? ¿80 con tanque de oxígeno y una clínica alrededor de la cama?
Y nacemos de cero. Cero más nueve meses. De nueve meses llegamos al mundo. Casi un año. Ese ya es un casi año entero perdido, con los ojitos apretados, las manitas apretadas, llorando, durmiendo. Nueve meses más otros cuantos más en el rol de bebé. Bebé igual a: ser humano diminuto que crece protegido por sus padres o afines.
Comienzan los primeros pasos. Los balbuceos que se entienden como palabras.
A los tres años ya servimos de algo. Caminamos y entendemos.
A los cuatro, pues de vivir en una granja, ya somos capaces de cargar una cubeta con agua.

Entonces ocurre el quiebre. El empujón al cadalso.

Nos meten al colegio. Y no es un estado pasajero.

NOS QUITAN CATORCE AÑOS DE NUESTRAS VIDAS ASISTIENDO A CLASES QUE SE SUPONE CONTIENEN LO ESENCIAL PARA DESARROLLARSE COMO SER HUMANO.

No me extraña que en las reuniones de aquellos que sobrevivimos ese castigo injustificado se termine hablando siempre de dibujos animados. Es simple: te despertabas, te vestías, ibas a clases, regresabas a casa, comías algo, una que otra tarea, y después pegarse como sanguijuela a la tele, el portal maravilloso al mundo.
El mundo que nos estábamos perdiendo por la rutina año tras año de asistir a clases que después nadie recuerda.

18 años. Plena juventud. Como para tomar un bolso y salir a explorar otras fronteras. ¡ALTO! ¡NI SE TE OCURRA! ¡TE FALTAN 6, 7, 8 AÑOS DE UNIVERSIDAD!

Entras a estudiar una carrera sin saber de qué trata, cómo se aplica al trabajo, ¿qué es el trabajo?, y te meten en la cabeza a los grandes pensadores, los misterios de la ciencia, el mecanismo del comercio, más un optativo que bien podría llamarse "El efecto mariposa, ¿es consciente la mariposa del efecto?".

25, 26 años. Te recibes. Agarras tu cartón, soportas el flash, estás listo para comenzar a trabajar. ¡NO! ¡PERO QUIÉN HA DICHO ESO! ¡SI QUIERES SER MEJOR QUE TUS COMPAÑEROS QUE AHORA SE HAN CONVERTIDO EN TU COMPETENCIA CANIBAL, TIENES QUE SACAR UN MAGISTER O UN DOCTORADO O AMBOS!

Ahí van 2, 3, 4 años. Ya tienes 30. Y nunca has salido del país. Sólo conoces las playas cercanas.

Te enamoras. Supongamos. Te casas. Fiesta. Whisky. Casa propia y a armar una rutina. Una que no entorpezca tu trabajo con tu vida de pareja. ¡JÁ! El trabajo se convierte en un remolino y en prioridad categórica, "el trabajo mantiene la familia, el trabajo da el dinero, el trabajo...".

40 años. Un hijo de 10 años. También en el colegio. Ya no viajaste. No con un niño. Te vuelves trabajólico, tu señora se adapta a tu ritmo, ella se inventa panoramas.

50 años. Tu hijo de 20 te dice que ha dejado embarazada a su polola. Lo retas, pero lo amas, y amas el nieto que viene.

60 años. Tu nieto tiene 10 años. Y adivina. Va al colegio. El doctor, mientras, examina unas radiografías, descubre una mancha cerca del corazón.

Cumpleaños número 62. Te duele el brazo izquierdo. El corazón. Un ataque. Te caes. Pero les dices a todos con la poca voz que te queda que por suerte contrataste el plan que ofrecía esa clínica de urgencia. La ambulancia tarda. La vista se nubla. Te habría gustado viajar a Bhutan. ¿Qué hiciste en cambio? Comprar un lugarcito en un hermoso cementerio.

El cementerio donde ahora te están velando.

Qué vida que tuviste, ¿no?

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como para hacerla canción... Ya bueno, un corto. Nice =)

Anónimo dijo...

Magistral! .. Me gustaría extenderme más, pero voy de cabeza con el trabajo.. (aunque yo no fuí al colegio hasta los 10 años)...