martes, septiembre 25, 2007

No me digas nada.

Demasiado tarde. Siempre es tarde cuando se trata de asuntos importantes como pagar la cuenta del agua o impedir que la mujer a la que crees amar salga por la puerta principal del departamento que compraron y que detestas.
-No volveré, lo sabes -me dijo con voz de grabación telefónica y sin soltar su maleta.
-No vuelvas, no estaré esperando -respondí mientras buscaba en las gavetas tratando de recordar dónde había dejado la botella de Chivas 12 años.
Necesitaba un vaso, dos o tres hielos, romper el sello de la tapa del maldito perdido whisky y beber un anestesiante largo trago. Luego, servirme otro, encender la tele y subir el volumen para no escuchar el justo momento en que ella cerrara la puerta. Al tercer vaso, intentaría entonces convencerme que la vida sigue, más si hay siete mujeres por hombre en nuestro país. Era cosa de entrar al bar correcto con ojos de amor y derrota hasta que alguna de las siete entendiera el mensaje.
Lo otro, es si la cuenta del agua le correspondía pagarla a ella o a mí. Una cosa es el amor. Otra que te estafen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Chapeau D.Matías, una cosa es el sentimiento y otra perder la dignidad, eso nunca. El whisky y tú, ya sabiais que ciertas cosas tienen que pasar, pero ella volverá, dale tiempo, y dátelo también a tí.
El viaje por Asia, resultó muy interesante, especialmente porqué no fué un viaje de ésos que hacen la mayoría de los turistas, (las maletas también viajan) sino que tuve la oportunidad de convivir con el pueblo, que es lo que de verdad a mi me gusta. No puedo resumir en un post, tantas vivencias, pero ha sido muy bueno para mi psiquis, y por supuesto todo lo que no se conoce, siempre es interesante.
No se maltrate Matías, no hay recambio, no has pensado en hacer un viaje?, quizá te viniera bien.

tics dijo...

Demasiado tarde para quedarse callada, mejor dar el portazo que lleva un: Me vuelvo a la casa de mis papás o algo.

Rosario dijo...

En narrativa no lo haces nada mal... verdaderamente te felicito. Un real aporte a la literatura contemporánea de nuestro querido chilito!!
Un abrazo
Rosario