"Otra experiencia de valentía estúpida:
En la misma prospección debíamos portar una radio a pilas y su respectiva antena para comunicarnos cada noche con el "alcamar" y decir que aún vivíamos. La antena medía unos dos metros, y la portaba Roberto atada a su mochila. Mientras caminábamos empezamos a notar que muchos árboles estaban literalmente quemados por rayos. Sin embargo, valiente y estúpidamente, seguimos nuestro camino portando la antena, que de haber habido una tormenta eléctrica (bastante comunes en la zona como denotaban los cadáveres calcinados de lengas y coigues) seguro habríamos sido blanco seguro de varios rayos. Todo fuera por manternernos en la era de las comunicaciones."
viernes, abril 28, 2006
N A V A R I N O
Extracto del diario de viaje de M.
tecleado por Mat. cerca de las 12:33 p.m.
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