La Justicia es ciega. A que no.

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"(...)los humanos están locos. Mi compañero de celda, Lecter, me explica que la especie humana es la única que no tiene motivo de ser por su conciencia de la muerte -a saber el finiquito del contrato con lo que ES y la VIDA- y ninguna simpatía por la naturaleza al contrario de los animales, digamos yo que soy un perro de orejas un poco largas para mi gusto (esa fuiste tú madre) y como perro me es otorgado el título inequívoco de 'mejor amigo del hombre'. Pero no. Estoy encerrado en la cárcel más moderna existente aguardando la silla eléctrica. ¿Cómo me piensan sentar? ¡Soy un perro, por todos los santos grifos! ¡Yo no le disparé a JFK, yo sólo subí siguiendo el olor del sandwich con tocino que el verdadero culpable llevaba en el bolsillo! Pero claro, cuando el jurado se enteró de mi extraño don, las sospechas fueron imposibles de refutar. Un perro al que llaman Cometa y que sabe escribir siempre estará bajo la lupa del orden público(...)"

extracto del diario de vida de Cometa:
escrito durante sus tres años en cárcel a la espera de ser ejecutado.
"El complot de Catbert".
1964.
SBF Ediciones.