Pero..., ¡oh fuerza de la necesidad y la costumbre!, transcurrido el primer momento de estupor y de silencio profundo, nos enjugamos con el pico de la servilleta la lágrima que temblaba suspendida en nuestros párpados y nos comimos el cadáver.
domingo, septiembre 24, 2006
Memorias de un Pavo. (fragmento)
tecleado por Mat. cerca de las 8:38 p.m. 3 comentarios
RIMA XXI.
tecleado por Mat. cerca de las 12:12 p.m. 1 comentarios
miércoles, septiembre 20, 2006
Te podés reír, pero de que es cierto, ES cierto.
tecleado por Mat. cerca de las 10:13 a.m. 2 comentarios
domingo, septiembre 17, 2006
sábado, septiembre 16, 2006
Disco C:
Debemos acordarnos sólo de aquellos momentos en el tiempo que dejan una marca positiva y particular en nuestra memoria; a saber, recuerdos agradables que valgan la pena evocar. Y más aún, aquellos particulares recuerdos deben estar siempre ligados a personas y situaciones que no parecen de la vida real, sino la escena de una película que uno vio hace muchos años.
Mi padre y yo en algún lugar del sector industrial de Quilicura –creo que era Quilicura- en dirección a una fábrica de lubricantes para auto. ¿Qué hacíamos camino a una fábrica de aceites? Pues la respuesta recae en un hombre mayor, el dueño de la fábrica, que nos esperaba a mi padre y a mí.
Llegamos. Mi padre nos presenta, dice que venimos a ver al señor D. Loibetich. Nos hacen pasar. Estoy, junto a mi padre, al interior de las oficinas de una fábrica de lubricantes para motores, y el ambiente es anacrónico, es la típica oficina de una fábrica de lubricantes, me imagino, no puede ser de otra forma.
Entramos a la oficina del señor Loibetich. Nos recibe un individuo pequeño, de gruesos lentes, pelo cano, afable, rasgos de Europa Oriental: si bien recuerdo, el dueño de la fábrica. En las paredes colgaban calendarios con la marca del aceite, habían afiches promocionales, las carpetas tenían el nombre del lubricante, estaba por todas partes, absolutamente todas partes.
Pero el tema que fuimos a hablar con ese señor dueño de una fábrica de lubricantes era otro: íbamos a hablar con él de relojes Cucú. Los relojes eran la pasión del señor Loibetich y había arreglado un reloj Cucú perteneciente a mi familia sólo por “hobby”. Habló también de los remates, de revistas especializadas en relojes, de su membresía en el Club de Coleccionistas de Relojes (o algo así). Y de lo costosos que eran.
Esa tarde la tengo bien marcada en mi memoria. Es que fue todo un evento.
tecleado por Mat. cerca de las 1:49 a.m. 1 comentarios
martes, septiembre 12, 2006
sábado, septiembre 09, 2006
jueves, septiembre 07, 2006
miércoles, septiembre 06, 2006
Charlas.
“Hablar de Jesús como el humano que fue no implica negar la existencia de Dios. Al contrario, es evidencia histórica de que en aquella época, durante los años que vivió Cristo, “algo” iluminó a ciertos individuos hace 2.000 años los cuales encontraron la forma de mantener la palabra de Cristo durante los años posteriores a su crucifixión, hasta convertir al hombre que dio la vida para salvar al ser humano en un Imperio Celestial en la Tierra y una fuerte voz de opinión en varios ámbitos de la sociedad.
Y bien, el tema que nos convoca hoy ha sido tópico de discusión desde la misma era de Cristo; si hubiese vivido un poco más tal vez habría tenido que defenderse a sí mismo, explicar los símbolos -el significado- de su enseñanza y probar en público el poder de hacer milagros.
Sabemos que Jesús pasó por duras pruebas para convencerse de que era el hijo de Dios. Es más que probable que se haya resistido a la responsabilidad de ser el hijo de Dios en la Tierra. Si a uno le dijeran un día, “Eres el hijo de Dios”, la primera reacción es creer que quien te lo dice está loco. Luego, si comenzaran a aparecer señales alrededor tuyo, ángeles y voces, pensarías que tú eres el que está loco.
Es así, que revisando la historia de nuestros genios, tanto literarios, como músicos, matemáticos, físicos, pintores, políticos, etc., descubrimos que casi la totalidad de ellos mantenían cierto rechazo a su condición intelectual superior y sus habilidades sobresalientes. Como si lucharan contra el don que les fue concedido. Como luchó Cristo. Quién sabe, quizás Dios elige de tanto en tanto entre las almas por nacer unas cuantas que lleguen a la Tierra y carguen consigo algo de la sabiduría del ser supremo que supuestamente nos creó a imagen y semejanza.”
Arcángel Morón.
Ediciones SBF.
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martes, septiembre 05, 2006
tecleado por Mat. cerca de las 12:52 a.m. 0 comentarios