jueves, junio 08, 2006

La Vida Reciente.

La lluvia no caía. Y ella miraba desde la puerta con cara de nostalgia, como si yo estuviera tomando un taxi alrededor del mundo y pensara en regresar en ochenta días. La extrañé estando ella a un par de metros, unas cuantas zancadas, un trayecto mínimo para darle otro beso, no el último, pero con el ánimo de ser el definitivo que le demostrara que pienso volver, que no me estoy yendo a la deriva, que la amo, que el trabajo no está borrando horas de nuestro reloj como reciente matrimonio…
¿Cómo le digo que simplemente la amo, pero que también está el mundo dando vueltas?
¿Cómo le digo al mundo que se detenga?

Ella miraba y pensé que sus ojos sabían más que yo sobre la nostalgia de la partida.

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