No sé qué habrá sentido M al verme tendido al final de la escalera, seguramente terror, un miedo paralizante, yo tirado en el suelo y con los ojos abiertos, ¿qué habrá sentido? ¿que la muerte llegaba de sorpresa? La noche anterior me desplomé. Caí desmayado.
Pasó que bajé a la cocina a buscar agua y en vez de agua encontré fruta, preferí fruta, y al agacharme para tomar una manzana o pera -no recuerdo- sin aviso la gravedad se apoderó de mi conciencia, la cabeza me daba vueltas, la vista se me iba a blanco, "tengo que tenderme, tengo que tenderme, tengo que...", alcancé a salir de la cocina y lo último que recuerdo fue ver la puerta de entrada.
Luego, silencio. O más que silencio, un sueño profundo, donde estaba ella, M, y soñé una eternidad que fueron tan sólo segundos, porque abrí los ojos, seguía estando de noche y M me tenía la cabeza tomada y gritaba mi nombre con el rostro preocupado...
Me incorporé. Había aterrizado junto a la puerta de entrada, la fruta estaba en uno de los escalones de la escalera y M me abrazaba con fuerza, repitiéndome qué había pasado, qué había pasado...
No sé qué pasó. Sólo sé que la gravedad me jugó una mala pasada la noche anterior a ésta. Y que M pensó, tal vez, que se quedaba sola...
lunes, junio 26, 2006
Dormir sin permiso.
tecleado por Mat. cerca de las 9:23 a.m.
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